La moda digital revoluciona los hábitos de compra y el modelo de negocio de la industria

La transformación en los hábitos de consumo y del modelo de negocio está generando una rápida necesidad de incorporar profesionales con nuevas habilidades en el sector.

Desde principios de año ya se informaba sobre el crecimiento del comercio online en España, llegando a alcanzar récords históricos, como publicaba la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC en sus siglas en castellano). Pero ha sido en los resultados del segundo trimestre, cuando realmente se ha podido valorar el cambio más llamativo, con un incremento del 67% de las ventas a través de Internet en el territorio nacional, según el informe Shopping Index elaborado por la compañía americana Salesforce.

En estos últimos meses se ha podido apreciar una aceleración de tendencias y procesos que estaban latentes antes de la crisis tanto en los comportamientos de las empresas como de los consumidores. Por un lado, la industria está reclamando el desarrollo de la transformación digital para desarrollar modelos de negocio más responsables, mientras despunta la prioridad estratégica de abordar la sostenibilidad a través de la economía circular, y la creciente importancia de la proximidad de la producción. Por otro lado, el cliente es más digital que nunca: se ha habituado a la comodidad de consumir online y cada vez está más concienciado en un consumo responsable y sin excesos.

La fuerte competencia, la nueva situación mundial y las nuevas demandas y hábitos de consumo han hecho que las marcas de moda apuesten por la tecnología y las ventajas que esta ofrece. “Estos últimos meses han sido un punto de inflexión para la industria y en estos momentos es clave contar con talento formado en las nuevas disciplinas que ofrece la moda digital”, afirma Rocío Ortiz de Bethencourt, CEO de La tecnocreativa, la única escuela de moda digital del país, que apuesta por la digitalización de la creatividad ofreciendo formación en tecnologías de diseño, simulación, visualización y comunicación en 3D.


La moda digital agiliza procesos, ofrece miles de posibilidades creativas y acerca a las marcas a un modelo sostenible “con herramientas que permiten diseñar y producir a demanda y sin excesos de producción”, señala Iñigo Becerril, CEO de Incommon Sense StudiÖ y responsable del área de formación digital de La tecnocreativa. Prueba de esta carrera por la digitalización fueron las presentaciones del pasado julio de la próxima temporada otoño/invierno, en las que las marcas hacían las presentaciones a través de plataformas digitales, e incluso, mostraban sus colecciones virtuales.

“Entre las ventajas que encontramos, está el hecho de que podemos saltarnos las pruebas físicas, ya que con las medidas digitales de una persona puedes diseñar el traje a distancia. En cuanto a patronaje, diseño y confección, puedes probar miles de ideas a un clic, es mucho más ágil y a los diseñadores nos da una libertad que no tiene la moda tradicional: puedes hacer las variaciones que quieras. Además, no se desperdicia nada de tejido y se puede cambiar en unos segundos tantas veces como quieras”, asegura Isabel Basaldúa, que une a su larga trayectoria en el mundo de la moda su visión innovadora como Directora Creativa de La tecnocreativa.

Aunque parezca que se trata de algo futurista, esto ya es una realidad en moda y las marcas que han comenzado a digitalizar sus procesos son prueba de ello.

¿Cómo funciona la Moda Digital?

Escaneo, hilo digital, estampación 3D, planchado a golpe de clic, pasarelas virtuales… los pasos son estos:

Sobre la idea del diseño se realiza el patrón digital con simulación hiperrealista en 3D.
Sobre un avatar en 3D, o incluso sobre el cuerpo escaneado de un cliente por encargo, se prueban las variantes de diseño y se realiza la confección digital.
Se realizan ajustes en color, estampados y tejidos, estudiando la caída y el movimiento real de la prenda gracias a la interacción con el avatar.
El modelo digitalizado está listo para desfilar por las nuevas pasarelas virtuales y, sin desperdiciar ni un centímetro de tela, para su confección real destinada al cliente final.