IWC Schaffhausen convierte el mítico Mercedes-Benz 300 SLR “722” en una pieza de muñeca con alma de motor y precisión suiza.
Empecemos diciendo que la colección Pilot’s Watch Performance Chronograph 41 es la cara más técnica y deportiva del universo IWC. En ella, la precisión mecánica convive con una estética inspirada en la aviación y la velocidad. Y si ahora la firma suiza acaba de ampliar su línea de relojes de piloto, no nos olvidemos que hace apenas unas semanas IWC presentó también el Portugieser Automatic 42 Year of the Horse, una edición limitada que celebra el Año Nuevo Lunar con el sello inconfundible de la manufactura.
Ahora, la casa de Schaffhausen vuelve a sorprender con una pieza que une dos pasiones: la relojería de precisión y el espíritu del automovilismo clásico. Su nuevo lanzamiento, el Pilot’s Watch Performance Chronograph 41 “722 Edition”, rinde homenaje al mítico Mercedes-Benz 300 SLR con el dorsal 722, el coche que marcó una época en la historia del motor.
Una leyenda sobre ruedas
En 1955, el 300 SLR 722 cruzó la línea de meta de la Mille Miglia con un récord que todavía hoy sigue imbatido. Con Stirling Moss al volante y Denis Jenkinson como copiloto, recorrieron los 1.597 kilómetros entre Brescia y Roma —de ida y vuelta— a una velocidad media de 157,65 km/h.

Aquel monoplaza disfrazado de deportivo, con un motor de ocho cilindros en línea y 310 caballos de potencia, representaba el dominio absoluto de Mercedes-Benz en los circuitos del mundo. Su carrocería de magnesio, ligera y brillante, le dio el apodo de “Silver Arrow”, el Flecha de Plata. Y es precisamente de esa carrocería de donde proviene el alma del nuevo reloj de IWC.
Un fragmento del 722 en la muñeca
El Pilot’s Watch Performance Chronograph 41 “722 Edition” (Ref. IW388308) no se inspira en el 300 SLR… ¡lo contiene! Su esfera ha sido elaborada a partir de fragmentos reales de magnesio recuperados durante la restauración del coche, realizada bajo la supervisión del Mercedes-Benz Classic Center de Fellbach.

Cada lámina, cuidadosamente aplanada, lijada y tratada, conserva las huellas del tiempo y de las carreras. Por eso, no hay dos relojes iguales. Las marcas originales de la carrocería —esas pequeñas cicatrices que cuentan una historia— permanecen visibles bajo una fina capa protectora que evita la oxidación. Cada esfera es, literalmente, un pedazo de historia del motor transformado en arte mecánico.
Ingeniería al servicio del rendimiento
Bajo su diseño robusto, el “722 Edition” late con el calibre manufactura IWC 69385, un movimiento de cronógrafo con rueda de pilares reconocido por su fiabilidad. Ofrece función de cronógrafo con horas, minutos y segundos, además de indicador de día y fecha a las tres en punto, con una reserva de marcha de 46 horas.

La caja de titanio mide 41 mm de diámetro y no pesa nada pero sí que es muy resistente. El acabado satinado refuerza su espíritu deportivo. El bisel de cerámica pulida con escala taquimétrica permite medir la velocidad media en una distancia determinada, un guiño directo al mundo del motor.
En la esfera, el contraste entre el negro mate y los detalles en rojo del segundero pequeño remite a los números del coche original. Todo protegido por un cristal de zafiro convexo con tratamiento antirreflectante por ambas caras y hermeticidad hasta 10 bar.
Ficha técnica
- Movimiento: Calibre IWC 69385, automático, 4 Hz, 46 h de reserva
- Caja: Titanio, 41 mm, 14,8 mm de grosor
- Esfera: Magnesio original del Mercedes-Benz 300 SLR 722
- Cristal: Zafiro antirreflectante
- Correa: Caucho negro
- Hermeticidad: 10 bar
- Funciones: Cronógrafo, día y fecha

