La modelo, empresaria e influencer Natalia López nos abre las puertas de su atelier de Vajillas de Ultramar para contarnos cómo se ha convertido en embajadora de Mazda. Así ha forjado su relación con la marca de coches nipona una mujer que nunca le ha tenido miedo a nada.
Para los que ya eran unos insiders de la moda allá por los 90, su cara les resultará familiar, pero la gran mayoría de los usuarios de las redes sociales la hemos conocido hace relativamente poco, cuando las fotografías y los reels de su perfil de Instagram se empezaron a hacer virales y “conectamos” con una bella mujer, viajera, artesana, empresaria y rebosante de estilo.
Y es que, hace 30 años, Natalia López (Barcelona, 1971), conquistó las pasarelas nacionales e internacionales de la mano de algunos de los diseñadores más prestigiosos del mundo de la moda. Tras colgar las zapatillas de baile cuando apenas era una adolescente, se convirtió en modelo (cualidades no le faltaban) y, como ella misma recuerda “a la semana de llegar a Madrid, me mandaron a Japón. Fue una experiencia maravillosa, porque mi idea era irme solo un mes y me gustó tanto que terminé quedándome cuatro meses”. En Japón fue donde Natalia López descubrió su pasión por viajar. “A pesar de no conocer a nadie, de no conocer el idioma, mi viaje a Japón me descubrió un mundo de estímulos y aprendizajes que me han acompañado el resto de mi vida”.
Tras su etapa en Japón, llegó Nueva York, los castings en la Gran Manzana, Milán (¡por supuesto!), Francia, Alemania y otras ciudades como Ciudad del Cabo. “Para mí, la oportunidad que he tenido de viajar ha sido lo que más ha forjado la persona que soy hoy. La libertad, la manera de encontrase a uno mismo. Viajar es una terapia que todos deberíamos intentar practicar”.
Si bien es cierto que nunca ha tenido la sensación de tener una vocación muy fuerte y que siempre pensó que la falta de una vocación clara era algo negativo, terminó por darse cuenta de que, al final, ha sido algo muy positivo: “no tener una vocación clara me ha dado muchísima libertad para experimentar, para dejarme llevar por las circunstancias, por los estímulos…”
Curioso, cómo en el guion de la vida no hay nada escrito y cómo esas cosas que a primera vista nos pueden parecer un inconveniente, en realidad son una puerta abierta a todas las oportunidades que queramos. “Esa capacidad de reinventarme me ha enseñado que la búsqueda de la perfección muchas veces nos impide explorar y experimentar nuevas oportunidades. Pensar que, si no hacemos las cosas perfectas, no las podemos hacer, es un error”.
La necesidad de explorar nuevos caminos llevó a Natalia a convertirse en una artesana de la arcilla y el barro y así fue como montó su empresa “Vajillas de ultramar”, un pequeño atelier de platos, tazas y fuentes preciosas en el que las pequeñas imperfecciones se resaltan como algo poderosamente valioso. “Creo que la belleza existe de forma innata en las cosas imperfectas» nos confiesa esta modelo reconvertida en influencer y empresaria en la que Mazda a puesto sus ojos y la ha convertido en embajadora de su marca.
La relación entre Mazda y Natalia en realidad comenzó mucho antes de que las redes la pusieran de nuevo en el punto de mira a la modelo, concretamente hace 14 años, ya que el primer coche que tuvo Natalia fue un Mazda 3. Su pasión por el diseño y ese amor a la cultura japonesa hicieron el match perfecto entre esta artesana de metro setenta y cinco y la casa de coches nipona.
1. Después bajarte de la pasarela y de haber estado tantos años alejada del trabajo con marcas…¿Qué sentiste cuando te llamó Mazda para convertirte en embajadora de su marca?
Cuando Mazda me contactó, sentí una mezcla de orgullo y emoción. Mazda no es solo una marca de automóviles, es un símbolo de excelencia, innovación y compromiso. Su reputación como marca premium va más allá de fabricar coches: se trata de crear experiencias únicas y de cuidar cada detalle con una pasión casi artesanal.
