La docuserie Vivir 100 años: Los secretos de las zonas azules llegará a Netflix el 30 de agosto de 2023
Mientras la esperanza de vida en Estados Unidos muestra una preocupante reducción, alcanzando el promedio más bajo en veinte años, los investigadores se sumergen en un mar de causas posibles. Las deficiencias en el sistema sanitario, una urbanización poco optimizada y el libre acceso a armas de fuego son algunas de las razones detrás de este alarmante declive. No obstante, en vez de sumergirnos en las sombras de lo que amenaza nuestra existencia, ¿por qué no mejor iluminar aquello que nutre nuestra longevidad?
Dan Buettner es uno de los principales expertos a nivel mundial en la promoción de vidas más largas y saludables. Hace cerca de 20 años, Buettner, en colaboración con un equipo de National Geographic, se propuso documentar regiones específicas alrededor del mundo donde la concentración de centenarios (individuos que alcanzan los 100 años) es mayor que en cualquier otro lugar. Estos bastiones de buena salud se conocen como «Zonas Azules», y Buettner ha dedicado su vida a entender y divulgar los rasgos compartidos entre estas poblaciones tan variadas que disfrutan de una longevidad excepcional.
El libro y la serie «Vivir 100 años»
Con el preocupante descenso de la esperanza de vida en Estados Unidos, el estreno de la nueva docuserie de Netflix sobre las Zonas Azules no podría ser más oportuno. «Secrets of the Blue Zones», una serie en cuatro partes que se lanza el 30 de agosto, lleva a los espectadores de la mano de Buettner desde California hasta Japón, conversando con aquellos que parecen haber hallado el elixir secreto para vivir un siglo.
Paralelamente al estreno, Buettner presenta su nuevo libro, «The Blue Zones Secrets for Living Longer» (Los secretos de las zonas azules para vivir más). Esta obra recopila la esencia de estas regiones excepcionales y actúa como guía para aquellos que deseen incorporar estos secretos en su vida diaria, sin importar su lugar de residencia.
En las páginas de su libro, Buettner nos lleva en un viaje a través de las conocidas cinco Zonas Azules. Pero hay un giro inesperado en esta odisea: nos presenta a Singapur, bautizada por él como la ‘Zona Azul 2.0’. A diferencia de las otras, Singapur no es un secreto milenario que el tiempo ha mantenido intacto; es una creación deliberada de la era moderna.
Buettner nos recuerda una ciudad de hace sesenta años: una isla que luchaba contra condiciones de salud adversas. Pero el viento cambió su curso. Hoy, Singapur brilla como un faro de salud y longevidad en el mapa global, un testimonio del poder de políticas bien implementadas. Con un tono reflexivo, Buettner confiesa a FOK: ‘Es una manifestación viva de que, con el entorno adecuado, las personas no solo viven más tiempo, sino que también se alejan de esas enfermedades que drenan billones de la economía estadounidense cada año’
La fórmula de la Zona Azul
Al descubrir las Zonas Azules, uno podría visualizarlas como lugares donde unos pocos han tenido la suerte de nacer con el gen de la longevidad. Pero al escuchar a Buettner, esa imagen se desvanece.
Según Buettner, el 20% corresponde a los genes, el 10% a las elecciones personales, el 10% al sistema sanitario y el 60% restante al entorno. El autor sostiene que existen áreas en Kentucky donde la esperanza de vida es 20 años menor que en Boulder, Colorado. En ambos lugares, hay diversidad genética y personas que toman las riendas de su salud. La verdadera diferencia radica en que, en Boulder, es mucho más sencillo recorrer la ciudad a pie o en bicicleta que en coche. Es un lugar donde es más fácil encontrar deliciosos platillos basados en plantas que en Kentucky. Allí, socializar, conectarse con la naturaleza y respirar aire limpio son actividades cotidianas. Estos son factores ambientales que solemos subestimar en la ecuación de la longevidad.
