Abrir una relación o la propia sexualidad no es tarea fácil. Pueden surgir dudas o sentimientos nunca antes experimentados, pero con trabajo, paciencia y comunicación la experiencia puede ser muy positiva
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Hay muchas formas con las que una persona puede experimentar con su sexualidad, ya sea de forma individual, en pareja, con amigos ¡o hasta con desconocidos! Disfrutar del sexo en todas sus formas, desaprender lo socialmente aceptado o vivir nuevas y sensuales experiencias son cuestiones que toda persona o pareja puede llegar a plantearse en un punto de su vida. Es humano, lógico y, además, apasionante.
Por eso JOYclub, comunidad basada en la sexualidad liberal, nos da unos consejos que debemos tener en cuenta para que aprendas a gestionar tus emociones y la de tu pareja, en el momento en el que decides abrir tu relación sentimental y vivirla sin limitaciones ni tabúes sociales. ¡Toma nota!
Abrir tu sexualidad o tu relación: formas de engrandecerse mutuamente
Tener nuevas experiencias sexuales, ya sea con alguien más o como persona individual, no siempre es tan fácil como parece. En primer lugar, es importante la sinceridad, no solo con tu pareja y las partes involucradas, sino con uno mismo. Esta es una cuestión individual en la que cada uno tiene que ser consciente si realmente quiere abrir tu sexualidad y cumplir sus fantasías sexuales.
En el caso de querer experimentar con otra persona, la conexión será muy importante para crear una sinergia en la que exista una complicidad natural.En el caso de querer abrir no sólo tu sexualidad, sino también tu relación, Cecilia JOYce, portavoz de JOYclub aconseja que “lo primero que hay que hacer es tener una comunicación fluida y honesta con tu pareja, se deben exponer los deseos y que se quiere descubrir en este mundo”.
¿Cómo son las emociones “del después”?
Puede pasar que una persona esté 100% segura de que quiere probar nuevas experiencias sexuales. También puede ocurrir que las disfrute mucho y que, a pesar de ello, se sienta diferente, surgiendo sensaciones extrañas o creyendo que “hizo algo que estaba mal”. Son emociones ligadas a lo que es socialmente aceptado… o no. En este caso, debes preguntarte: ¿te ha gustado? ¿repetirías la experiencia? Si la respuesta es un “sí”, no hay más que pensar.
Sin embargo, si el proceso es en pareja, es importante trabajar las barreras que vayan surgiendo, e ir deshaciéndose de los sentimientos que no son útiles para la relación. En general, hay que ser comprensivo con los sentimientos, miedos y preocupaciones de la otra persona. “Al fin y al cabo, la clave de una relación liberal es la generosidad hacia nuestra pareja, es decir, el poder disfrutar con su placer y el anteponer su disfrute a nuestra pulsión de retenerla para nosotros mismos”, aclara Cecilia.
¿Una relación abierta es apta para todas las parejas o personas?
Como todo en la vida, nada es apto para todos ni nos hace felices por igual. En el caso de que la pareja tenga plena comunicación e inquietudes sexuales similares, la respuesta es un SÍ. Sin embargo, es importante destacar que ambas partes deben estar de acuerdo y evitar que uno de los integrantes sienta la obligación de complacer al otro por miedo a la ruptura.
En el caso de las personas sin pareja, la gestión se simplifica al ser con uno mismo. Basta con estar seguro de lo que se quiere, los objetivos y tener un ambiente de confianza. Aunque también es importante destacar que pueden surgir emociones como la de “me siento utilizado” o “vacío”. Es importante estar 100% seguro y saber distanciar lo emocional del placer.
“Abrir una relación o atreverse a vivir la sexualidad de forma libre y plena es una decisión que requiere de mucha gestión emocional. Hay que ser intrépido y estar dispuesto a probar cosas nuevas, pero, sobre todo, ser generoso y capaz de ver el placer con otros ojos”, concluye Manuel Binternagel, portavoz de JOYclub.
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