El actor gallego hace su debut como modelo en el desfile de la colección Eighteen de Alejandro Gómez Palomo, celebrado en el hotel The Palace de Madrid.
En el marco de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, Martiño Rivas ha cambiado por una mañana el set de rodaje por la pasarela. El actor, al que estamos acostumbrados a ver en sesiones fotográficas para revistas y campañas, debutó como modelo desfilando para Palomo Spain en la presentación de su colección Primavera/Verano 2026. Esta ha sido la primera vez que el actor gallego se ha lanzado al reto de desfilar en un show de moda, y lo ha hecho en un escenario que no podía ser más adecuado para la ocasión: el renovado hotel The Palace de Madrid, donde Alejandro Gómez Palomo ha presentado «una de sus colecciones más personales».
El debut de Martiño Rivas sobre la pasarela
Rodeado de un público repleto de personalidades del mundo de la cultura y la moda —entre ellos Paco León, Carmen Lomana, Carla Díaz, Sita Bellán, María Escoté, Ana Rujas, Natalia Lacunza, Mirela Balic, Lola Rodríguez o Hiba Abouk—, Martiño Rivas acaparó flashes y miradas al salir a desfilar con la naturalidad y el magnetismo que lo caracterizan en pantalla.
Aunque su carrera siempre ha estado ligada a la interpretación, el actor se movió con soltura en la pasarela con un look mínimo que dejaba al descubierto sus cuádriceps, poniendo de manifiesto la estupenda forma en la que se encuentra el actor.
El gesto de Palomo de invitar a Martiño a formar parte del casting refuerza la conexión de la firma con el cine y con una nueva generación de rostros que trascienden su campo habitual para convertirse en iconos culturales.
Eighteen, el viaje de Palomo hacia la madurez
La colección que sirvió de marco para este debut lleva por título Eighteen, y resume a la perfección la idea de tránsito y evolución. Palomo Spain cumple dieciocho colecciones y celebra este número como un hito que señala el paso de la juventud a la madurez. Un viaje vital y creativo que, en esta ocasión, encuentra inspiración en el universo cinematográfico de Sofía Coppola, con referencias que van desde The Virgin Suicides hasta María Antonieta.
En la pasarela, esa estética se tradujo en colores suaves —rosas pastel, verdes agua, azules empolvados—, siluetas con juegos de volúmenes y transparencias, y detalles inesperados que dialogan entre lo íntimo y lo provocador. Los tejidos ligeros y las atmósferas oníricas convivieron con propuestas de knitwear y piel que ya son sello de la casa. Además, la colaboración con Swarovski brilló en flores y bordados de cristales verdes, azules y rosas, sumando destellos de fantasía a la puesta en escena.
Más allá de la moda, Eighteen simboliza la mudanza del equipo de Palomo a Madrid, un gesto de emancipación y madurez que conecta con el relato emocional de la colección. “Tiene mucho que ver con dejar el pueblo donde siempre hemos estado, dejar el taller, incluso con empezar a tomar distancia de ese núcleo familiar al que has estado pegado toda tu vida”, explicó el diseñador.
El desfile, que contó también con la participación de Vivas Carrión en los sombreros y las firmas Charles & Keith y Pedro Shoes en el calzado, fue mucho más que una presentación de temporada: marcó un punto de inflexión para Palomo y regaló un nuevo capítulo en la trayectoria de Martiño Rivas, ahora también como modelo.