La mayoría de los artículos sobre alimentación suelen enfocarse en comidas que ayudan a construir músculo, alimentos que tienen nutrientes y proteínas para mejorar tus entrenamientos, pero ¿qué pasa con las listas de alimentos perjudiciales y destructivos para tu masa muscular?
Las calorías vacías, nutrientes de baja calidad, demasiada azúcar en sangre, alimentos procesados…Hay comidas que puede tirar por tierra todas las horas de ejercicio y esfuerzo que has hecho en el gimnasio. Si estás en un proceso de ganancia de masa muscular, es importante identificar estos alimentos para evitar – o reducir en la medida de lo posible – el consumo de aquellos que van a entorpecer tu camino para tener unos músculos fuertes y bien tonificados.
Nuestro cuerpo está compuesto por los nutrientes que obtenemos de los alimentos que ingerimos, de ahí la frase “somos lo que comemos”. Y es que la alimentación no solo tiene un impacto en nuestra apariencia física, también en nuestra salud en su totalidad, incluyendo la vitalidad, la longevidad y, por supuesto, la calidad de vida. Toma nota de estas 10 comidas que debes evitar si tu objetivo es no perder músculos y cuáles son las opciones más saludables por las que puedes remplazarlas.
1. Alcohol
El alcohol es el enemigo número 1 de tus músculos. Son calorías vacías en forma de carbohidratos y alcoholes que se dirigen directamente al hígado. Lo más preocupante es que el alcohol interfiere con los procesos metabólicos que transportan los nutrientes esenciales, vitaminas y minerales hacia tus músculos, al mismo tiempo que desencadena la liberación de grasas almacenadas para ser utilizadas como fuente de energía.
Consumir alcohol de manera excesiva puede hacer que te sientas apático, sin energía, sin motivación ni disciplina, lo que dificulta tu capacidad para mantener una rutina de entrenamiento y una alimentación saludable. Abusar del alcohol puede sabotear tus objetivos de bienestar y forma física, dejándote atrapado en un ciclo de excesos y resacas.
2. Azúcar blanco y azúcares refinados
Para mantener una alimentación saludable y evitar problemas metabólicos, es esencial evitar el consumo de azúcar blanco y harinas refinadas. El azúcar de mesa, principalmente sacarosa, se obtiene mediante un proceso de refinamiento que altera su forma original. Este alimento no solo destruye tus músculos, además, provoca una rápida absorción y aumenta los niveles de glucosa en sangre, lo que puede desencadenar hipoglucemia. Alternativas más saludables incluyen la miel, la Stevia, el sirope de Agave o el azúcar moreno sin procesar, como el de caña.
3. Embutidos grasos
Es imprescindible seleccionar bien los embutidos que quieres incorporar en tu alimentación. Lee atentamente las etiquetas porque descubrirás que algunos contienen escasa cantidad del embutidos en sí (o la carne) y un exceso de aditivos, estabilizantes, sal, fosfatos, gelatinas, conservantes e incluso azúcares como el almidón.
Algunos embutidos incluso incluyen añadidos como queso, kétchup o mostaza, que aumentan la cantidad de colorantes y aditivos. Es importante considerar cómo se procesan y qué ingredientes contienen al tomar decisiones sobre tu alimentación. No es necesario eliminar por completo los embutidos tradicionales de calidad como el jamón, el lomo, la cecina y el lacón, que están elaborados a partir de carne de cerdo con proteínas de alto valor biológico, vitaminas del grupo B y minerales como hierro, zinc y selenio.
4. Bollería industrial
Por lo general, la bollería comercial suele ser abundante en ácidos grasos hidrogenados o grasas trans, así como en azúcares simples. Esta combinación de azúcares, harinas refinadas y grasas no saludables es una fórmula perfecta para ganar peso, pero en forma de grasa, no de músculo.
Casi toda la bollería que nos gusta tanto utiliza grasas hidrogenadas que puede llevar a graves problemas cardiovasculares. Este grupo de alimentos engloba productos comunes en el mercado, como por ejemplo donuts, cruasanes, palmeras, sobaos, bollos de cacao y similares. Suelen ser altamente calóricos, pero con poco valor nutricional. La alternativa más saludable es hornear tu propia bollería en casa. Convierte en un maestro repostero y crea tus recetas utilizando ingredientes naturales y más saludables para disfrutar de deliciosos postres sin los efectos negativos asociados a la bollería industrial.
