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¿El narcisismo se cura con la edad?

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El grado de narcisismo disminuye con los años, según un estudio. Ahora bien, las personas que tienen un aire irrazonable de superioridad en la infancia tienden a mantener su comportamiento narcisista en la edad adulta.

Las personas tienden a volverse menos narcisistas a medida que envejecen. Este proceso comienza a producirse en la infancia y se extiende hasta edades avanzadas, según un estudio publicado por la Asociación Estadounidense de Psicología.

Sin embargo, las diferencias entre los individuos narcisistas se mantienen estables con el tiempo: las personas que son más narcisistas que sus pares en la infancia tienden a seguir siendo narcisistas en la adultez, afirman los autores de este trabajo en la revista Psychological Bulletin.

«Estos hallazgos tienen implicaciones importantes, dado que los altos niveles de narcisismo influyen en la vida de las personas de muchas maneras, tanto en la vida de los propios individuos narcisistas como, tal vez incluso más, en la vida de sus familias y amigos», dice el autor principal del trabajo, Ulrich Orth, psicólogo de la Universidad de Berna, en Suiza.

El trastorno de la personalidad narcisista (TPN) es un desorden mental que afecta a entre el 1 % y 15 % de la población. Se manifiesta por un patrón general de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía hacia los demás. Las personas que padecen este trastorno suelen tener una percepción exagerada de su propia importancia y habilidades, así como altas expectativas de ser reconocidos como superiores sin logros que lo justifiquen.

También se creen seres especiales y únicos, y que solo pueden ser entendidos o asociarse con otras personas o instituciones especiales o de alto estatus, según Orth.

Comportamientos y actitudes arrogantes y despectivas

Los narcisistas sienten una constante necesidad de atención y admiración excesivas, y tiene problemas de empatía: en efecto, son incapaces de reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, frecuentemente sienten envidia o creen que los demás los envidian a ellos.

Los psicólogos señalan que, además, siguen comportamientos y actitudes arrogantes y despectivas, y utilizan al prójimo sin ningún remordimiento para lograr sus propios fines. Para un narcisista, se cumple la máxima de que el fin justifica los medios.

Las causas exactas del trastorno de la personalidad narcisista no se conocen, pero se cree que una combinación de factores genéticos, como una predisposición genética a ciertos rasgos de personalidad; ambientales, como un estilo de crianza sobreprotector o negligente, y el influjo de tendencias culturales que promueven el egoísmo, la egolatría o la vanidad; y psicológicos, caso de traumas o abusos durante la infancia.

El papel de la materia gris y blanca en el narcisismo

A nivel neurológico, poco se sabe sobre las áreas del encéfalo implicadas en el TPN. De hecho, las investigaciones sobre sus fundamentos neurológicos siguen siendo limitadas. Los estudios existentes se centran principalmente en la materia gris o blanca por separado, y, a menudo, utilizan métodos de exploración que no tienen en cuenta las complejas interacciones dentro del encéfalo. Pero el abordaje del narcisismo desde la neurociencia está cambiando.

Por ejemplo, un estudio publicado recientemente en la revista European Journal of Neuroscience proporciona información sobre cómo las redes cerebrales estructurales contribuyen a labrar los rasgos de personalidad narcisistas. Mediante el uso de técnicas avanzadas de aprendizaje automático, investigadores de la Universidad de Trento (Italia) han identificado patrones específicos en la materia gris y blanca que predicen tendencias narcisistas.

Los neurocientíficos de Trento identificaron ocho redes independientes, tanto en la materia gris como en la blanca, relacionadas con el TPN. Recordemos que la materia gris se compone principalmente de cuerpos celulares neuronales, dendritas y sinapsis, y está involucrada en el procesamiento e interpretación de la información en el cerebro. Por su parte, la materia blanca está compuesta por haces de axones recubiertos de mielina que conectan diferentes zonas de materia gris, lo que facilita la comunicación entre ellas.

Lóbulos y giros en el cerebro

En palabras de Alessandro Grecucci, neurocientífico de la Universidad de Trento y autor del trabajo, de las ocho redes, una en particular destacó por su fuerte asociación con los rasgos narcisistas. Esta red abarca regiones en los lóbulos frontal, temporal y parietal, e incluye regiones involucradas en la cognición social y la empatía, como el giro temporal superior, el giro angular y el giro temporal medio.

