¿Cómo dejar de sentirme culpable por todo? ¿De dónde viene el sentimiento de culpabilidad, cuáles son sus causas y cómo se gestionan?
La culpa es un sentimiento tan destructivo como habitual. Y, aunque no es fácil dejarla de lado, es posible aprender a gestionarla con una serie de pautas y consejos.
¿Eres de esas personas tan autoexigentes a las que les cuesta perdonarse a sí mismas? La culpabilidad puede convertirse en nuestro peor enemigo si no sabemos cómo gestionarla de la mejor manera posible.
Esa vocecita interior que nos acusa de “culpables” por decir que no, cuando algo va mal o cuando las cosas no salen como esperamos. “No lo estás haciendo bien”, “no eres suficiente”, entre otros, son algunos de los pensamientos culpabilizadores más recurrentes.
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Y aunque todas las emociones tienen su razón de ser, cuando no ponemos remedio y dejamos que el sentimiento de culpa campe a sus anchas por nuestra sesera, se convierten en una carga emocional que mina nuestra autoestima, limita nuestras decisiones y nos impide avanzar con libertad.
Si bien los hechos que nos producen la culpabilidad pueden variar, la mayoría de nosotros hemos experimentado este sentimiento más de una vez en nuestra vida. Y el problema es que esta culpa puede afectarnos en nuestro bienestar diario.
Tal y como explica el psicólogo David Lanzas, del Instituto Psicológico Lanzas de Madrid, “el problema es cuando vivimos desde la culpa, juzgando y moralizando todo lo que hacemos. Cuando esto ocurre la culpa deja de ser adaptativa para pasar a ser defensiva”.
Qué es el sentimiento de culpa
Maria Miceli y Cristiano Castelfranchi, investigadores del Instituto de psicología del CNR de Roma, hablan del sentimiento de culpa como “uno de los estados de angustia más generalizados que se pueden experimentar”.
Por su parte, Jose Antonio Gutiérrez Rojas, psicólogo experto con consulta en Granada, explica que “el sentimiento de culpa es un pensamiento que nosotros tenemos que lo que nos está haciendo es que no nos está dejando tranquilos”.
El sentimiento de culpa se convierte en patológico cuando supera las reacciones emocionales normales hacia determinadas conductas y empieza a influir negativamente en el bienestar psicológico y en la vida cotidiana de una persona de forma significativa y prolongada en el tiempo.
Síntomas de culpabilidad
Algunos de los síntomas que nos indican que nos estamos culpabilizando de más es nuestra propia inseguridad o tener un sentimiento de inferioridad constante. Hay que prestar atención a los pensamientos negativos recurrentes o sentimientos de ansiedad o angustia.
Asimismo, a veces las personas tienen dificultades para perdonarse a sí mismas, aunque la situación ya haya pasado o se haya solucionado el problema. Sobre todo, es importante saber de qué se culpa uno y cómo lo está haciendo.
Causas del sentimiento de culpa
Las causas pueden ser por varios motivos que a veces tienen que ver con temas sociales cuando hacemos algo que está transgrediendo las normas y pensamos que hemos hecho daño a otra persona o a otro colectivo. Y también es importante distinguir cuándo la causa es reparable y cuándo no.
Jose Antonio establece que otra de las causas es el perfeccionismo.
“Ese nivel de exigencia y de perfeccionismo que tenemos, cuando las cosas no salen como queremos que salgan, hace que uno se sienta mal. O personas a las que siempre les falta algo para hacerlo mejor”.
Jose Antonio Gutiérrez Rojas, psicólogo de Granada.
Algunas causas también pueden ser por las expectativas que nos ponemos bien en nosotros o en causas ajenas como culturales, familiares o profesionales.
Cómo identificar si la culpa es justificada o no
- Reflexionar sobre si el error es real o solo una percepción.
- Evaluar si la situación se puede reparar.
¿Cómo nos afecta el sentimiento de culpa?
Sentirnos culpables por todo lo que hacemos constantemente puede afectar a nuestra vida social ya que no nos permitirá relacionarnos como nos gustaría, tanto con amigos como con la familia o la pareja.
Además, puede aumentar nuestro estrés en el ámbito personal y profesional. Asimismo, esta alteración puede convivir con trastornos como la ansiedad o la depresión. Las personas que tienden a culpabilizarse también son más fáciles de manipular por esa vía.
Consejos para gestionar la culpa
1. Trabajar el perdón
- Aprender a perdonarse a uno mismo.
- Perdonar a los demás para liberar emociones negativas.
El psicólogo Jose Antonio Gutiérrez Rojas determina que habría que hablar del perdón, ya que “tiene también muchas veces que ver con la culpa. El perdón yo creo que es un tema que hay que trabajarlo bastante bien en dos cosas: hacia uno mismo y hacia los demás”.
2. Fomentar un pensamiento constructivo
- Evitar críticas destructivas: frases como “no valgo para nada” o “todo me sale mal” afectan la autoestima.
- Hablarse con amabilidad y comprensión.
Por otro lado, para poder gestionar estos sentimientos de culpa todo tiene que ver con un pensamiento constructivo y con la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos.
Hay que evitar siempre las críticas destructivas hacia uno mismo y todos los “yo no valgo para nada, mi vida es un desastre, todo me sale mal, soy inútil, nadie me quiere, todo el mundo me odia”. Si recurrimos a esto constantemente acaba afectando a nuestra autoestima.
Eso sí, “cuando la culpa aparece de manera recurrente e intensa que te quita el sueño, que hace que no estés bien, que te produzca ansiedad, entonces lo que debes hacer es recurrir a un profesional”.
3. Identificar las causas de la culpa
- Reflexionar sobre el origen de los sentimientos de culpa.
- Aceptar los errores cometidos y buscar maneras de repararlos.
Es muy importante siempre intentar identificar cuáles son las causas de ese sentimiento de culpa para poder erradicarlo y de qué manera nos estamos tratando a nosotros mismos. Si hemos cometido algún error, habrá que aceptarlo y ver si hay alguna forma de poder enmendarlo.
4. Reconocer cuándo buscar ayuda profesional
- Si la culpa se vuelve recurrente e intensa, afecta el sueño o provoca ansiedad, es necesario acudir a un especialista.
Recuerda que sentirte culpable todo el tiempo te impedirá avanzar hacia donde quieres y no podrás lograr tus objetivos. Es importante hablar siempre de tus sentimientos y aceptar los errores y aprender de ellos.
5. Aceptar que la culpa también puede ser positiva
- Reconocer que la culpa puede ser una oportunidad de aprendizaje.
- Analizar los errores para no repetir las mismas conductas.
Y es que tal y como explica Jose Antonio “la culpa no siempre es mala, porque muchas veces la culpa lo que nos está haciendo es aprender a no repetir ese tipo de conductas”.
6. Ser paciente con el proceso
- Entender que gestionar la culpa es un camino largo que requiere tiempo, constancia y apoyo emocional.
Aprender a lidiar con la culpa no es un proceso fácil ni rápido. Hay que escucharnos a nosotros mismos y tener paciencia y mucha constancia. Pero con el apoyo adecuado y los consejos imprescindibles, podremos entender mejor nuestras emociones.
