De chico Disney a ídolo adolescente en Élite, André Lamoglia habla sobre Iván, su personaje en la serie, sobre cómo es rodar escenas de sexo y sobre la homofobia, uno de los temas principales que trata la última temporada
Hace apenas un par de años que André Lamoglia (Río de Janeiro, 1997) llegó a España y ya se ha convertido en uno de los ídolos adolescentes más populares en nuestro país. De ser un chico Disney y participar en comedias amables como Juacas ha pasado a protagonizar Élite, donde cuenta con algunas de las escenas más hot de las últimas temporadas.
De niño lo tuvo muy claro. Quería ser actor como su hermano Víctor, al que acompañaba a todos los rodajes siempre que podía. Le encantaba ayudar a montar los escenarios, colocar los decorados y pasar texto como si fuese uno más del equipo. Quería estar ahí, hacer lo que hacían ellos. Y lo consiguió. Vaya si lo hizo.
Su popularidad en nuestro país ha crecido tanto que casi alcanza los tres millones de seguidores en Instagram. Todo gracias a la profesionalidad con la que interpreta a Iván Carvalho, su personaje en Élite, hijo de uno de los futbolistas más famosos del mundo.
La sexta temporada, que se acaba de estrenar, es toda una montaña rusa de emociones que no da respiro al espectador. Los actores, como él mismo confiesa, se han enfrentado a secuencias complejas todas las semanas, y han tenido que hacer un gran esfuerzo de concentración para conseguir que los capítulos vean la luz.
Pero dejemos que sea él quien nos lo cuente.
En la imagen de arriba, André Lamoglia viste camiseta de tirantes de ABANDERADO, chaleco de MAISON MARGIELA, pantalón y sneakers de FENDI.
André, eres uno de los nuevos protagonistas de Élite, una de las series más populares de Netflix en nuestro país. ¿Cómo te llegó la oportunidad?
Pues mira, tiene cierta gracia porque fue durante la pandemia. Antes del covid estaba haciendo un proyecto en Argentina y allí trabajaba con un compañero que era de España. Cuando llegó la pandemia cada uno se fue a su país y un día él me escribió y me dijo que estaban buscando actores para Élite. Empecé a hacer castings y después de mes y medio de tensión me dijeron que lo había logrado. ¡Por fin! Sentí una satisfacción enorme. No me lo creía. Pero estaba dentro.
¿Conocías la serie?
Sí, la seguía desde hace tiempo.
Así que puede decirse que pasaste de fan a actor. Eso es muy bonito. ¿Qué es lo que más te gustaba de Élite?
Uff, muchas cosas. Me gustaba cómo estaba hecha. Es una serie muy cuidada. La trama, los personajes… Todo está pensado para que quieras seguir viendo un capítulo tras otro.
¿Qué crees que tiene Élite que engancha tanto?
Mira, es una pregunta que siempre me hacen y todavía no sé responder. Si lo supiese crearía yo mi propio proyecto. (Risas). Pero yo creo que son muchos factores juntos. El guión está muy bien, te engancha. Cada temporada termina muy alto, dejando con ganas de que venga la próxima. Además, está en una plataforma muy grande como Netflix, que llega a muchas personas.
¿Qué es lo que más te gusta de Iván, tu personaje en la serie?
Como actor, me encanta que Iván es un personaje que cambia de temporada a temporada. En la temporada cinco llegó con mucha confianza en sí mismo y al final de la temporada seis parece otra persona. Como actor eso es muy gustoso. Me permite explorar, hacer cosas distintas. Me encanta hacer este personaje, me lo estoy pasando muy bien.
En la imagen de arriba André Lamoglia viste jersey de MAISON MARGIELA, pantalón de ANTONY MORATO y zapatos TOMMY HILFIGER.
¿Qué hay en común entre Iván Carvalho y André Lamoglia?
Iván es una persona muy leal con sus amigos, alguien que trata bien a la gente que le importa, que cae bien. Aunque durante los capítulos le pasan muchas cosas y eso le hace cambiar, en general no es alguien con una personalidad complicada. Y creo que eso es algo que tenemos en común.
Es cierto eso que dices de que tu personaje llega en la quinta temporada muy seguro de sí mismo, pero en esta sexta le vemos más vulnerable que nunca. ¿Cómo ha sido este cambio a la hora de interpretarlo? ¿Ha supuesto un reto?
Sí. No fue una temporada nada fácil, porque eran secuencias muy cargadas de emoción, muy complejas. El personaje siempre estaba muy arriba, muy en el límite. Hay que tener mucha concentración para hacer eso, son secuencias que te exigen mucho como actor. Y eso, claro, es un gran reto. Me encanta. Pero acababa el día muy cansado, aunque lo pasara muy bien.
En la serie, tu personaje entabla una relación muy especial con Patrick, personaje interpretado por Manu Ríos, que ha gustado mucho a los fans. Pero la buena relación entre ambos traspasa la pantalla. ¿Cómo es tu relación con Manu en la vida real?
