El Día de Todos los Santos y de Dani Rovira

Dani Rovira Goya

Texto: Elisa H. Biffa

Sabe lo que es plantarle cara a las dificultades de la vida y vencer. Optimista, perseverante y muy trabajador, el actor, que celebra hoy 41 vueltas al sol, se encuentra en uno de los mejores momentos de su vida.

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El 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos en vísperas de venerar a los que no están visibles, a los que ya se fueron. Muchos lo celebran a través del ritual del dios al que le rezan, otros lo hacen a través del terror, entre dulces, trucos o tratos o cubriendo su cara con máscaras, como si se tratara de actores del teatro veneciano. Actores. Ellos pueden celebrar que han muerto miles de veces. Los actores interpretan otras vidas. Comienzan a vivir a la hora de interpretar. Desde que su personaje ya no aparece en las escenas, el personaje muere en el actor. Pero el 1 de noviembre, Don Andrés Rovira Caro y Juana de Rivas Lobato celebran que su hijo es un actor que está más vivo que nunca.

Daniel Rovira de Rivas. No muchos se refieren a él como si su madre le llamara enfadada y menos aún con sus dos apellidos, como si los voceara el profesor el primer día de clase al pasar la asistencia. Aunque si hablamos de patronímicos, este malagueño es más conocido por haber tenido hasta Ocho Apellidos Vascos en 2013 y dos años después, tener otros ocho, pero catalanes. Tener tantos apelativos no puede generar otra sensación más que curiosidad y, por ende, una estrepitosa popularidad. Su nombre pasó a glorificarse y su vida, tanto profesional como personal son, para los españoles, las propias de un actor principal. Un resumen posmoderno de Dani Rovira seria “De Málaga para el mundo”, porque su actuación no solo se ha filmado en el País Vasco y Cataluña, también emprenderá un viaje en busca de Thi Mai, rumbo a Vietnam y entre sus miles de apellidos también tuvo uno más asiático puestos a pedir. Ese lo obtuvo cuando interpretó a Paco Japón en Los Japón. Rovira también fue en Taxi a Gibraltar y fue Gerard descubriendo la dolorosa realidad del Mediterráneo.

El cine y el mundo

Como demuestra su filmografía, Dani Rovira ha sido un actor que ha recorrido el mundo tras la pantalla, pero no solo eso, así mismo interpretó a un hombre que no podía caminar 100 metros por su esclerosis múltiple, pero quiso correr en el triatlón de la vida y seguir adelante. Corrió y corrió como si fuera en busca de Mi amor perdido porque es Ahora o nunca y es así como nadie puede olvidar que fue la voz del que “Atrapa la bandera”. Fue entonces un héroe, como el que tuvo que dar vida a través de Superlópez aunque una vez llegó a darse cuenta de que el Futuro ya no es lo que era. Sin embargo, también llegó a aventurarse en un Crucero por la jungla (Jungle Cruise). El que busca, encuentra y el halló un tesoro: el premio Goya a Mejor Actor Revelación en 2015 se lo llevó por sus Ocho Apellidos Vascos. Dani Rovira es un actor que ha pasado por muchos papeles, pero detrás de ellos, hay una biografía también reseñable, la de la persona antes que el actor.

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De Málaga para el mundo

Dani Rovira, pese a ser del barrio malagueño de La Paz es capaz de apuntarse hasta a un bombardeo. Es que además de ser actor, entre sus ocupaciones desfila la faceta de presentador, comediante, locutor y filántropo. El triatlón que tuvo que correr en la piel de Ramón (100 metros) no le habrá resultado muy difícil ya que es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Granada. Y es que será verdad eso de que lo que es para ti, ni aunque te quites, y lo que no, ni aunque te pongas, porque él ya apostaba por lo internacional habiendo cursado el último año de su programa de monólogversidad en Oporto en un Erasmus. Para poder llenar teatros como Eva Hache en El Club de la Comedia serequiere de preparación. Y así lo hizo; es miembro de la Liga de Match de Improvisación de la Ciudad de Granada; El Match de Improvisación y Técnica Narrativa y Motores de la Improvisación por Borja Cortés en el Teatro Asura, en Madrid. Trabajaba en una casa de té en Granada para pagarse sus estudios y como siempre, mientras más difícil tenga uno el entorno en el que está, más sueños hay y más ganas hay de cumplirlos. Haciendo uso del coloquialismo “la cabra tira para el monte” él seguía apuntando lejos y cursó La Acción, el Espacio, el Tiempo y el Personaje en la Improvisación por el actor y comediante argentino Osqui Guzmán.