Entonces, ¿qué hacen estas poblaciones repletas de centenarios de manera tan distinta al resto de nosotros? Sorprendentemente, no es algo revolucionario, sino más bien una combinación de pequeños hábitos diarios, un entorno propicio para la vida y políticas y actitudes sociales que subrayan el valor, la dignidad y la salud de cada individuo. Aunque la docuserie y el nuevo libro revelan muchos más detalles, estos son cuatro factores clave que todas las Zonas Azules tienen en común:
Dieta wfpb
«En su gran mayoría, siguen una dieta basada entre el 90 y el 100% en alimentos integrales de origen vegetal, más o menos como la dieta de Forks Over Knives», dice Buettner.Aparte de lo que comen, los habitantes de la Zona Azul también tienen estrategias para no comer en exceso a lo largo del día, y tienden a mantener los aparatos electrónicos lejos de la mesa para dedicar toda su atención a compartir las comidas con sus seres queridos.
Movimiento natural
Resulta que nuestra concepción actual del ejercicio -realizar ráfagas concentradas de actividad que cumplan nuestros objetivos de forma física cada día- puede estar completamente equivocada.»Las personas de las zonas azules no hacen ejercicio, pero viven en entornos en los que se les anima a moverse de forma natural cada 20 minutos», afirma Buettner.Entre el trabajo, las tareas domésticas, las actividades sociales y las ciudades peatonales, el movimiento forma parte de su día a día, en lugar de ser una actividad extraescolar.
Conexiones sociales
Se ha comprobado que el aislamiento social es tan mortal como fumar 15 cigarrillos al día, y la longevidad de los habitantes de la Zona Azul es una prueba más de que los vínculos sociales fuertes te mantienen vivo más tiempo.»Dan prioridad a sus familias y tienen cerca a sus padres mayores», explica Buettner. «Suelen pertenecer a una comunidad religiosa y se rodean de personas que refuerzan los comportamientos [saludables]».
Sentido de la finalidad
Buettner subraya que estas poblaciones longevas «conocen su propósito y viven de acuerdo con él».Como una de las características más abstractas de las comunidades de las Zonas Azules, define vivir con un propósito como «tener claros tus valores, saber en qué eres bueno y encontrar una salida que proporcione algún bien al resto del mundo o ayude a otras personas.»
Cambios grandes y pequeños
Aunque las lecciones extraídas de las Zonas Azules pueden aplicarse a nivel individual, su potencial transformador reside en el hecho de que estos principios básicos pueden reproducirse y adaptarse para remodelar la salud de ciudades enteras.Tras descubrir estas singulares bolsas que desafían al envejecimiento, Buettner fundó la organización Blue Zones, que trabaja con ciudades de todo Estados Unidos para promulgar políticas que prolonguen la esperanza de vida de sus habitantes.
En las dos últimas décadas, la organización ha trabajado con éxito con 72 ciudades, entre ellas Fort Worth (Texas), donde se redujeron los índices de obesidad, las tasas de tabaquismo bajaron un 31% y más del 58% de los residentes se consideran ahora «prósperos».
Más allá de la dieta y el ejercicio: el estilo de vida de las Zonas Azules para una vida más larga
Buettner ha cambiado personalmente elementos de su vida para encarnar la sabiduría de las Zonas Azules, como mudarse a Miami Beach, Florida, para poder nadar a diario, disfrutar de un barrio peatonal y rodearse de amigos que se preocupan por su salud. El objetivo de su nuevo libro y de la serie de Netflix es inspirarte para que diseñes una vida que te dé más tiempo para hacer las cosas que te gustan, con las personas que más te importan, durante el mayor tiempo posible.
«Espero que quienes lean el libro se lleven 10 años más de buena vida», afirma Buettner. «El americano medio se deja más de una década de vida por el camino que lleva. Esta serie no es un biohack, no es un truco antienvejecimiento, no es ninguna de las otras vorágines diseñadas para sacarte dinero. Se trata de personas reales que han vivido de una manera identificable durante cientos de años, y tienen un conjunto de genes muy promedio, por lo que no hay ninguna razón por la que no podamos alcanzar sus resultados si prestamos más atención a nuestras propias vidas.»
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