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Arthur Kulkov en Manhattan: la sesión que marcó el debut de Rísbel Magazine

Nueva York y su diversión dispar entre la renovada elegancia de Manhanttan y el nuevo lado clásico desenfadado del Soho se convierten en la coartada perfecta para mostrar las tendencias más internacionales.

Manhattan vibra con esa energía de estreno. Cuando Alicia Arranz aterrizó con el equipo en otoño de 2013 para lanzar Rísbel Magazine, había una intención clara: llegar con fuerza. Arthur Kulkov era la pieza clave. Ya entonces, su carrera merecía ser nombrada.

Arthur nació en Siberia y llegó a NY tras licenciarse en marketing. Rápido dejó huella en la moda: campañas para Barneys, Original Penguin, Dolce & Gabbana (desde 2010), Tommy Hilfiger (“Freedom by Tommy Hilfiger” en 2013), todo antes de nuestro shooting. En 2013, Forbes lo situó en el cuarto puesto entre los modelos masculinos mejor pagados (con cerca de 905 000 USD)

Tenerle delante de la cámara era un salto de autoridad.

La sesión es urbana y directa. Bell Soto lo sigue por calles empedradas, y Glenn Johnson ajusta cada plano como si fuera coreografía. Seth Howard maneja capas livianas con jersey bajo blazer, kože de sport y sastrería ligera. Arthur camina sin prisa, espalda erguida y mirada que aguanta. Parece que lleva la ciudad a cuestas, pero la lleva puesta con naturalidad.

La ropa cambia al ritmo de la luz: abrigo sobre hombros para calle soleada, suéter ligero en pasaje en sombra. Alicia organiza la energía; Arthur responde sin citar instrucciones. Piret Aava cuida la textura: piel limpia y mirada viva. Lo demás, se lo queda la ciudad: un reflejo en una vitrina, un taxi que pasa, la tarde que cae.

Aquella sesión marcó un antes y un después: Rísbel llegó a Nueva York con una figura mundial que ya era referencia. Arthur no trajo moda: trajo legitimidad.

 

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