La casa del té no fue el único bar o restaurante en el que contaba sus monólogos. Para que su show Odio esté en Netflix se habrá enfrentado a muchos silencios incómodos, a reacciones no esperadas a su humor y a colaboraciones esporádicas que pueden hacer que cualquiera pierda el sentido del humor sobre cualquier realidad. Sin embargo, comenzó a formar parte de aquellos que se hacían llamar Nuevos cómicos de Comedy Central y los primeros años siempre son los más difíciles. Buscar lo que nos hace diferentes es un objetivo realmente ambicioso.  Muchos se dedican al espectáculo, pero salir por la tele supone dejar claro que Estas no son las noticias y que lo mismo puedes salir en Cuatro que en La Sexta Con hache de Eva e incluso, habrá momentos en los que, por el compromiso y la entrega que le pones a los nuevos retos, muchos te recomienden que No le digas a mamá que trabajo en la tele. Pues esto es uno, que se imagina cómo habrán sido las primeras andaduras de Dani Rovira, porque es que, Alguien tenía que decirlo como si tuviera un micrófono en Abierto. Porque sí, le dio tiempo de ser locutor en Abierto hasta las 2 en Radio Nacional de España. Dani Rovira ha conseguido llenar teatros, sin necesidad de usar estrategias para impresionar al espectador. Nunca tuvo que aplicar la pregunta de ¿Quieres salir conmigo? porque simplemente Te ríes de los nervios y las funciones nos dejan Improviciados quedando como resultados shows que categorizaríamos como Monólogos 10.

Televisión y publicidad

En la pantalla pequeña también se puede ver a Dani Rovira. Con dicha popularidad, ya sabemos que estará siempre de “Boca en Boca” como cuando participó en la serie B&B. Pero ojo, no podemos creer que, al ver constantemente a alguien, le conocemos en profundidad, al final, no sabemos si realmente Rovira de verdad se toma una Mahou para desconectar, si toma Actimel para regular sus defensas durante el desayuno o un Kalise para merendar. Como tampoco sabemos si compra en El Corte Inglés o si come Yatekomos cuando le da pereza cocinar tal y como dicen los anuncios en los que su rostro participa. Eso sí, abiertamente ha declarado hallarse en contra de los que se les ocurre mezclar pizzas con piña o piña con pizzas.

Lo que sí podemos saber aún sin conocerlo es que, superó el cáncer que afectaba a su sistema inmunológico. Fue un momento en el que los héroes que había interpretado se volvieron parte de su personalidad para seguir adelante. También sabemos de Dani Rovira que a veces el amor de película puede darse en la realidad (y más cuando tiene como paisaje el País Vasco) y que da igual dónde hayas nacido cuando a veces, tus ganas de soñar te llevan desde Andalucía hasta Japón; desde el salón de tu casa a Netflix; de soñar con los Goyas a presentarlos, de interpretar a alguien enfermo a estarlo y además, superarlo. Dani Rovira una vez dijo: “El mejor año de mi vida siempre está por venir y el peor, espero que ya haya pasado”. Rovira es el ejemplo cinematográfico, el actor con la máscara veneciana, el que cumple años el día de los que ya no están, pero el que revive a los que están a punto de perder el aliento. El actor que demuestra que para celebrar la vida hay que querer ser el intérprete del papel en el que siempre quisimos actuar.

Proyectos actuales

Odio. En una entrevista en el canal de Youtube de El Cine de la SER, el actor reveló que, evidentemente es una falsa apología del odio y lo define como: “Un especial de comedia clásico. Es un espectáculo donde el destino final es la risa, pero como me voy conociendo, de una manera subliminal y no tan subliminal, puede hacer de manera bonita de espejo de la sociedad”. Odio tiene como destino Netflix pero sus grabaciones le pertenecen al Teatro del Soho, en Málaga como muestra de que todo vuelve al lugar de donde salió. Odio (2º asalto) del 4 al 28 de marzo en el Teatro EDP de Gran Vía, Madrid.

Dani Rovira además ha regresado a la televisión a través de La 1 y con el programa que dirige “La Noche D” que acaba de estrenar su segunda temporada. Ha fichado a nuevos colaboradores como Silvia Abril, Edu Soto o Mariam Hernández. En el primer episodio ha contado con invitados de lujo como Penélope Cruz, Pedro Almodóvar, Natalia Verbeke o Ana Guerra.

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