Manu Ríos, Kate Moss, Pamela Anderson y Kylie Jenner, entre las muchas celebridades que asistieron a un desfile lleno de deseo, erotismo y cuero, seguido de una fiesta tan secreta como comentada.
El desfile de Tom Ford en París no fue solo una cita obligada de la moda, fue el lugar donde había que estar. Donde cada invitado parecía más famoso que el anterior, y donde la línea entre la pasarela y el espectáculo se desdibujó por completo. Entre los asistentes: Pamela Anderson, Kate Moss, Rita Ora, Kylie Jenner, Manu Ríos, Jon Kortajarena y una larga lista de rostros que no pasan desapercibidos.
Todos respondieron a la llamada de Haider Ackermann, director creativo de la firma, para presenciar en directo una colección que apeló al deseo sin filtros y al lujo más oscuro. Y después, claro, la fiesta.
Una pasarela cargada de deseo
La colección Primavera-Verano 2026 de Tom Ford firmada por Ackermann fue una provocación estética calculada. Bajo luces tenues y una atmósfera de club clandestino, las modelos avanzaban con un ritmo casi hipnótico, como si lo importante no fuera llegar, sino hacernos esperar. Y mientras tanto, las prendas hablaban por sí solas: cuero brillante, lencería a la vista, cortes que insinúan más de lo que esconden, y una sensualidad directa, sin adornos.
Las referencias a los códigos clásicos de Tom Ford eran evidentes —negro absoluto, explosiones de color en esmeralda o fucsia, cortes precisos y materiales lujosos—, pero con una lectura nueva: mujeres poderosas, independientes, que caminan como si no tuvieran que pedir permiso. Los hombres, por su parte, se movían entre la fluidez y la provocación: bóxers transparentes, túnicas abiertas, cuerpos a medio vestir que hablaban de un hedonismo moderno, casi terapéutico.
El desfile culminó con musas como Vittoria Ceretti y Mariacarla Boscono luciendo vestidos de espaldas descubiertas, labios rojos y chaquetas con pedrería. Una fantasía nocturna que no necesitó fuegos artificiales para incendiar las redes.
Celebrities en primera fila y una fiesta de las que no se cuentan
Pero si el desfile desató los sentidos, la primera fila fue otro espectáculo. Kylie Jenner eligió un vestido negro con tirantes cruzados y Pamela Anderson sorprendió con nuevo look cobrizo, gafas de Tom Ford Eyewear y un vestido con lazo en el escote.
Kate Moss, FKA twigs, Jordan Barrett, Laura Ponte, Chiara Mastroianni, Mahershala Ali, Janet Jackson, Paris Jackson, Daphne Guinness, Stormzy o Law Roach formaban parte del mosaico de invitados.
Cada uno con su estilo, muchos vistiendo diseños de Ackermann, se convirtieron en el mejor escaparate de la colección incluso antes de que empezara el show. Manu Ríos y Jon Kortajarena, por supuesto, no faltaron a la cita. Tampoco figuras como Ji Chang-wook, Erin Wasson o Kai-Isaiah Jamal.
¿Y después? La fiesta. Una de esas celebraciones que no se anuncian pero de las que todo el mundo habla. Sin cámaras, sin acceso fácil, pero con esa mezcla irresistible de glamour y misterio que Tom Ford domina como pocos. Porque cuando la moda termina, empieza la verdadera historia. Y anoche, París fue testigo de ambas.