Si quiere saber cómo termina Elite 8, aquí te hacemos un spoiler en toda regla para que puedas comprender mejor la trama de cada personaje. Avisado estás.
Muchos usuarios en las redes sociales compartieron que la última escena de Élite 8 les había reconciliado con ella. Esto nos hizo pensar a muchos que tal vez sería el típico homenaje póstumo lacrimógeno, como el de otras series como “Física o Química” o “Mujeres Desesperadas”, donde veríamos desfilar por la pantalla a los actores y actrices que han pasado por el instituto de Las Encinas. Pero no fue así. Lo que presenciamos fue algo verdaderamente magistral.
Las Encinas cierra y los chicos deben trasladarse a un instituto público para hacer sus exámenes finales. Allí, disfrazados (y algunos ya con pinta de haber cumplido los 30), se enfrentan a adolescentes de verdad en un entorno auténtico. Puede que con esta última escena, los guionistas de Élite 8 hayan querido decir «Bueno… lo cierto es que siempre fuimos conscientes de que esta serie es lo que es y parece lo que parece…¡pero de eso tratan las series, de entretener! y todo apunta a que lo hemos conseguido durante ocho años.
La conclusión de la serie no solo celebra su éxito en entretener a los espectadores, sino que también reconoce su propia naturaleza extravagante y desmesurada. Este final no fue solo una despedida, sino una declaración de amor a una audiencia que, a pesar de todo, se mantuvo fiel y disfrutó del viaje. Una manera brillante de cerrar este capítulo, dejando a los fans de la serie con una sonrisa y un recuerdo inolvidable.
Carmen, el personaje de Maribel Verdú:
Carmen se encontró en una situación insólita una noche de copas. Sin saberlo, terminó enrollándose con Iván, su propio hijo, un joven gay interpretado por André Lamoglia. La ironía del destino quiso que Iván no supiera que esa misteriosa mujer era en realidad su madre biológica. Carmen había tenido a Iván con Cruz, un futbolista brasileño que también era gay. La complejidad de las relaciones no terminaba allí: Cruz, en un giro inesperado, se había involucrado sentimentalmente con el novio de su hijo, Patrick Blanco, interpretado por Manu Ríos.
Cuando la verdad salió a la luz, Iván quedó devastado. La revelación de que Carmen era su madre biológica lo llevó a tomar una decisión drástica: le entregó dos millones de euros para que desapareciera de su vida. Sin embargo, en un giro digno de las mejores telenovelas, Carmen no se fue.
Carmen no solo estuvo envuelta en complejas relaciones familiares y románticas, sino que también tuvo un lado oscuro. En un momento crucial de la trama, empujó a un influencer maltratador desde el balcón de su ático, acabando con su vida. Este acto de desesperación la metió en una espiral de chantajes. Un testigo del asesinato la grabó y utilizó el vídeo para extorsionarla. Decidida a deshacerse de él, Carmen orquestó una serie de maniobras para arruinar su vida: consiguió que lo despidieran de su trabajo y convenció a su hija para que se acostara con él, todo con el objetivo de que abandonara España. La historia de Carmen es un torbellino de emociones y decisiones extremas que mantuvieron a los espectadores al borde de sus asientos.
Ane Rot como Emilia Krawietz y Nuno Gallego como Héctor Krawietz:
Aunque durante los últimos siete años nadie había oído hablar de la organización, Las Encinas está ahora gobernada en las sombras por una hermandad ultrapoderosa conocida como Alumni, integrada por la élite mundial. Esta hermandad reformó toda un ala del colegio, transformándola en un espacio que parece una oficina de notario. Sin embargo, este nuevo entorno formal oculta un secreto más oscuro: es utilizado para reuniones clandestinas y orgías bisexuales.
Con Alumni asentada en Las Encinas, los pasillos de la institución se ven frecuentados por cincuentones con apariencia de encargados de una tienda Zara, un contraste llamativo con el habitual ambiente juvenil de la escuela.
