La meditación sonora: descubre el poder de los sonidos que sanan

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La meditación sonora no es simplemente una moda pasajera, es una técnica probada y fundamentada en siglos de tradición. Con una práctica constante, es posible obtener una herramienta valiosa para el manejo de la ansiedad y el estrés, así como para mejorar nuestra calidad de vida.

Seguramente te hayas topado con un video en Instagram o TikTok en el que un montón de arena se ordena sobre una placa de metal, adquiriendo formas geométricas perfectas que van cambiando dependiendo de la música que suena de fondo. Este fenómeno, realizado sobre «placas de Chladni» y denominado cimática, muestra cómo las vibraciones pueden afectar y ordenar la materia, en este caso, la arena que se encuentra sobre la placa. Los patrones que ves formarse son el resultado directo de las frecuencias que emite la música.

Esta interacción visual de sonido y materia es una representación tangible de cómo las vibraciones pueden influir en nuestro entorno. Así, la meditación sonora con sonidos de baja frecuencia se ha puesto de moda porque esas frecuencias, al igual que reordenan la arena, pueden resonar y «reordenar» nuestras células, nuestra mente e, incluso, nuestras emociones. La idea es que, al exponernos a estas frecuencias a través de la meditación sonora, podemos influir positivamente en nuestra bienestar físico y mental, creando una sensación de equilibrio y calma interna.

Como el día Mundial de la Salud Mental está a la vuelta de la esquina, hemos pensado que es un buen momento para conocer los efectos de una forma de meditación que usa este fenómeno para conseguir resultados de relajación asombrosos.

Aunque su nombre hace evidente cuál es el elemento principal de esta meditación, los baños sonoros son aquellos que utilizan la música para calmar la mente. A través de cuencos tibetanos, música de 432 Hz o sonidos de la naturaleza, este método es perfecto para inducir a un estado de relajación.

Origen de la meditación sonora

Es probable que nunca hayas escuchado hablar sobre esta técnica para calmar la ansiedad, pero su origen se remonta hace mucho tiempo atrás.

La meditación sonora tiene sus raíces en prácticas milenarias provenientes de tradiciones orientales. Según Manfred Clynes, experto en psicología y música, «las culturas antiguas ya utilizaban el sonido y la música como herramientas para la sanación y la elevación espiritual» . Instrumentos como cuencos tibetanos, gongs y campanas eran empleados en ceremonias y rituales que buscaban alcanzar estados profundos de relajación y conexión.

Esta técnica fue fundamentalmente empleada por la secta Fuke. Este grupo se caracterizaba por llevar una cesta de paja en la cabeza, simulando la ausencia de ego. Asimismo, tocaban la shakuhachi para regular su respiración y meditar. En la actualidad, en lugar de utilizar esta flauta, los cuencos y el gong son los instrumentos más habituales en la meditación sonora.

Clara Alfaro, fundadora de SonorasHouse y experta en meditaciones sonoras, comparte con nosotros que estos instrumentos se utilizan sobre todo en países asiáticos desde hace décadas y en Estados Unidos hace ya años que son tendencia en el mundo de la meditación.

La meditación sonora pertenece al llamado Naad Yoga o Yoga del Sonido. Este puede ser a través del canto con mantras, bijamantras (canto del OM), canto de armónicos o aquel que deriva del sonido del gong o los cuencos tibetanos. Según la tradición Yogui, aquel que toca el gong, toca el Universo.

¿Cómo se realiza la meditación sonora?

Para realizar la meditación sonora se buscan lugares muy bien ambientados y se utilizan instrumentos específicos. ¿Te imaginas intentar relajarte con una batería de fondo en mitad de un parque de atracciones? Evidentemente no.

Los instrumentos de percusión como los tambores o los gongs, las campanas de cristal, los cuencos tibetanos o el arpa, son los instrumentos más propios a la hora de realizar este tipo de meditación.

Preparación del ambiente:

Clara Alfaro no cuenta que es vital que el espacio donde se practique esté libre de distracciones. Esto incluye apagar dispositivos electrónicos y crear un ambiente cómodo, quizá con almohadas o mantas.

Elección de los sonidos:

Si bien hay audios y aplicaciones especializadas, lo más recomendable es utilizar instrumentos reales como cuencos tibetanos, campanas o diapasones. Sus vibraciones tienen un efecto más profundo en el cuerpo y la mente.

Respiración:

Antes de comenzar, realiza respiraciones profundas para centrarte en el momento presente.

Escucha activa:

Una vez que comiences con la meditación, tu tarea principal será escuchar. Cada sonido, cada vibración, te guiará hacia un estado de relajación profunda.

Finalización:

Al terminar, dedica unos minutos a reflexionar sobre cómo te sientes. Es común experimentar sensaciones de ligereza, calma y claridad.