5. Helado
Durante el verano seguro que hemos abusado un poco de este alimento. Si bien es cierto que no todos los helados tienen el mismo contenido nutricional, hay polos, granizados, de leche, o con grasas vegetales. Por lo general este placer, sobre todo veraniego, es un alimento que destruye los músculos, con un alto contenido en calorías, debido a su contenido en carbohidratos, azúcares y grasas. Opta por polos con ingredientes naturales o haz los helados tú mismo con fruta congelada.
6. Salchichas
Estos tipos de embutidos son verdaderamente ricos en calorías, sodio y grasas saturadas. Además, presentan un elevado contenido de azúcar y sal, acompañados de sabores artificiales y conservantes que resultan altamente atractivos para el paladar, pero su consumo excesivo puede llevar a la aparición de afecciones graves, como el cáncer, por su alto contenido en nititos.
Lejos de ser un alimento natural, las famosas salchichas tipo Frankfurt puede que sean el alimento más ultra procesado. Estos productos alimenticios afectan al sistema cardíaco y pueden elevar los niveles de la presión arterial y el colesterol. Es común que a las salchichas se les agregue almidón, lo que conlleva la ingestión de gluten y otras harinas que el organismo tenderá a almacenar como grasa. Como alternativa, se recomienda optar por cortes magros de carne.
7. Patatas fritas
La patata es una fuente de nutrientes. Rica en carbohidratos, fuente de potasio con ácido fólico y minerales como el magnesio y el hierro. Sin embargo, tras su procesamiento, muchas de estas propiedades se pierden, incluida la vitamina C.
El consumo de patatas fritas se ha asociado con desórdenes como el sobrepeso y la obesidad, y se considera uno de los alimentos más propensos a generar adicción. El aumento de peso relacionado con las patatas fritas no se debe únicamente a las grasas utilizadas en la fritura, también influye la cantidad de sal con la que se consumen. Puedes seguir comiendo patatas fritas haciéndolas tú mismo en el horno para evitar freírlas y acumular grasa.
8. Chuches
Azúcar, azúcar, azúcar. Las golosinas están principalmente constituidas por este ingrediente. Azúcares simples (fructosa, glucosa y sacarosa), a los que se añaden gelatinas, sal, almidón, aceite de palma, goma arábiga, espesantes y colorantes para hacerlas más atractivas.
Nubes, los regalices, las fresas o los ositos de goma, son algunas de las tentadoras delicias industriales que atraen a personas de todas las edades. Unos 100 gramos de chucherías contienen 52 gramos de azúcar y 535 Kcal. Hiperactividad, falta de concentración, ansiedad y defensas bajas, son algunos de los efectos que conlleva su consumo.
9. Batidos envasados
Los famosos batidos que estamos acostumbrados a ver en el supermercado son una gran amenaza para nuestro tejido muscular. Estos batidos y néctares de frutas tienen una enorme cantidad de calorías, con un promedio que oscila entre las 600 y 1.000 calorías, y un exceso de azúcar.
La receta de los batidos comerciales está compuesta de azúcar, agua y saborizantes artificiales, espesantes, estabilizantes y una cantidad de “productos químicos” que no conviene que nos metamos en el cuerpo.
Si tienes antojo de un batidos, lo mejor es que optes por un buen smoothie casero. Optar por un zumo de frutas recién exprimido, hacerlo tú mismo con ingredientes naturales o simplemente comer la fruta fresca es la alternativa más saludable.
10. Salsas
Cada vez se encuentran más variedades de salsas disponibles en el mercado y tendemos a acostumbrar nuestro paladar a añadirlas a cualquier comida. A menudo, las salsas comerciales, aunque parezcan naturales, contienen un mayor contenido calórico en forma de grasas, además de azúcares añadidos, colorantes artificiales, aditivos y conservantes.
La cantidad de salsa que agregamos a nuestros platos suele ser la principal fuente de calorías extras, más que los ingredientes mismos de las salsas. Por ejemplo, solo una cucharada de mayonesa aporta aproximadamente 200 calorías adicionales, y a veces, llegamos a usar dos o tres cucharadas en un solo plato. Puedes probar a utilizar hierbas aromáticas y especias naturales para darle sabor a tus platos o hacer la salsa tú mismo en casa.
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