Un nuevo estudio revela que una sola dosis alta de creatina puede mejorar la memoria y el rendimiento cognitivo durante la falta de sueño
La creatina es uno de los suplementos más populares en el mundo del deporte. Millones de personas la usan para aumentar fuerza y mejorar su resistencia muscular. Pero ahora, un nuevo estudio publicado en Scientific Reports (revista del grupo Nature) acaba de dar un nuevo enfoque a la utilidad de este suplemento: la creatina también protege el cerebro cuando pasamos demasiadas horas sin dormir.
El hallazgo es claro: una sola dosis elevada de creatina puede reducir la fatiga, mejorar la memoria y acelerar el procesamiento mental incluso después de 21 horas sin pegar ojo.
El experimento: creatina contra la falta de sueño
El estudio, liderado por investigadores en Alemania, contó con 15 jóvenes sanos de entre 20 y 28 años. Todos participaron en dos sesiones distintas: una en la que tomaron placebo y otra en la que recibieron creatina en dosis alta (0,35 g/kg, lo que equivale a unos 25 g para una persona de 70 kg).
Durante ambas sesiones, los voluntarios permanecieron despiertos 21 horas seguidas en un laboratorio controlado. A lo largo de la noche se les realizaron pruebas de memoria, lógica, cálculo y velocidad de reacción, además de mediciones cerebrales mediante espectroscopía por resonancia magnética (MRS).
Resultados bajo placebo: fatiga extrema y caída del rendimiento
Cuando los participantes pasaron la noche en vela con placebo, los efectos fueron claros:
- La fatiga aumentó un 172%.
- La memoria de trabajo cayó un 18%.
- La velocidad de procesamiento en lenguaje y cálculo se redujo un 17%.
- El cerebro mostró un descenso del pH (más acidez) y alteraciones en los marcadores energéticos (PCr/Pi).
O lo que es lo mismo: sin sueño, el cerebro se queda sin energía y lo paga con la memoria, la atención y la rapidez mental.
El efecto de la creatina: un “rescate” para el cerebro cansado
La historia cambió cuando los mismos jóvenes recibieron creatina antes de la noche en vela. Los resultados fueron sorprendentes:
- La fatiga aumentó solo un 122% (mucho menos que con placebo).
- La memoria mejoró un 10% en el Word Memory Test.
- El procesamiento fue más rápido: +16% en lógica y +24% en cálculo.
- El cerebro mantuvo su pH estable y conservó mejor sus reservas energéticas.
Lo más llamativo: el efecto alcanzó su pico a las 4 horas después de tomar la creatina y se mantuvo hasta 9 horas, justo cuando el cansancio nocturno golpea con más fuerza.
Cómo funciona: la energía que necesitan tus neuronas
Los investigadores creen que el mecanismo detrás de este efecto está en el papel de la creatina en la resíntesis de ATP, la molécula que da energía a las células.
Cuando falta sueño, el cerebro aumenta su demanda energética. La creatina extra disponible actúa como un “amortiguador”, ayudando a las neuronas a seguir funcionando, reduciendo la acumulación de subproductos ácidos y manteniendo la energía activa durante más tiempo.
¿Qué significa esto para nosotros?
La conclusión de los autores es clara:
“Una sola dosis alta de creatina puede mitigar el deterioro cognitivo por falta de sueño. El máximo efecto llega a las 4 horas y se mantiene hasta 9 horas.”
Esto abre la puerta a nuevas aplicaciones de la creatina fuera del gimnasio. Podría ser útil para:
- Profesionales con turnos nocturnos (médicos, enfermeros, trabajadores en fábricas, drivers, porteros…).
- Estudiantes en épocas de exámenes.
- Personas que sufren jet lag o que deben rendir tras viajes largos.
El futuro de la creatina en la neurociencia
Hasta ahora, se pensaba que la creatina solo mejoraba el rendimiento cognitivo tras semanas de suplementación continua. Este estudio rompe ese paradigma: muestra que una sola dosis puede tener efectos inmediatos en el cerebro.
El mensaje es claro: este suplemento no solo pertenece al mundo del deporte, también podría convertirse en un aliado clave para nuestro cerebro en situaciones de privación de sueño.
Fuente: Estudio “Single dose creatine improves cognitive performance and induces changes in cerebral high energy phosphates during sleep deprivation”, publicado en la revista Scientific Reports (Nature), 2024.