En las sesiones individuales o de pareja, Clara Alfaro primero pregunta a sus clientes el porqué de su decisión de realizar un meditación sonora y lo que esperan de la sesión. A partir de sus peticiones, dolores y deseos, ella les ayuda a “centrar el tiro”, encontrando así el núcleo de aquellos males que les han hecho recurrir a esta técnica.

El procedimiento que se realiza en sus terapias sonoras consiste en, una vez localizado el foco, va pasando el Cuenco Tibetano por el cuerpo de la persona en cuestión. A través de la vibración, que es distinta al pasar por un sitio que está desarmonizado, rompe bloqueos y los expulsa del cuerpo.

Por otro lado, en las sesiones de grupo cada uno pone su propósito o intención y de este modo reciben lo que tengan que recibir del gong. No obstante, este tipo de meditaciones son menos específicas.

En SonorasHouse, las sesiones suelen incluir Baños de Sonido y baños de gong. Ambas son experiencias inmersiones en las que todas las células del cuerpo se sumergen en la vibración de los instrumentos. La diferencia que encontramos entre estos métodos es que el Baño de Gong únicamente utiliza el gong como instrumento, y un Viaje de sonido, incorpora varios.

¿Cada cuánto tiempo es recomendable practicarla?

La Dra. Sarah Neustadter, psicóloga especializada en terapias con sonidos de baja frecuencia, sugiere que «la meditación sonora puede practicarse diariamente o tan frecuentemente como lo requiera el individuo. No hay un tiempo mínimo o máximo, lo importante es que se adapte a las necesidades de cada persona»

Los beneficios de la meditación sonora

Llegados a este punto, seguramente te estés preguntando qué efectos reales tiene este tipo de meditación en nuestro cuerpo. En primer lugar, gracias al principio de resonancia, nuestras ondas cerebrales terminan por acoplarse a las ondas emitidas por el gong o los cuencos tibetanos. De este modo, nuestro cerebro pasará de emitir ondas Beta a emitir ondas Alfa. Incluso en algunas ocasiones puedes llegar a emitir ondas Theta o Delta. Con ello, pasamos de un estado de alerta a un estado similar al sueño.

Por otra parte, nuestro sistema nervioso parasimpático también se activará, nuestras células se armonizarán y dónde haya un bloqueo se disolverá.

La meditación sonora aporta numerosos beneficios físicos, que van más allá de la mera relajación. Por un lado, ayuda a aliviar el insomnio, proporcionando un descanso más profundo y reparador. Además, tiene la capacidad de regenerar el sistema musculoesquelético, contribuyendo a la reducción de dolencias y tensiones.

Asimismo, favorece la circulación sanguínea, facilitando el transporte de oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo. También estimula el sistema glandular, optimizando la producción y liberación de hormonas esenciales para el bienestar general.

Por otro lado, refuerza y repara el sistema nervioso, promoviendo una mayor resistencia al estrés y al desgaste diario. Finalmente, es una herramienta valiosa en la recuperación postoperatoria, reduciendo las adherencias y facilitando un proceso de curación más eficaz y rápido.

Beneficios emocionales:

Reducción de la ansiedad: Estudios han demostrado que la meditación sonora ayuda a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés (Thoma et al., 2013).

Mejora de la concentración: La escucha activa fomenta la atención plena, lo que a largo plazo puede mejorar la concentración y claridad mental.

Equilibrio emocional: A través de las vibraciones, la meditación sonora puede ayudar a liberar emociones reprimidas, facilitando un mayor equilibrio emocional.

Estimulación de la creatividad: Al calmar la mente, se abre un espacio para el surgimiento de ideas y pensamientos innovadores.

Sabiendo los beneficios que tiene la meditación sonora, observamos que muchos son comunes a los que generan otros tipos de meditación. Entonces, ¿ en qué se diferencia este tipo de terapia de las demás?

La meditación sonora y otras meditaciones

La diferencia principal es que este tipo de meditación es PASIVA. Solo hay que tumbarse y dejar que nuestro cuerpo se deje llevar sin expectativas. A diferencia de otros tipos de meditación, dormir está permitido. Los beneficios serán los mismos incluso si concilias el sueño.

Cada uno debe de tener sus técnicas para controlar la ansiedad, ya sea mediante respiraciones calmantes, el mindfulness o practicar deporte. No obstante, en el caso de la meditación sonora, solo hay que sentir los sonidos de un modo completamente pasivo.

¿Quiénes pueden realizar la meditación sonora?

Todo el mundo puede realizar la meditación sonora, aunque no es recomendable para personas con epilepsia o trastornos de esquizofrenia. Asimismo, las personas que tengan implantes metálicos o alguna alteración deberán de avisar al guía que realice la meditación.

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