Además, Grecucci y su equipo descubrieron que el trastorno de la personalidad narcisista afecta a regiones de materia blanca en el cerebelo —desempeña varias funciones importantes relacionadas principalmente con el control motor y participa en la regulación emocional y la respuesta al estrés— y el tálamo. Aunque la función principal de este último es sensorial y motora, también tiene conexiones con áreas del cerebro involucradas en funciones cognitivas y emocionales, como la memoria, el aprendizaje, la regulación emocional y la toma de decisiones.

Desvelar las raíces neurológicas del narcisismo resulta crucial para la detección precoz y el desarrollo de terapias para un trastorno que, en casos extremos, puede requerir intervención profesional, como terapia psicológica y psiquiátrica o asesoramiento profesional. Su objetivo no es otro que ayudar tanto al individuo afectado como a aquellas personas de su entorno familiar, amistoso y laborales que sufren el lado negativo de su personalidad.

La personalidad narcisista está relacionada con unos niveles altos de agresividad

Sin ir más lejos, un trabajo publicado en marzo de 2023 en el Journal of Personality encontró que el narcisismo exacerbado está relacionado con unos niveles altos de agresividad, tanto física como verbal, en las interacciones de la vida real, especialmente cuando se combina con estados emocionales negativos.

Esperar a que una persona narcisista cambie puede ser mala idea. El nuevo estudio en la revista Psychological Bulletin sugiere que hay que esperar mucho tiempo. E incluso entonces, puede ocurrir que solo se aprecie una pequeña mejoría.

A ello hay que sumar que el tratamiento del trastorno narcisista de la personalidad puede ser desafiante, debido a la naturaleza misma del trastorno, que incluye resistencia a la crítica y dificultad para reconocer el impacto de su comportamiento en los demás.

Orth y sus colaboradores analizaron datos de 51 estudios longitudinales en los que midieron cómo cambiaban los niveles de narcisismo de los participantes con el paso de los años. Los estudios abarcaban a 37.247 participantes (52 % mujeres y 48 % hombres) con edades comprendidas entre los 8 y 77 años.

Tres tipos de narcisismo

Algunos de los trabajos siguieron la evolución de los participantes durante décadas. La mayoría de estos seguimientos se llevaron a cabo en Estados Unidos, Canadá y Europa Occidental. Uno procedía de China y otro, de Nueva Zelanda.

Por otro lado, los investigadores tuvieron en cuenta si cada uno de los estudios midió uno o más de los tres tipos diferentes de narcisismo identificados por los psicólogos: agéntico, antagónico y neurótico.

El narcisismo agéntico incluye sentimientos de grandiosidad o superioridad y una fuerte necesidad de admiración; el narcisismo antagónico incluye la arrogancia, el privilegio, la insensibilidad y la baja empatía; y el narcisismo neurótico implica desregulación emocional e hipersensibilidad.

Narcisistas antagónicos y neuróticos, los más indomables

En general, los autores de este trabajo descubrieron que los tres tipos de narcisismo disminuían desde la infancia hasta la vejez, con un pequeño descenso para el narcisismo agéntico y un descenso moderado para el narcisismo antagonista y neurótico.

Sin embargo, los investigadores también descubrieron que el narcisismo de las personas en relación con el de sus pares no cambiaba significativamente con el tiempo. En otras palabras, los individuos que eran más narcisistas que la media en edad infantil seguían siendo más narcisistas que la media de adultos.

«Esto es cierto incluso en periodos de tiempo muy largos, lo que viene a decir que el narcisismo es un rasgo estable de la personalidad», afirma Orth, que sostiene que las investigaciones futuras también deberían explorar las razones por las que el narcisismo disminuye con la edad.

«Una teoría sugiere que los papeles sociales que asumimos en la edad adulta, por ejemplo, como pareja, padre y empleado, conducen al desarrollo de características de personalidad más maduras, incluidos niveles más bajos de narcisismo», concluye este experto.

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