Muy buena. Me alegra escuchar esto, porque eso es que lo transmitimos en pantalla. Sí, somos muy amigos. Hacemos planes juntos, viajes… A veces estamos en Instagram y miramos mensajes que nos envían los fans, publicaciones en las que nos etiquetan… Hay algunas que son muy tiernas y las compartimos entre nosotros.
En la imagen de arriba André Lamoglia viste jersey de MAISON MARGIELA.
Al final de la temporada 6 tuviste muchas escenas de hospital, casi sin poder moverte. ¿Cómo fue rodar esas secuencias?
Fue muy duro. Yo estaba en coma y tenía que estar dormido. Pero en realidad, claro, estaba muy despierto y escuchaba todo lo que decía Manu. Por ejemplo, la secuencia en la que me graba el audio fue muy fuerte. Imagínate, yo ahí tumbado sin poder reaccionar a nada. Fueron secuencias muy fuertes y duras de grabar.
En la serie también has coincidido con Valentina Zenere, con la que ya habías trabajado en la serie de Disney Channel. ¿Cómo ha sido el reencuentro?
Fue increíble. A Valentina la conocí mucho antes de trabajar juntos, cuando ella estaba haciendo Soy Luna y yo Juacas. Nos cruzábamos en eventos de Disney, en los pasillos… Y cuando nos cogieron juntos fue una locura, mucha casualidad. Me acuerdo que la escribí diciéndole que nos íbamos a ver en Madrid y ella me pregunto extrañada a ver si iba a ir a España de vacaciones. Cuando se enteró de que íbamos a rodar juntos no se lo creía. Fue un momento increíble.
El cambio de Disney a Élite ha tenido que ser brusco. En Disney todo es blandito, muy blanco, el sexo solo se pasa por encima, mientras que en Élite es casi un protagonista más… Y, de hecho, tu personaje es uno de las que más escenas así tiene. ¿Cómo ha sido el cambio? ¿Te costó mucho adaptarte?
No, para nada. Antes de empezar a rodar este tipo de escenas tenemos una preparación previa, con una coordinadora de intimidad, que es la persona que se encarga de que estemos cómodos en la secuencia. Son escenas que se ensayan mucho para que, como digo, estemos cómodos, pero también para que los movimientos sean realistas, que parezcan de verdad. Nos cuidan mucho. En Disney es cierto que todo era muy distinto, pero eso como actor me gusta. Enfrentarse a nuevos retos siempre es satisfactorio.
¿Crees que se trata de forma diferente a los hombres y a las mujeres al rodar este tipo de escenas? ¿Que se les exige de forma distinta?
Yo solo puedo hablar de mi experiencia en Élite. Y allí se tiene el mismo cuidado con todos. Nos cuidan por igual a los hombres y a las mujeres.
En la imagen de arriba André Lamoglia viste jersey de MAISON MARGIELA, pantalón de ANTONY MORATO y zapatos TOMMY HILFIGER.
Élite es muy diversa en muchos aspectos, pero ha recibido muchas críticas por promover los cuerpos normativos, perfectos, bien definidos, sin un gramo de grasa. ¿Crees que esto se contradice con la idea de serie moderna y progresista que quiere mostrar?
No, yo creo que es una serie muy diversa. Desde la primera temporada habla de muchos tipos de religión, de homofobia, de racismo, de transfobia… Habla de muchos problemas.
¿Has sentido alguna vez la presión por tener que mantener un cuerpo bonito?
No, yo más allá de querer un cuerpo bonito, quiero tener un cuerpo sano. Me gusta tener una vida activa, me encanta el deporte, hacer ejercicio. Pero no siento una responsabilidad, me gusta hacerlo para sentirme sano. Y como actor estoy dispuesto a adaptarme y hacer lo que me pida el personaje.
Esta última temporada tiene como foco principal el tema de la homofobia en el mundo del fútbol, algo que no se ha tratado demasiado en la ficción. ¿Crees que es necesario que las series reflejen este tipo de conflictos?
Sí, por supuesto. Así podemos ir poco a poco cambiando los estereotipos. De hecho lo hemos visto con el Mundial de este año en Qatar, un país con muy poca tolerancia a la diversidad sexual. Yo creo que es importante decir que en el amor no hay algo correcto o incorrecto, hay que quitar esto de la cabeza de todos. El amor es el amor, independientemente de quién sea la persona a la que quieres. Si con lo que hacemos en Élite podemos ayudar a las personas, me parece increíble.
Tu personaje también hace este cambio de descubrimiento sexual. ¿Crees que puede ayudar a muchos jóvenes a verse reflejados en pantalla?
Sí, de hecho desde que empecé en Élite he recibido muchos mensajes de mucha gente que me escribe diciendo que mi personaje les ha ayudado un montón, dándome las gracias y diciéndome que han pasado por lo que le pasa a Iván. Muchos me comentaban que verlo en la serie les había ayudado.
Tiene que ser uno de los momentos más felices que se puede vivir como actor.
