Cómo podemos alcanzar una vida plena y feliz según la pirámide de Maslow

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Seguro que has escuchado hablar alguna vez de la pirámide de Maslow, una teoría que jerarquiza las necesidades humanas en cinco niveles, desde las más básicas (como la comida), hasta otras más complejas y no tan fáciles de alcanzar (como el conocimiento de uno mismo). La pirámide de Maslow fue elaborada en 1943, hoy sigue estando a la orden del día y en distintas disciplinas, desde la psicología, la economía, o la sociología, hasta el marketing o la publicidad recurren a ella de manera habitual.

El ser humano siempre ha tenido necesidades, pero ¿han variado con el tiempo? ¿Y en estos últimos años, seguimos teniendo las mismas necesidades que hace 40 años? ¿es necesario clasificarlas para llevar una vida satisfactoria? ¿cómo construimos nuestro día a día en torno a ellas? Invertimos mucho tiempo en los primeros escalones, pero a menudo pasamos por alto o no somos conscientes del todo de las necesidades superiores, dejándolas desatendidas. Si queremos construir una vida satisfactoria debemos entender y dedicarles tiempo a todos los niveles esenciales para sobrevivir, prosperar y llegar a la tan ansiada autorrealización.

Necesidades como requisitos fundamentales

Indispensables, vitales e insustituibles son algunos de los adjetivos que mejor se ajustan a la definición de necesidades. La sociedad evoluciona muy deprisa, estamos en constante cambio, los procesos de satisfacción de las necesidades están continuamente abiertos, y se ven influenciados por el subjetivismo. Sin embargo, las necesidades de siempre siguen persistiendo, son universales y se aplican a todas las personas independientemente de su idioma, sexo, cultura o religión.

Las transformaciones culturales y los cambios sociales son consecuencias directas de este progreso y evolución del pensamiento colectivo. A menudo, se habla de nuevas necesidades, pero sería más preciso referirse a nuevas formas y condiciones para satisfacerlas de manera muy distinta a como se hacía años, décadas e incluso siglos atrás. Para Maslow la forma en la que las necesidades se satisfacen y las conexiones que se hacen para ello son igual de importantes que las necesidades en sí mismas.

Antoni Domènech, filósofo y teórico social español escribió que «la moderna cultura burguesa ha despertado necesidades autodestructivas, incompatibles con la supervivencia de la especie (…). Y lo que no es preocupante, ha arruinado la capacidad de los individuos para conocerse a sí mismos, para controlar sus deseos y formar buena parte de sus necesidades». En esta nueva sociedad nos estamos alejando de los últimos niveles, de conocernos a nosotros mismos por otras “necesidades”. Pero ¿son realmente necesidades o más bien son deseos?

Necesidades VS deseos

No es lo mismo la necesidad de comer, al deseo de querer comerte una pizza con tomate y champiñones. No es lo mismo vivir en un pequeño apartamento que querer comprarte un chalet con piscina y un enorme jardín. Las necesidades son aquello a lo cual es imposible sustraerse, faltar o resistir -según nos explica nuestra Real Academia- o esa “carencia de las cosas que son menester para la conservación de la vida”. Es decir, todos aquellos elementos esenciales para la supervivencia y la mejora de nuestra calidad de vida.

Por otro lado, los deseos son las cosas que queremos tener porque consideramos que nos van a reconfortar y hacer sentir mejor. No son imprescindibles para vivir, pero aspiramos a ellos. Satisfacer los deseos puede aumentar la felicidad de quien los logra, pero es importante mantener un equilibrio con las necesidades, ya que estas son imprescindibles y esenciales para la vida y, por el contrario, los deseos pueden cambiar con el tiempo y variar significativamente de una persona a otra. Estos anhelos van más allá de lo esencial.