Para mí, que vengo de un mundo en el que los detalles, la estética y la calidad son esenciales, saber que una marca con una trayectoria tan sólida y con un enfoque tan humano había pensado en mí, fue un honor. Mazda representa algo más que movilidad; es diseño, sostenibilidad y visión de futuro. Sentí que compartimos una conexión natural en cuanto a valores y principios, lo que hizo que esta colaboración fuera especialmente emocionante y auténtica para mí.
2. ¿Qué crees que le llamó la atención a Mazda sobre ti para elegirte como embajadora?
Creo que Mazda vio en mí una conexión con la cultura japonesa, que para mí siempre ha sido muy importante. Mi tiempo en Japón me permitió entender su visión de la estética, la artesanía y la búsqueda de la perfección en los detalles, algo que también define a Mazda. Además, creo que mi trabajo con ‘Vajillas de Ultramar’ refleja un compromiso con lo artesanal y lo sostenible, dos valores que compartimos.
3. En Mazda, los valores de artesanía y sostenibilidad son imprescindibles en su ADN como marca. ¿Cómo se representan estos valores en tu día a día?
La artesanía siempre ha sido parte fundamental de mi vida, sobre todo con mi proyecto ‘Vajillas de Ultramar’. Cada pieza que creo pasa por mis manos y lleva un cuidado especial en los detalles, desde la elección de los materiales hasta el acabado final. Ese mismo respeto por el proceso artesanal lo veo reflejado en Mazda a través del trabajo de sus Takumis, los maestros artesanos que participan en el diseño y fabricación de sus vehículos.
Los Takumis no solo dominan su técnica, sino que entienden cómo los detalles pueden transformar una pieza funcional en algo que transmite emociones. Esa conexión es la que siento con mi propio trabajo: no se trata solo de producir, sino de crear con alma, pasión y un profundo respeto por la calidad y la estética.
Mazda ha sabido integrar esta filosofía artesanal en un ámbito tan técnico como la automoción, lo que demuestra que aún en la era de la tecnología, lo humano y lo hecho a mano siguen teniendo un valor insustituible. Además, la sostenibilidad también es clave para ambos. Tanto en mi día a día como en Mazda, buscamos materiales que respeten el medio ambiente, creando productos duraderos y responsables. Esa unión de artesanía, diseño y compromiso es lo que hace que Mazda y yo tengamos una conexión tan natural.
4. He visto que has venido a la entrevista conduciendo un MX-30: ¿Qué es lo que más te gusta de este coche?
El MX-30 me encanta porque es un coche eléctrico que se siente humano. Desde el diseño exterior, que es moderno y elegante, hasta los detalles del interior, que te hacen sentir en armonía con el entorno. Me encanta la suavidad con la que se conduce al ser siempre propulsado mediante su motor eléctrico y la sensación de estar contribuyendo a un futuro más sostenible dadas sus bajas emisiones.
Lo que más me encanta del Mazda MX-30 es que es un coche que te hace sentir conectado con la carretera gracias a su conducción suave, silenciosa y precisa. Cada trayecto, ya sea por la ciudad o en carretera abierta, se convierte en una experiencia cómoda y placentera.
Además, es un coche tremendamente versátil, perfecto para diferentes tipos de uso. Lo mismo me sirve para moverme por la ciudad, donde su diseño compacto y ágil hace que aparcar o moverte por calles estrechas sea sencillo, que, para viajes más largos, donde su comodidad interior y tecnología avanzada realmente brillan. Mazda ha logrado crear un vehículo eléctrico que no solo se adapta a cualquier situación, sino que también añade un toque especial, ese feeling que hace que disfrutes al máximo cada momento al volante.
5. Uno de los aspectos más llamativos de Mazda es cómo cuida los interiores de todos sus modelos, ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención del interior del Mazda MX-30?
