El restaurante Memories labre sus puertas en Madrid para unir cocina mediterránea, arte urbano y el encanto histórico del Palacio de Liria en un mismo escenario.
Qué grande es Madrid… y no me refiero a su extensión en kilómetros, sino a esos lugares de la ciudad que, nada más cruzar la puerta, te hacen sentir que algo distinto está a punto de suceder. En la antigua caballeriza del Palacio de Liria, ese presentimiento se confirma. Allí acaba de abrir sus puertas Memories, un nuevo restaurante que no solo recupera la historia de un espacio emblemático, sino que la reinterpreta con una mirada actual.
El proyecto lleva la firma de los creadores de Casa Mories y Taberna Sabina, que han unido fuerzas con el interiorista José Arroyo para dar vida a un restaurante que invita a quedarse, compartir y recordar.
La decoración de José Arroyo
El trabajo de José Arroyo se percibe en cada rincón. Sus líneas limpias, las texturas cálidas y la iluminación medida convierten las antiguas caballerizas en un espacio muy moderno. El resultado es un ambiente con carácter propio, pensado para disfrutar de una buena cena pero con toda la intención de pasárselo bien y alargar las horas…

La intervención artística del creador Maseda aporta un guiño nostálgico a la Movida Madrileña, con una serie de carteles originales de los años 80 y 90 pegados a la pared como se hacía entonces. Más que decoración, es una huella cultural que da contexto y alma al restaurante.
Una carta breve, certera y con intención
La cocina de Memories es mediterránea, pero no se conforma con lo obvio. En su carta conviven influencias europeas y asiáticas que amplían el repertorio.

La ensaladilla con tartar de carabinero y caviar es, quizá, el mejor resumen de su propuesta: sabor, textura y un guiño a la tradición llevado al presente. Le siguen clásicos que nunca fallan, como el steak tartar estilo Mories, con ese punto preciso entre la potencia y la sutileza, o las anchoas doble 0, tratadas con el mismo respeto que en sus casas hermanas.
La carta no pretende abrumar, sino acertar. Cada plato tiene un propósito y un ritmo, y eso se agradece.
Un restaurante para quedarse después de cenar
Más allá de la cocina, Memories está pensado para alargar la noche. Con música, sesiones de DJ y un ambiente que evoluciona a medida que avanza la velada, este nuevo espacio pretende ser un punto de encuentro para los que disfrutan tanto de una buena cena como de una copa bien servida.

La carta líquida no se complica: cócteles clásicos, vinos seleccionados y combinaciones pensadas para acompañar los sabores de la cocina sin restarles protagonismo. Lo justo para cerrar la cena con la sensación de que el tiempo, por un momento, se detiene.

