El smartwatch que marcó un antes y un después en la forma de entrenar.
Antes de que los wearables se convirtieran en algo cotidiano, New Balance se adelantó al futuro del deporte con el lanzamiento del RunIQ, su primer smartwatch diseñado por y para corredores. El reloj, que debutó con fuerza de la mano de aliados tecnológicos de peso como Intel, Google y Strava, no solo fue una apuesta arriesgada: fue una declaración de intenciones. Una forma de decir que el running también necesitaba tecnología pensada con la misma precisión que unas buenas zapatillas.
Diseñado con la mentalidad de un atleta, el RunIQ no era solo un reloj deportivo. Era un asistente de entrenamiento en tiempo real, una comunidad global y una herramienta de rendimiento condensada en la muñeca. Y aunque han pasado varios años desde su lanzamiento, su propuesta sigue teniendo relevancia para quienes entienden que entrenar bien es entrenar con información.
Un reloj con ADN de corredor
El RunIQ integró desde el primer momento funcionalidades que hoy damos por sentadas, pero que en su momento supusieron un salto cualitativo:
- GPS incorporado
- Monitor de frecuencia cardiaca en tiempo real
- Botón específico para marcar intervalos
- Hasta 5 horas de autonomía con funciones activas
- Sincronización directa con Strava
- Reproductor de música con Google Play Music™
Pero más allá de la ficha técnica, lo diferencial fue la experiencia: la forma en que cada función respondía a una necesidad concreta del corredor. Desde la monitorización precisa hasta la posibilidad de entrenar sin depender del móvil, todo en el RunIQ estaba pensado para salir a correr sin distracciones.

Más que un gadget: una comunidad en movimiento
Uno de los grandes aciertos de New Balance fue acompañar este lanzamiento con el NB Global Run Club, una plataforma creada en alianza con Strava para conectar a corredores de todo el mundo. Esta red combinaba lo mejor del entrenamiento tradicional con herramientas sociales y retos digitales, permitiendo a los usuarios entrenar juntos (aunque estuvieran a kilómetros de distancia), compartir logros y seguir planes de preparación personalizados.
Un enfoque que, años después, sigue inspirando a marcas y comunidades en la forma de combinar lo digital con el esfuerzo real.
Sonido premium para el entrenamiento: los PaceIQ
Junto al smartwatch, New Balance presentó los auriculares inalámbricos PaceIQ, desarrollados en colaboración con Jabra. Estos auriculares se convirtieron en el complemento ideal del RunIQ: cómodos, ultraligeros y con sonido de alta calidad. Incluían:
- Botón de feedback por voz con métricas de rendimiento
- Control remoto para música y llamadas
- Bluetooth® integrado y carga rápida
- Ajuste seguro y ergonómico para correr sin interrupciones
La combinación de ambos dispositivos ofrecía una experiencia deportiva completa, sin cables, sin distracciones y con datos fiables que mejoraban cada salida.
Una visión adelantada a su tiempo
Cuando se lanzó, el RunIQ tuvo un precio de salida de 375 €, mientras que los PaceIQ costaban 115 €. ¿Su propuesta? Tecnología de alto nivel aplicada de forma inteligente al deporte, en una era en la que los relojes aún competían más por estética que por funcionalidad.