Con la crema antiarrugas para hombre no te la juegues: identifica las necesidades de tu piel y ponle freno a las arrugas.
Una buena crema antiarrugas para hombre se ha vuelto un producto imprescindible en cualquier rutina de cuidado facial. Hay factores muy importantes que debes tener en cuenta a la hora de comprar una crema antiarrugas si no quieres tirar el dinero: la edad (no es lo mismo comprar una crema antiarrugas para un hombre de 30 años, que uno de 45 o de 50), las características de la piel (no es lo mismo una piel seca, que una sensible, ni que una piel grasa o con tendencia al acné), el estilo de vida (alimentación, hábitos, deporte…) y el entorno (si trabaja en un sitio con luz natural, expuesto al sol, o en una oficina…) son determinantes a la hora de elegir la crema antiarrugas correcta.
Para conocer en profundidad todos los detalles que debe tener una buena crema antiarrugas para hombre, nos hemos dado cita con el experto en belleza Carlos Rodríguez, de la agencia de comunicación About Beauty. Carlos nos ha explicado cuáles son los elementos principales de estas cremas, la diferencia con los productos femeninos y muchos factores importantes más.
Lo primero que debes tener claro es que debes usar una crema antiarrugas sí o sí, pero si no sabes muy bien por dónde empezar a buscar, échale un ojo a los consejos de nuestro experto en belleza.
Los componentes indispensables de una crema antiarrugas
Al analizar las principales cremas antiarrugas para hombre, puede comprobarse que los activos encargados de dirigir dicha lucha son los mismos que para la piel femenina. Esto se debe a que los mecanismos endógenos para combatir la polución, la radiación solar, la glicación y otros problemas son iguales en ambos sexos.
Activos como los péptidos, las vitaminas A, C y E, la centella asiática y el ácido hialurónico protagonizan la mayoría de este tipo de productos. Ya sea en conjunto o por separado, todos cuentan con una muy beneficiosa acción en la hidratación y cicatrización de la piel. Además, estas sustancias constituyen los pilares para recuperar y mantener la síntesis de colágeno y elastina a pleno rendimiento, luchando de este modo contra las arrugas.
Sabiendo esto, las cremas antiarrugas para hombre se suelen diferenciar en sus texturas, más ligeras, frescas y evanescentes que las femeninas. Además, cuentan con unas fragancias menos voluptuosas. No obstante, los efectos prácticos son iguales en ambos casos, por lo que las disimilitudes se limitan a elementos puramente sensoriales.
¿Los hombres pueden usar crema antiarrugas femeninas?
Tal vez hayas escuchado la idea de que los hombres deben abstenerse de emplear cremas femeninas, ya que poseen propiedades diferentes. Sin embargo, esto no es del todo cierto. Independientemente del sexo, la piel funciona y se ve afectada por los elementos externos de la misma manera.
La diferencia principal está en el grosor de la piel: al ser mayor en el caso del hombre, agradece texturas y aromas más ligeros y frescos. Por otra parte, tiene una tendencia más elevada a la secreción de sebo, aunque paradójicamente, también se deshidrata más fácilmente.
Un producto para la piel verdaderamente beneficioso lo es indistintamente de que el usuario sea hombre o mujer. De hecho, hoy día es cada vez más habitual encontrar cremas y productos cosméticos que no apelan a ningún sexo en concreto. Estos productos tienden a carecer de fragancia y la publicidad se centra en acciones y mensajes muy frugales que únicamente destacan su acción cutánea.
Es cierto que, debido a numerosos factores culturales y sociales, el hombre “llega tarde” a este mundo de cuidados y cremas antiarrugas. Asimismo, y si bien estas variables se han disipado notablemente, siguen haciendo que muchos varones busquen productos expresamente creados para ellos.
Cuándo hay que empezar a usar una crema antiarrugas para hombre
El mejor momento para comenzar a usar la crema antiarrugas para hombre es entre los 25 y los 30 años. En general, los hombres cuentan con un proceso de envejecimiento y aparición de arrugas ligeramente más tardío que la mujer. Sin embargo, y aunque el rostro aún no lo refleje, los signos de envejecimiento y arrugas ya se están formando.
Al terminar la pubertad, y tras un corto tiempo disfrutando de una piel óptima, los niveles de colágeno y la síntesis de elastina comienzan a decrecer. Esto es lo que nos debe invitar a utilizar cremas antiarrugas desde estas edades, y no cuando estas son ya muy visibles y marcadas. En ese caso, solo podremos minimizarlas o suavizarlas, pero no hacerlas desaparecer mediante las cremas. La prevención es la clave.
Las diferencias en el precio de las cremas antiarrugas
El hecho de que algunas cremas antiarrugas sean considerablemente caras y otras más asequibles se debe a muchos factores. Los ingredientes usados, los costes del equipo implicado en su creación, su publicidad o no, sus envases, la exclusividad que ofrezca la marca… Hoy en día podemos encontrar innumerables productos de precios económicos que cumplen su función y además son placenteros en su uso.
Sin embargo, el lujo en la cosmética tiene más que ver con la idea personal sobre lo que vamos a conseguir. A diferencia de la moda, que puede usarse para demostrar nuestro estatus económico delante de terceros, las cremas son de uso puramente individual. De ahí que el precio apele a una acción mucho más intensa y visible, que no por ello debe ser siempre cierta.
Las cremas muy caras alegan tener estudios de años de investigación, patentes millonarias y activos muy sofisticados y caros. No obstante, es posible que el producto no tenga un efecto mayor que otro cuyo coste sea una fracción de su precio. Pese a ello, las pomadas de lujo no solo cuentan con clientes fieles, sino que sus ventas aumentan año tras año.
Cuáles son las cremas más eficaces
En primer lugar, es necesario tener en cuenta que ningún producto o rutina será efectiva si no la llevamos a cabo diariamente, mañana y noche. La constancia es la clave del éxito y, sin tener esto presente, no hay producto que funcione, ya sea caro o barato. En segundo lugar, deberemos preguntarnos si nos gustan los aromas o no, y qué tipo de textura nos agrada: rica y envolvente, ligera y fresca…
Estos factores son clave, ya que, si un producto no nos resulta agradable, no lo usaremos bien o en la medida necesaria, coartando nuestro objetivo. Teniendo esto controlado, durante el día, la protección solar es el antiarrugas más efectivo que existe. La degradación del ADN celular y del colágeno y elastina por parte de los rayos UV son el principal enemigo de la piel joven y tersa.
Para este viaje, las vitaminas E y C son el complemento perfecto, puesto que la primera cuenta con una acción cicatrizante y nutritiva. Por su parte, la segunda es una gran dinamizadora de la síntesis de colágeno, con una muy beneficiosa acción antioxidante complementaria.
Durante la noche, la vitamina A, ya sea en forma de retinol o derivado, será la que más nos convenga. Es en ese momento cuando potencia la renovación celular de manera global, permitiendo ganar fuerzas a la piel y minimizando las arrugas. Finalmente, los factores de crecimiento epidérmico y los péptidos también ayudan mucho a mantener la piel fuerte y firme.
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