El ganador del Balón de Oro 2025, Ousmane Dembélé, acompañó su esmoquin de la casa italiana Zegna con un único accesorio: un exclusivo reloj Richard Mille imposible de encontrar en ninguna tienda.
Ayer París fue testigo de una de esas noches que se quedan grabadas en la memoria del fútbol. Ousmane Dembélé, después de una temporada de ensueño con el Paris Saint-Germain —35 goles, 16 asistencias y el liderazgo que llevó al club a conquistar la Champions y la Ligue 1— levantó el Balón de Oro 2025 frente a un público entregado. Lo recibió de manos de Ronaldinho, y aunque los aplausos iban dirigidos a su fútbol, los amantes de la alta relojería no tardaron en fijarse en un detalle inesperado: su muñeca.
El francés apareció en el Théâtre du Châtelet con un Richard Mille que cuesta más de 350.000 euros. Concretamente, el modelo RM67-02 ‘Sébastien Ogier’, un reloj ligero, técnico y, como os podréis imaginar, muy exclusivo. La pieza cuenta con caja de carbono TPT de 38 mm, esfera esqueletizada y un recubrimiento especial que deja ver los colores de la bandera francesa en el dial. Una elección simbólica que conecta con sus raíces y que, de alguna manera, coronó una noche ya histórica.
El RM67-02 está inspirado en Sébastien Ogier, leyenda del automovilismo y parte del equipo Richard Mille. Una pieza pensada para resistir la velocidad, el vértigo y la exigencia, cualidades que bien podrían definir lo que ha sido la temporada de Dembélé. Mientras sostenía el trofeo, la correa de tela técnica dejaba entrever un reloj que es casi imposible ver fuera de la muñeca de un piloto o de un coleccionista privado.
En la gala también hubo otros destellos de lujo. Lamine Yamal, segundo en la clasificación final, llevó un Patek Philippe Cubitus en oro rosa, valorado en 200.000 euros. Pero la noche pertenecía a Dembélé. Su triunfo, su sonrisa y ese Richard Mille que selló con precisión milimétrica un momento único en su carrera.