Hay una calma especial en observar a alguien cuando no interpreta ningún papel. Cuando no está posando. Cuando no habla. Solo existe, con la ropa a medio poner, el café recién hecho y esa forma de mirar que no busca ser mirada. En esta historia para Rísbel Magazine, quisimos captar justo eso: la intimidad del modelo Elliot Meeten, sin grandes gestos ni artificios.
Las fotos, todas en blanco y negro, siguen a Elliot dentro de su propio espacio. Una especie de refugio visual donde la luz cae con timidez y cada gesto tiene su peso. A veces, sentado en la cocina. Otras, frente al espejo. En silencio. Su cuerpo, lejos del culto a la perfección, aparece relajado, sin tensión, como si las cámaras no estuvieran ahí. Esa fue la idea desde el principio: dejar que las imágenes fluyeran como una escena robada de una película que ya conoces, pero no recuerdas del todo.
Élio Nogueira disparó con la mirada limpia, sin urgencia, dejándose llevar por los silencios y la respiración del momento. Paolo De Vita se encargó del grooming, con ese criterio que da cuando entiendes que menos, a veces, sí suma. Elliot, entonces en Models 1, ahora en Chptr Mngmnt, se dejó ver con una cercanía que no se improvisa. La conexión fue total.
El resultado tiene ese algo que no se puede repetir. Una historia visual que respira años 90, con ecos de las sesiones que Bruce Weber disparaba para A&F Quarterly, pero con alma propia. Una sesión pensada para mirar sin prisa, sin filtros, sin etiquetas. Solo Elliot, en su casa. Como es. Como estaba ese día.