En medio de este entorno, el personaje de Emilia Krawietz, aunque no tiene una trama muy desarrollada, aporta su cuota de drama. Emilia está sexualmente obsesionada con su hermano bisexual, Nuno Gallego, y no duda en hacer comentarios desubicados y anticuados. La obsesión y las relaciones inapropiadas no terminan ahí; su hermano Héctor Krawietz fija su atención en Joel, un chico inocente y de origen humilde interpretado por Fernando Líndez.
Héctor manipula a Joel, convirtiéndolo en un chapero de lujo. La relación entre ellos se deteriora rápidamente y culmina en una tragedia: el asesinato de Joel. En el caos y la desesperación, Héctor y Emilia terminan acusándose mutuamente de ser responsables del crimen.
La trama de Alumni y los Krawietz añade un componente de misterio y decadencia a la ya compleja vida en Las Encinas, llevando a los espectadores a un viaje lleno de secretos, poder y tragedia.
Isadora Artiñán, el personaje de Valentina Zenere:
Isadora es una adolescente argentina millonaria con numerosos negocios hosteleros a su cargo. Este personaje salió con un violador, sufrió una violación grupal, sometió a castración química a uno de sus violadores…
Durante la temporada 8 de Élite, Isadora hizo que metieran a su padre en la cárcel, fue chantajeada sexualmente por un policía cincuentón con pinta de tener una coctelería llamada «La mentirosa» y asesinó a dicho policía inyectándole una sobredosis delante de seis agentes del orden y de media docena de sus amigos.
También ha estado arruinada durante dos capítulos y ha tenido adicciones “a sustancias” durante veinte minutos de metraje. A su padre lo mataron en la cárcel porque ella prefirió venderle su local a André Lamoglia antes que al mafioso al que le debían dinero.
Joel, el personaje de Fernando Líndez
El personaje de Joel está interpretado por el modelo Fernando Líndez y, por supuesto, en la serie interpreta a un modelo adolescente sin hogar que, como está harto de depender de Iván (André lamoglia), su novio millonario, empieza a practicar el oficio más antiguo del mundo con desconocidos para sacarse un dinerillo extra. El chico se pasa con la testosterona por las nubes los ocho capítulos de la temporada. Quizás hay que mencionar que es un personaje que está hipersexualizado en la serie, de una forma un poco forzada, y al que se le ve el trasero de forma innecesaria prácticamente en cada capítulo.
Héctor Krawietz (Nuno Gallego) se obsesiona con él y eso enfada mucho a su hermana Emilia, que quiere a su hermano solo para ella. Así que lo convierten en el juguete sexual de un matrimonio millonario de cincuentones con pinta de votar a Ciudadanos.
¿Quién mató a Joel en Élite 8?
Joel introduce en la prostitución de lujo bisexual a su mejor amigo, el joven subsahariano heterosexual sin papeles. Cuando vuelve con su novio, le cuenta que es chico de compañía y, en la mejor escena de la temporada, este le pregunta si es chapero o “si es como una geisha que les saca conversación a sus clientes sobre políticas geoeconómicas”.
Por su culpa se destapa una red de prostitución en la discoteca de Isadora Artiñán (Valentina Zenere), que ahora es de su novio, y esto enfada, por muy diversos motivos (algunos de ellos difíciles de explicar) a: la argentina, los hermanos Krawietz, la hija de la Carmen y el novio cucú, el policía cincuentón, su propio novio, el chico subsahariano sin papeles… por lo que, cuando lo asesinan en una orgía en el instituto, todo el mundo es sospechoso.
Chloe, el personaje de Mirela Balić
Chloe, interpretada por Mirela Balić, es un personaje audaz y sin escrúpulos en la temporada 8 . Decidida a formar parte de la exclusiva sociedad secreta Alumni, Chloe recurre a métodos poco ortodoxos para conseguir su objetivo. Con astucia y determinación, roba las cuentas secretas de su amiga Isadora, asegurándose de ocupar su lugar en la codiciada organización.
