Seguramente más de una vez has oído hablar de un DAFO. Estas iniciales, que hacen referencia a las palabras Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades, y son una herramienta muy útil para que un empresario conozca la realidad de su empresa, marca o producto. Sin embargo, ¿y si nos hiciéramos esta pregunta a nosotros mismos? ¿sería tan fácil reconocer nuestros puntos débiles y nuestros puntos fuertes para potenciar nuestras cualidades?
Conocerse bien a uno mismo en el ámbito profesional y personal es mucho más importante de lo que imaginamos, ya que será el único modo de superar las amenazas que se nos presenten y de aprovechar las oportunidades al máximo.
Algo que debes de tener claro a la hora de determinar aquello que te hace más fuerte, es que fortalezas y habilidades no son lo mismo. Una habilidad es la capacidad de hacer una cosa correctamente; mientras que, cuando nos referimos a fortaleza, estamos hablando de la habilidad moral de una persona para sobrellevar un problema o sufrimiento.
Ante todo, si de verdad quieres ser conocedor de tus fortalezas lo que debes hacer es permitirte hacer un viaje de introspección. Esto supone hacer frente a nuestras virtudes y defectos, para así poder explotar lo positivo y aceptar lo negativo intentando mejorar en ello.
Si hay un obstáculo cada vez más común en el momento de definir nuestras fortalezas es el síndrome del impostor. Este fenómeno psicológico se basa en una sensación de inseguridad relacionada con los logros en el trabajo.
El síndrome del impostor te hace sentir como si estuvieras engañando a todo el mundo haciéndoles pensar que eres bueno en tu trabajo, pero teniendo una percepción distorsionada de ti mismo que te hace verte como un fraude.
Actualmente son muchas las personas que sufren de este síndrome, por eso es importante que si sufres de él desarrolles un mejor autoconcepto y conozcas tus fortalezas. Una vez seas más consciente de tus puntos fuertes y tengas la suficiente seguridad en tus habilidades podrás evitar estos sentimientos negativos que tanto pueden afectar en la autoestima:
1. Test y pruebas de valoración de fortalezas
Actualmente existen variados instrumentos de medición de fortalezas que permiten ampliar el autoconocimiento de aquel que se presta a realizarlo. Estos son tres de los test empleados a la hora de valorar las fortalezas:
Via (Values In Action) Character Strengths & Survey
Esta investigación denomina a las fortalezas como fortalezas de carácter y considera que son un factor determinante de nuestra personalidad. El test VIA mide un total de 24 fortalezas que se clasifican en seis tipos de virtudes:
- Sabiduría
- Trascendencia
- Humanidad
- Coraje
- Templanza
- Justicia
De este modo, la persona que realice la prueba tendrá que contestar un total de 240 afirmaciones puntuando del 1 al 5 siendo el 1 “muy diferente a mí” y el 5 “muy parecido a mí”.
Strengthscope
Este medidor considera que el hecho de conocer tus fortalezas permite un mayor rendimiento del individuo en su día a día.
En este caso, el objetivo de este examen tiene como objetivo medir la energía de la persona a través de otras 24 fortalezas clasificadas en 4 categorías: emocional, pensamiento, ejecución y relacional.
Con ello, los resultados son mostrados en una gráfica que muestra en barras más altas las fortalezas y en las más bajas aquellas cualidades de la persona que consumen energía.
Cliftonstrengths
Otra forma de medición que mide la intensidad de nuestras fortalezas a través de 34 temas. Esta herramienta ha sido desarrollada por The Gallup Organization y su objetivo es el de ayudar a las personas a descubrir sus mayores fortalezas para obtener mejores resultados en la sociedad y las empresas.
El consultor americano sobre fortalezas, Tom Rath, ha vendido más de un total de 8 millones de ejemplares y ha sido nº1 en la lista de los 100 libros más vendidos de Wall Street y The New York Times con Descubre tus fortalezas 2.0. con evaluación Cliftonstrengths. Con acceso a la propia evaluación, este libro te ofrece las mejores herramientas de acción en función de tus fortalezas.
2. Hazte preguntas y descubre tus fortalezas
En muchas ocasiones la rutina y nuestras obligaciones nos impiden dedicar un rato a pensar y reflexionar sobre nosotros mismos, e incluso cuando tenemos tiempo para ello, preferimos evadirnos y dejar nuestra mente en blanco. Puede ser incómodo enfrentarse a uno mismo y valorar nuestras debilidades y fortalezas, pero los resultados pueden ser muy fructíferos tanto a nivel laboral como personal.
Empieza por hacerte ciertas preguntas que te guiarán hacia estas fortalezas. Este momento de introspección te ayudará a conocerte mucho mejor. Por otra parte, no dudes en preguntarle a las personas que más te conocen, ya que su visión sobre ti puede ayudarte en este camino de búsqueda de tus fortalezas. Eso sí, independientemente de lo que piensen los demás, no dejes de lado tu propio autoconcepto.
Entre las preguntas que te puedes hacer para acercarte un poco más a tus puntos fuertes, te sugerimos las siguientes:
- ¿Qué sé hacer sin esfuerzo?
- ¿Cuáles son mis fortalezas según las personas que me conocen y quieren?
- ¿Cuáles considero que son mis puntos fuertes? ¿Y los débiles?
- ¿Qué éxitos importantes he tenido en el pasado?
3. Mira hacia delante y enfócate en tus objetivos
Fíjate en tus sueños y planes futuro, solo así podrás ser conocedor de las cualidades de las que requieres para lograr tus metas.
Un modo de conseguir potenciar nuestras fortalezas a futuro es emplear la técnica de visualización. Este método consiste en imaginar situaciones que queremos que sucedan para así vivir mejor en el presente y desarrollar aquellas facultades que nos pueden ser de ayuda.
4. Prueba cosas nuevas
¿Y si aún no has descubierto qué es lo que se te da bien? Innova y prueba actividades nuevas.
El comenzar con nuevas aficiones pondrá a pruebas tus habilidades y será un buen modo de probar tu actitud a la hora de enfrentar nuevos retos. El exponernos a nuevas situaciones es una manera de desafiarnos y conocer facetas de nosotros que aún no hemos sacado a relucir.
5. Sé realista contigo mismo
Deja a un lado el síndrome del impostor y tus inseguridades, trata de analizar los diferentes ámbitos de tu vida y sé realista.
Para que esto sea posible es necesario que atiendas a tus valías tanto en lo personal como en lo laboral. Hazte preguntas sobre ello y estarás más cerca de conocer tus fortalezas.
¿En qué destacas en el trabajo? ¿Qué cualidades te han ayudado a superar obstáculos a lo largo de tu vida? Analízate y potenciarás con creces estas fortalezas.
6. Plantéate por qué quieres conocer tus fortalezas
Al fin y al cabo, nuestras fortalezas son aquellas cualidades positivas que nos caracterizan y nos diferencian de los demás. Un mayor conocimiento de ellas debe de suponer el camino a la felicidad, puesto que permite que potenciemos nuestras cualidades al máximo y sacar un mayor partido de ellas.
Ten en cuenta estos métodos para descubrir tus fortalezas y obtén un mayor rendimiento no solo en el trabajo, sino también en tu vida personal.