Lo que más me fascina es cómo Mazda logra fusionar innovación y sostenibilidad en el diseño de sus interiores. El uso de materiales sostenibles no solo aporta un toque único y natural, sino que también cuenta una historia. Por ejemplo, el corcho no es solo un elemento decorativo, sino un guiño a los orígenes de Mazda como empresa de corcho, lo que refleja su respeto por la tradición y su capacidad para reinventarse.
Además, los paneles de las puertas están fabricados con PET reciclado, procedente de botellas de plástico, una solución que no solo es ecológica, sino que también da un acabado moderno y elegante. Todo esto se combina con una cabina increíblemente cómoda y pensada al detalle, diseñada para que cada momento dentro del coche sea una experiencia relajante y especial. Es un interior que no solo se ve bien, sino que también conecta emocionalmente con quienes valoramos el diseño consciente y funcional.
6. Si el Mazda MX-30 fuera tu compañero de viaje perfecto… ¿A dónde te lo llevarías y por qué?
Definitivamente me lo llevaría a un viaje por la costa, quizá hasta el Cabo de Gata. Con una autonomía de hasta 680 km, podría disfrutar del camino sin preocuparme por detenerme a menudo para cargarlo. Además, el silencio del motor eléctrico haría que el viaje fuera mucho más relajante.
7. La versión Makoto Premium incluye un sistema de audio Bose premium de 12 altavoces… Recomiéndanos tu playlist favorita.
Para el día a día en la ciudad, escucharía algo como Bossa Nova o chill-out, música que me acompañe mientras disfruto del tráfico. Y para un viaje largo, no podría faltar algo más épico, como una playlist de Coldplay o Hans Zimmer, para sentir que el trayecto es una aventura.
8. El tema de la carga de las baterías le genera muchas dudas al público a la hora de decidirse por un eléctrico… ¿Cómo te las apañas para cargar el coche?
Cargar el coche es mucho más sencillo y práctico de lo que la gente suele pensar, especialmente cuando lo haces en casa. Yo suelo cargar el Mazda MX-30 por las noches, aprovechando las tarifas nocturnas, que son más económicas, y eso hace que el coste por kilómetro sea muchísimo menor en comparación con el combustible tradicional. Es una gran ventaja tanto para el bolsillo como para el medio ambiente.
El Mazda MX-30 puede recorrer hasta 85 kilómetros en modo 100% eléctrico, lo que es perfecto para mi día a día. Por ejemplo, para mis desplazamientos por la ciudad o incluso para pequeñas escapadas, siempre me muevo en modo eléctrico, disfrutando de una conducción limpia, silenciosa y sin emisiones.
Y si en algún momento necesito recorrer distancias más largas, el coche cuenta con el apoyo del motor rotativo, que es pequeño, ligero y silencioso. Este motor actúa como generador para cargar la batería, ofreciéndome una mayor autonomía sin perder la esencia de un eléctrico. Saber que tengo esa flexibilidad y que no tengo que preocuparme por quedarme sin energía me da mucha tranquilidad y hace que el MX-30 se adapte a cualquier situación.
9. Si tuvieras que destacar 3 ventajas de conducir un eléctrico, serían…
- La sostenibilidad: saber que estoy contribuyendo a un entorno más limpio.
- El silencio y la tranquilidad al conducir, que transforma el trayecto en una experiencia mucho más relajante.
- Los bajos costos de mantenimiento y ahorro en combustible a largo plazo.
10. Imagínate que estás en una conversación con una amiga tuya que quiere comprarse un coche… ¿Cómo la convencerías para que se comprara un Mazda?
Le diría que Mazda no es solo un coche, es una experiencia que va mucho más allá de la conducción. Sus modelos destacan por su diseño único, su atención al detalle y la calidad premium de cada elemento, pero lo que realmente marca la diferencia es el enfoque en el cliente. Mazda quiere que cada persona se sienta especial, y eso se refleja en su programa Mazda Unique Experience, una batería de servicios exclusivos que ofrecen de manera gratuita para que la experiencia de tener un Mazda sea incomparable.