En su implacable afán por conseguir lo que quiere, Chloe también se enfoca en el novio de su amiga, un joven subsahariano sin papeles. Con intenciones oscuras, planea aislarlo para que su amiga lo abandone. Para lograrlo, Chloe hace un directo de Instagram mientras el muchacho le hace una comida de sus partes en primer plano.
La conducta de Chloe revela una profunda falta de ética y empatía, mostrando hasta dónde está dispuesta a llegar para alcanzar sus objetivos. Su manipulación y traición no solo afectan a su amiga y al joven, sino que también reflejan las luchas de poder y la desesperación que caracterizan el entorno de estos personajes. La serie, a través de Chloe, pone en evidencia la fragilidad de las relaciones humanas y la capacidad de destrucción que puede tener la ambición desmedida.
Omar Shanaa, el personaje de Omar Ayuso
A lo largo de ocho años, Omar Ayuso ha presenciado cómo varios de sus amigos y exnovios han sido asesinados en los alrededores del colegio. Sin embargo, este constante trauma no lo ha impulsado a aprender a defenderse o actuar de manera decisiva. Durante toda la temporada, Omar se dedica a llorar y servir copas, tal como ha hecho durante los últimos ocho años. Su vida parece estar estancada en un ciclo de dolor y monotonía.
La situación toma un giro violento cuando un grupo mixto de Alumnis lo ataca brutalmente. Durante medio capítulo, Omar se encuentra al borde de la muerte o de quedar en estado vegetal. Sin embargo, milagrosamente, sale de esta experiencia con solo un brazo vendado y una pequeña cicatriz en la frente que, curiosamente, le sienta bien.
Impulsado por la ira y el deseo de venganza, Omar decide enfrentarse a los hermanos que le dieron la paliza, al policía que mató a su exnovio, y a todo el instituto que ha ido diezmando su círculo social, como si se tratara de una versión moderna de “Diez negritos”. En un intento desesperado por encontrar justicia, realiza un vídeo que, de manera inexplicable, logra cerrar el instituto para siempre.
La historia de Omar en Elite es una mezcla de tragedia y misterio, mostrando la desolación de alguien que, atrapado en su dolor, busca desesperadamente un propósito y una forma de cerrar un ciclo que parece no tener fin.
Iván Carvalho, el personaje de André Lamoglia
Iván, ahora un huérfano millonario, regresa de Sudáfrica cargado de nuevos desafíos y tragedias. Durante esta temporada, enfrenta dos intentos de drogadicción cuando le echan algo en la bebida, sumergiéndolo en situaciones peligrosas y vulnerables. A pesar de su propia turbulencia, muestra su generosidad y amistad al ayudar a su amiga Isadora, una drogadicta arruinada, comprándole su discoteca en ruinas. Gracias a su intervención, el local vuelve a ser un éxito instantáneo.
La vida del personaje de André Lamoglia no se detiene en el drama. Pierde a otro novio de manera trágica, quien, antes de morir, le confesó que trabajaba como chapero. Para Iván, esta revelación parecía algo casi lógico en su caótica realidad. En medio de su duelo, se reencuentra con su madre, con quien tuvo una relación sin saber su parentesco, y a quien le había dado dos millones de euros para que desapareciera de su vida.
La complejidad de sus relaciones familiares no termina ahí. Iván se ve envuelto en una conspiración con sus amigas para acusar del asesinato de su novio a su recién descubierta hermanastra. Su vida, llena de giros inesperados y decisiones impulsivas, refleja una constante búsqueda de estabilidad y sentido en medio de un torbellino de emociones y secretos.
Iván navega por este mar de conflictos personales y traiciones, intentando encontrar su camino en un mundo donde la riqueza no puede comprar la paz ni resolver los enigmas de su complicada existencia. Cada episodio revela más capas de su carácter, mostrando a un joven atrapado entre su pasado y su presente, intentando desesperadamente construir un futuro que le brinde algo de claridad y consuelo.
