Seis direcciones recomendadas por los propios lisboetas para probar este clásico de la cocina portuguesa.
La ciudad de Lisboa tiene muchas cosas por las que merece la pena cruzar la frontera, pero si hay una que no puede faltar en el itinerario, es sentarse a la mesa y pedir un buen bacalao a bras. No hablamos de una trampa para turistas. Este plato es, para muchos portugueses, un símbolo de su cocina más auténtica.
Y como en todas las recetas sencillas, los matices importan. La textura, el punto del huevo, la calidad del bacalao… Por eso hemos preguntado directamente a los lisboetas: ¿Dónde se come el mejor bacalao a bras en la ciudad?
Aquí tienes sus seis recomendaciones.
¿Qué lleva exactamente el bacalao a bras?
Aunque su presentación pueda parecer sencilla, el bacalao a bras tiene historia. Se le atribuye a un tabernero del Bairro Alto llamado Senhor Braz, y de ahí su nombre. La receta aprovecha las sobras de bacalao de otros platos, que se mezclan con cebolla pochada, patatas paja muy finas y huevo revuelto, hasta formar una especie de revuelto jugoso que se sirve bien caliente.
El resultado, si está bien hecho, es reconfortante, sabroso y adictivo.
Pica-Pau
En el barrio Príncipe Real, el chef Luís Gaspar ha creado una carta inspirada en la cocina tradicional portuguesa, sin adornos ni artificios. Aquí no hay reinterpretaciones. El bacalao a bras se sirve como se espera: con sabor a hogar y cocinado con mimo.
El local es moderno, pero el espíritu es clásico. La referencia detrás de los fogones es Maria de Lourdes Modesto, una de las grandes damas de la cocina portuguesa.
📍 R. da Escola Politécnica 27, 1250-099 Lisboa
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O Beco
En el corazón de Alfama, este restaurante funciona como un secreto a voces entre los vecinos del barrio. O Beco tiene un comedor pequeño y acogedor, platos de toda la vida, porciones abundantes y una cocina que no decepciona.
Si buscas algo auténtico, sin pretensiones, pero bien hecho, este es un lugar al que volverías con los ojos cerrados. La atención también suma puntos: cercana, atenta y sin prisas.
📍 Beco do Espírito Santo, 9 – Alfama
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Laurentina
Si hay un restaurante que ha hecho del bacalao su razón de ser, es Laurentina. Su fundador, Antonio Pereira, se curtió en los fogones en Mozambique, y al regresar a Lisboa abrió este templo dedicado al bacalao en todas sus versiones.
Con más de cuatro décadas de trayectoria, Laurentina es uno de los nombres más recomendados de la ciudad. Los jueves, además, hay cena con fado en directo. Tradición al completo.
📍 Av. Conde Valbom, 71A 1050-067 Lisboa
📞 (+351) 962 959 725
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Tapisco
Henrique Sá Pessoa, uno de los chefs portugueses con más proyección internacional, firma la carta de Tapisco. Su versión del bacalao a bras incluye una yema confitada que le aporta una textura sedosa y un sabor más profundo.
El restaurante es también un bar de vermut (el primero de Lisboa), y cuenta con cocina abierta, así que puedes ver cómo se prepara todo desde la barra. Ideal si te gusta mirar mientras cocinan.
📍 R. Dom Pedro V nº 81, 1250-093 Lisboa
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As Salgadeiras
Este restaurante empezó como panadería y hoy es uno de los rincones más recomendados del Bairro Alto. El local mantiene un aire rústico y familiar, con paredes de piedra y decoración tradicional.
Su bacalao a bras es cremoso por dentro, con una capa crujiente que aporta contraste. Los toques de mantequilla y la cebolla bien pochada le dan personalidad. Las raciones son generosas y el ambiente es relajado, sin prisas.
📍 R. das Salgadeiras 18, 1200-396 Lisboa
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D’Bacalhau
Si quieres una carta centrada exclusivamente en el bacalao, este restaurante en el Parque das Nações es el lugar indicado. Ofrecen más de 20 recetas diferentes, desde la patanisca tradicional hasta platos más elaborados.
Al frente está el cocinero Júlio Fernandes, y su cocina ha recibido varios premios locales. Tiene terraza para los días de buen tiempo y un comedor interior luminoso, decorado con fotos que rinden homenaje a la cultura del bacalao en Portugal.
📍 Rua da Pimenta 45 – Parque das Nações
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¿Un consejo final? Si estás en Lisboa, olvídate por un día de los planes turísticos. Entra a cualquiera de estos restaurantes que te hemos recomendado como si fueras local, pide un bacalao a bras y acompáñalo con un vino blanco portugués bien frío. A veces, el mejor recuerdo de un viaje empieza en una mesa.
