Del look más relajado al más pulido, repasamos las combinaciones clave para exprimir al máximo la camisa vaquera esta temporada.
Hay prendas que van solas. Que no necesitan mucho para funcionar, y que justo por eso se convierten en una especie de comodín dentro del armario. La camisa vaquera es una de ellas. Tiene ese aire relajado, ligeramente rebelde, que lo mismo encaja con un look de escapada de fin de semana que con un conjunto más medido para salir a cenar por la ciudad.
Este verano 2025, la camisa vaquera se transforma en un lienzo en blanco. Literalmente. Puedes llevarla abierta sobre una camiseta blanca y unos shorts de lino, o cerrada, con las mangas arremangadas y unas bermudas de sarga. También funciona como sobrecamisa en esos días en los que refresca por la noche. Si quieres ir un poco más allá, el total look vaquero vuelve con fuerza: camisa y jeans del mismo tono, o jugando con los contrastes de lavados.
No hace falta llenar el armario de cosas nuevas. A veces, solo se trata de mirar diferente una prenda que ya tienes. Y este verano, la camisa vaquera pide salir más. ¿Preparado para sacarle partido?
Camisa vaquera y rayas con pantalón militar
Un look fácil, fresco y sin pretensiones que funciona desde el primer vistazo. La camisa vaquera de Polo Ralph Lauren se lleva abierta, como sobrecamisa, dejando que la camiseta de rayas blancas y negras respire y añada contraste. Los pantalones baggy en verde militar relajan la silueta y suman ese punto utilitario que está tan presente esta temporada. Las zapatillas tipo skate, en ante beige, rematan el conjunto con un aire informal pero pulido. El truco está en las proporciones: manga arremangada, bajo suelto y mezcla de texturas. Una fórmula sencilla que puedes replicar con piezas que probablemente ya tengas en tu armario. Añade actitud y lo tendrás todo.
Camisa vaquera con bermudas claras y zapatillas efecto serpiente
Un look pensado al milímetro pero… ¡para parecer totalmente improvisado! La camisa vaquera de MANAAKI —ojo… con mangas desmontables— flota sobre una camiseta de canalé blanca y unas bermudas anchas en tono crudo que equilibran volúmenes con naturalidad. Todo respira verano, comodidad y una cierta intención silenciosa. La paleta neutra, casi monocroma, permite que las zapatillas de efecto serpiente hablen alto y claro. Aquí no hay sobrecarga, hay precisión: cada prenda aporta sin competir. Es el tipo de outfit que te acompaña todo el día, perfecto para cuando quieres ir cómodo y con un estilo «muy tuyo». ¿La clave? Jugar con las proporciones y confiar en los básicos bien elegidos.
Camisa vaquera con pantalones sastre negros
Así se construye un look con toda la intención del mundo pero para que parezca lo más relajado y aleatorio posible. La camisa vaquera de Saint Laurent cae sobre una camiseta blanca básica, y el combo se equilibra con unos pantalones amplios de pinzas en negro y mocasines sobrios. Es un ejercicio de contraste que funciona sin esfuerzo: el desenfado del denim con la estructura elegante de la parte inferior. No hay nada improvisado, aunque lo parezca. Todo está en el corte, en el tejido y en la forma de llevarlo. Ideal para quienes saben que menos es más cuando todo encaja.
Camisa vaquera con tachuelas y pantalones de pana
El guiño western llega afinado con esta propuesta de Isabel Marant. La camisa vaquera azul oscuro con tachuelas aporta presencia sin exceso, gracias al equilibrio con los pantalones de pana fina en tono camel. El contraste de texturas —denim estructurado arriba, tejido blando abajo— suma interés sin complicar el conjunto. El cinturón con hebilla metálica y las botas negras refuerzan la idea sin caer en el disfraz. Este look funciona cuando quieres algo diferente, pero bien medido. La clave está en los detalles: costuras marcadas, siluetas relajadas y accesorios justos. Perfecto para dar un paso más con la prenda vaquera de siempre.
Camisa vaquera con chaleco de ante y pantalones cargo
Este look con camisa vaquera de la marca Remi Relif lo tiene todo: capas bien medidas, tonos cálidos y actitud relajada. La camisa vaquera se lleva sobre una camiseta gris básica y se remata con un chaleco de ante marrón que suma textura y profundidad. Abajo, pantalones cargo en beige y unos náuticos de piel con calcetín blanco a la vista que le dan un giro muy actual al clásico de siempre. Nada sobra, nada falta. El truco está en la mezcla de códigos: un poco de campo, un poco de calle, todo con mucha intención. Si buscas inspiración de fin de semana, este conjunto lo resuelve sin esfuerzo.