Cuando recibo mensajes como este digo… Dios. A veces no podemos imaginar la cantidad de gente a la que podemos llegar. Y verlo es muy bonito. En mi cabeza a veces no me creo algunas cosas que pasan. Cómo aún en el tiempo que vivimos puede haber tanta homofobia, tanto racismo. Y Élite de alguna forma enseña a la gente que el amor entre dos hombres o dos mujeres es posible y es normal. Esto es la vida, es lo que hay y toda esa gente que no lo respeta debería ir asumiéndolo.
André Lamoglia con total look de FENDI
A raíz de tu participación en Élite tus seguidores en Instagram no han hecho más que subir, hasta llegar a los 2,8 millones. ¿Cómo llevas este fenómeno fan?
Ríe. Sí, es verdad que han subido mucho. Lo llevo bien, es genial recibir el cariño de mucha gente, eso es que estoy haciendo bien mi trabajo. Hay gente que le hace ilusión todo esto de los números, pero yo más allá de eso estoy feliz porque creo que es gente que me quiere acompañar, que siente cariño por mí. Y lo llevo de la mejor manera posible. Tengo siempre los pies en la tierra y eso no va a cambiar, da igual los seguidores.
A pesar de la fama llevas tu vida personal de forma bastante discreta. ¿Es difícil conseguir este equilibrio entre figura pública y vida personal?
No, no es complicado. A veces es cierto que puede ser más difícil, sobre todo ahora, que con las redes va todo muy rápido. Publicas algo y ya no hay marcha atrás. Pero no es algo que me agobia. Es parte de mi trabajo, me encanta leer a la gente, aprender de lo que me dicen. Pero hay cosas, claro, que prefiero mantener en mi vida personal. A veces estoy con una persona que no tiene una vida pública y prefiere no exponerse.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo, de ser actor?
Uff, muchas cosas. A veces me pasa que voy al cine o al teatro y me encanta cómo durante dos horas entras en un mundo diferente. Cómo te ayuda a evadirte de tu vida real, de tus problemas. Cada vez que estoy ahí pienso que esto es lo que quiero hacer en mi vida, emocionar a la gente.
¿Y lo que menos?
La incertidumbre. Es una carrera muy de altibajos. Estoy feliz con la carrera que estoy siguiendo, no me puedo quejar. Pero es cierto que hubo momentos en los que decía: «Bueno, a ver qué hago ahora».
¿Quiénes son tus referentes? ¿Alguien en quien te inspires a la hora de interpretar?
Mi hermano, sin duda. De hecho, soy actor en gran parte por él. Él es mayor que yo y ya era actor cuando yo era pequeño. Yo le suplicaba para que me dejara acompañarlo a los rodajes, le ayudaba a pasar texto, a montar el escenario, los decorados, llevaba agua a los actores… Estaba encantado de estar en el medio y me daba muchas ganas de hacer lo que ellos estaban haciendo. Y luego, por supuesto, los clásicos. Me encanta Leonardo DiCaprio y, sobre todo, los dos actores protagonistas de Breaking Bad, Bryan Cranston y Aaron Paul. ¡Ah!, y también Tom Holland.
En la imagen de arriba, André Lamoglia viste abrigo de ANTONY MORATO y joyas personales del actor.
Tú eres de Río de Janeiro. ¿Te costó mucho adaptarte a un nuevo idioma, un nuevo país? ¿Cómo fue ese proceso?
Con el idioma no he tenido problema. Yo ya había estado viviendo en Argentina, así que ya lo conocía. Y la sensación de estar lejos es algo que también había experimentado antes. Pero adaptarme fue rápido, la gente en España es muy acogedora, la comida es muy rica… Lo que más me costó a lo mejor fue el frío… Hoy, por ejemplo, salí de casa a las siete para rodar y había 0 grados y me quería morir. ¡Qué frío…! Risas.
Claro, porque tú estás muy acostumbrado a la playa, al buen tiempo…
Sí, toda mi vida he estado acostumbrado a la playa, pero poco a poco me voy adaptando. Justo hace poco hablaba con un amigo y le decía que a veces echo de menos un poco esta vida activa, de ir a la playa, a la naturaleza, practicar deportes… Y no el ritmo frenético que tiene la ciudad. Pero estoy muy feliz en Madrid. Son momentos diferentes de la vida y para el momento en el que estoy ahora es donde debo estar.
¿Dónde te ves de aquí a diez años?
Es complicado. No sé dónde voy a estar de aquí a un año, imagínate en diez. Pero espero seguir trabajando, tener una vida sana, salud para seguir persiguiendo mis sueños… Espero tener mi carrera consolidada y hacer proyectos fuertes que me gusten. Me encantaría trabajar en Los Ángeles, hacer proyectos en inglés, para Hollywood.
Texto: Marina Marroquín
Fotógrafo: Juan Miguel Herrero
Maquillaje y peluquería: Rebecca Figueroa
Estilismo: Silvia Hidalgo
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