Situado en los Alpes franceses, Courchevel 1850 forma parte de Les Trois Vallées, el área esquiable más extensa del mundo en donde se encuentras algunos de los hoteles de esquí más lujosos que te puedas imaginar. Estos son nuestros 5 favoritos.
La nieve cruje bajo las botas, el aire es limpio y frío, y las primeras luces del día pintan las pistas como si fueran suyas. Courchevel 1850, en los Alpes franceses, tiene algunos de los hoteles de lujo más impresionantes del mundo, para esos esquiadores que sabemos que un gran viaje a la nieve no termina en el último descenso. Continúa en un hotel donde te reciben con toallas calientes, donde la cena importa tanto como la calidad de la nieve en pista y donde el spa es casi una extensión natural de la montaña.

Si estás buscando esos hoteles de lujo en Courchevel 1850, hemos elegido cinco direcciones que merecen estar en la lista de cualquier esquiador que disfruta del confort, de la buena mesa y del placer de llegar a la habitación para quitarse las botas y seguir disfrutando de la experiencia en el hotel.
Les Airelles

Les Airelles parece sacado de un cuento de Navidad antiguo, pero sin renunciar a ningún lujo de nuestro tiempo. Un impresionante palacio de madera estilo alpino, tapices, cortinas pesadas y baños amplios en los que sabes cuando entras… pero no cuando sales. El desayuno en La Table des Airelles es puro placer (y te va a regalar algunas de tus fotos más instagrameables de todo tu feed): bollería artesana, fruta cortada a mano y platos calientes al momento. El día continúa con un bufé que cambia de registro y una cena con mantel blanco y luz suave. En Le Coin Savoyard el queso manda; en Palladio la trufa habla. Spa La Mer con cueva de nieve, crioterapia y piscina interior.
Para familias, el Winter Camp engancha a los niños para que puedas descansar tranquilo. Ski Room Bernard Orcel, chalets privados con cine, spa propio y servicio completo. Un hotel que se disfruta con calma y se recuerda con cariño.
Cheval Blanc Courchevel

Dormir frente a las pistas, oír la madera crujir y dejar que calienten tus botas antes de salir a esquiar. Cheval Blanc Courchevel tiene esa cercanía que se agradece cuando el cuerpo pide nieve y calma. A diferencia del hotel anterior, aquí las habitaciones son de mármol, cachemir y cuentan con minibares con Dom Perignon. El spa Guerlain es uno de los más grandes de la estación y cuenta con piscina interior infinita para flotar después de un día intenso de esquí. El restaurante con tres estrellas Michelin es, sin duda, una visita obligada aunque no te alojes en el hotel. Aquí las distintas chimeneas, el arte moderno y el après ski harán de tus vacaciones en la nieve un recuerdo memorable.
Le K2 Palace

Le K2 Palace es un hotel que se siente como una pequeña aldea privada en la ladera. Solo 26 habitaciones y 8 suites, muchas con balcón a la montaña, king size, iPad, minibar y ducha italiana. Las suites-chalet suben la apuesta: la Baltoro tiene piscina interior con cascadas, hammam y chef privado. Champagne de bienvenida incluido. Por la noche, elegir dónde cenar puede ser un dilema delicioso: Le Sarkara con dos estrellas Michelin o L’Altiplano con cocina cuidada. Piscina panorámica, spa y un ascensor que te deja en el dominio esquiable más grande del mundo.
Barrière Les Neiges

Fachada alpina por fuera, puro confort por dentro. 42 habitaciones con vistas a bosques y montañas. Nada más cruzar la puerta estás en la pista de Bellecôte, así que esquiar desde la mañana es fácil. Al volver, el spa Diane Barrière acoge con sauna, tratamientos cálidos y piscina interior. Para cenar, el restaurante Fouquet’s conquista con cocina francesa, y BFire invita a sentarse frente al fuego sin mirar la hora. La Terrasse des Neiges conecta directo con la nieve y el Bar Fouquet’s tiene ese ambiente que alarga conversaciones.
L’Apogée Courchevel

Un hotel pensado para descansar después de un día largo esquiando. Habitaciones elegantes con minibar y vistas abiertas a Courchevel. El spa con piscina ayuda a recuperar piernas, y el desayuno incluido cae perfecto antes de volver a la montaña. El restaurante con chimenea suma calidez, ideal para noches tranquilas sin salir del hotel. Conexión directa a pistas, conserjería atenta y parking para quienes viajan en coche. Un lugar para viajar en pareja o amigos y sentir que cada detalle está resuelto.

