En su conferencia en “Aprendemos juntos” de BBVA, la autora de Sorprende a tu mente cuenta cómo romper las creencias que limitan nuestra forma de querernos.
La neurocientífica Ana Ibáñez , autora de algunos de los libros de autoayuda más vendidos de nuestro país, como “Sorprende a tu mente” o “El pájaro que no sabía su don”, lleva años estudiando cómo los pensamientos moldean nuestra percepción de nosotros mismos. Ingeniera química, investigadora en Neurociencia, terapeuta formada en EEUU y Alemania en entrenamientos mentales de última generación, Ana Ibañez forma parte del ISNR (International Society for Neurofeedback & Research).
Desde su centro MindStudio, entrena la mente con técnicas avanzadas de neurociencia para lograr niveles máximos de calma, bienestar y capacidad mental. Es en este lugar donde Ana investiga la relación entre el cerebro, las emociones y la autopercepción, con un objetivo claro: ayudarnos a reprogramar esa voz interior para que trabaje a nuestro favor y no en nuestra contra.
@aprendemosjuntosbbva Tres maneras de reprogramar nuestro cerebro para subir nuestra autoestima. Por Ana Ibáñez, neurocientífica y directora de MindStudio. Ana Ibáñez fue una de los protagonistas del evento de Aprendemos juntos celebrado en Bogotá. Puedes ver su intervención completa en nuestro canal de YouTube. #DesarrolloPersonal #Psicologia #Autoestima #Aprendemosjuntos ♬ sonido original – Aprendemos juntos
En una reciente conferencia del programa Aprendemos juntos BBVA, celebrada en Bogotá (Colombia), Ibáñez compartió tres estrategias sencillas pero profundamente transformadoras para fortalecer la autoestima desde el cerebro. Un encuentro que reunió a cientos de personas interesadas en comprender, desde la ciencia, cómo cultivar una relación más sana con uno mismo.
Más allá de la teoría, la charla dejó un mensaje esperanzador: la autoestima también se entrena. Y el punto de partida, según Ibáñez, está en aprender a mirar nuestra mente con curiosidad, no con juicio. En las siguientes líneas te contamos cuáles son esas 3 maneras de hacerlo y cómo puedes empezar a aplicarlas en tu día a día.
Revisar el pasado para comprender el presente
“¿Qué sinónimos he hecho yo de niño? ¿Qué cosas he asumido que eran necesarias para que me quieran?”, pregunta Ana Ibáñez durante su conferencia en Aprendemos juntos BBVA. Esa es, según la neurocientífica, la primera clave para fortalecer la autoestima: entender de dónde vienen nuestras creencias sobre el valor personal.

Desde pequeños, muchos asociamos el afecto con el rendimiento. Pensamos que, para que nos quieran, debemos portarnos bien, sacar buenas notas o no molestar. Sin darnos cuenta, esa lógica se queda grabada en nuestro cerebro y se convierte en una regla interna: “solo me quieren si lo hago bien”.
Ibáñez invita a revisar esas creencias y preguntarse si todavía tienen sentido en la vida adulta. “Empieza a romper estos sinónimos”, aconseja. La autoestima, explica, no puede construirse sobre viejos patrones de aprobación. Se trata de distinguir quién fuiste y quién eres hoy, de dejar de actuar para agradar y empezar a hacerlo desde la autenticidad.
Reprogramar la relación con el éxito y el fracaso
La segunda clave que comparte Ana Ibáñez tiene que ver con la forma en la que interpretamos nuestros logros y errores. “La autoestima está muy ligada cerebralmente a que tengamos éxito. Si hago las cosas bien, tengo valor. Si fracaso, no tengo valor”, explica.

La neurocientífica propone romper ese vínculo entre el amor propio y el rendimiento. Equivocarse no nos resta valor; al contrario, puede ser el punto de partida para aprender y crecer. “¿Cuántas veces hacemos las cosas mal y es extraordinario? Porque de esas crisis precisamente aprendes”, afirma.
Desde la neurociencia, Ibáñez recuerda que cada error abre nuevas conexiones neuronales. Es el cerebro adaptándose, buscando nuevas rutas para entender el mundo y mejorar. Por eso insiste: el fracaso también es información. Aceptarlo con curiosidad, y no con culpa, es una manera de reeducar nuestra mente para valorar el proceso tanto como el resultado.
Aprender a equilibrar la autocrítica y la empatía
La tercera clave para fortalecer la autoestima, dice Ibáñez, está en encontrar un equilibrio entre la voz crítica y la voz compasiva. No se trata de eliminar la autocrítica, sino de moderarla. “Podemos vernos con perspectiva y decir: esto no me gusta cómo lo estoy haciendo, pero también necesito mirarme con empatía”, señala.
El problema surge cuando solo prestamos atención a lo que hacemos mal. Ese exceso de juicio genera desgaste emocional y mina la confianza. Cultivar una mirada más amable hacia uno mismo no significa conformarse, sino reconocerse como un ser en aprendizaje.
Y para entrenar esa empatía interna, Ibáñez propone una herramienta sencilla: el humor. “Ríete de ti, ríete de tus fallos”, dice entre risas. Al hacerlo, el cerebro “empieza a chirriar”, porque asocia el error con una emoción positiva. Esa combinación activa nuevas respuestas neuronales y reduce el impacto del miedo al fracaso.
Al final, el mensaje de Ana Ibáñez es claro: la autoestima no se hereda, se entrena. Reprogramar nuestra mente requiere revisar creencias, redefinir el valor del éxito y aprender a tratarnos con la misma empatía que mostramos a los demás. Un ejercicio que no solo mejora la relación con uno mismo, sino que transforma la manera en la que afrontamos la vida.