Pablo d´Ors, sacerdote y escritor español escribió en Vida Nueva que los deseos son ilimitados. “Me niego a convertir mi vida en una absurda carrera tras su consecución (…). Porque tanto más se colman los deseos, más exigentes y voraces son. La carrera en pos de los deseos no tiene fin, es agotadora”. Si queremos construir una vida satisfactoria en torno a nuestras necesidades, debemos ser conscientes de que no son cuestionables, son vitales para la supervivencia. Al contrario que lo que ocurre con los deseos, que son ilimitados y pensamos que la felicidad radica en su satisfacción. 

¿Qué es la pirámide de Maslow?

A lo largo de la historia numerosos psicólogos y sociólogos, humanistas y expertos que trabajan el comportamiento humano han desarrollado teorías relacionadas con las necesidades humanas. Podemos afirmar que la de Abraham Maslow es la más conocida.

Este psicólogo estadounidense fue uno de los pioneros y destacados representantes de la psicología humanista a principios del siglo XX. Esta corriente psicológica se manifiesta a través de los procesos de búsqueda de autorrealización y la consecución de la satisfacción de las aspiraciones personales.

Maslow aseguró que, al satisfacer las necesidades más básicas del ser humano, surgen de forma sucesiva otras categorías y niveles de necesidades. Para plasmar su teoría se ayudó visualmente de una pirámide con las necesidades básicas abajo y el resto de los escalones aparecían de manera ascendente.

¿Cuáles son las necesidades de Maslow?

1.Necesidades fisiológicas

Las necesidades fisiológica de la pirámide de Maslow son la base de la pirámide y las primeras en motivar nuestro comportamiento. Comer, beber y todo lo relacionado con la alimentación. Respirar, dormir, son algunas de las necesidades básicas que satisfacemos de manera involuntaria. Forman parte de nuestros instintos. Sin satisfacer estas necesidades biológicas, los estímulos para abordar otras necesidades se ven obstaculizados, y su falta pone en peligro la supervivencia humana.

2.Necesidades de salud y seguridad

Tener una vivienda y seguridad en el hogar, el trabajo para ganar dinero, la salud y la estabilidad financiera son algunas de las necesidades de este escalón. Una vida marcada por la seguridad, la convicción y el orden, donde no hay peligros ni riesgos para la integridad personal ni familiar.  En este nivel se engloban todos aquellos aspectos que generan una sensación de seguridad, mantienen el orden en la vida y nos permiten vivir sin miedo.

3.Necesidades de pertenencia y amor

También conocida como necesidades de afiliación y afecto. Las personas necesitan relacionarse, necesitan cariño y amor. No solo en el sentido romántico. Más allá de la pareja está la familia y los amigos. Este nivel implica el sentimiento de pertenencia, ser parte de un grupo. Sentirse partícipe de la sociedad, tener relaciones interpersonales, conexiones sociales, vínculos y un desarrollo afectivo, dar amor y recibirlo.

Estas necesidades reflejan el querer ser reconocido por otros, el entorno social que permite el contacto, las relaciones sociales, la asociación, el arraigo a un lugar y la amistad.

4.Necesidades de estima

También conocidas como necesidades de reconocimiento. Pueden definirse como el deseo de ser valorado y respetado por los demás, la necesidad de estatus, así como el desarrollo de la autoestima, la reputación, la dignidad y la confianza en uno mismo. Este escalón engloba el reconocimiento, las condiciones adecuadas para la evaluación personal en referencia a los demás, la independencia y la libertad. Cuidar nuestro yo.

5.Necesidades de autorrealización

Todas las necesidades nos llevan a la cima de la pirámide. Solo puede satisfacerse si todos los demás niveles han sido alcanzados. El ser humano explora sus capacidades y talentos y descubre sus objetivos y metas en la vida. También conocido como «motivación de crecimiento» o «necesidad de ser».

Siempre hemos buscado nuestro crecimiento personal y desarrollar nuestro potencial para alcanzar el éxito. Cada uno tiene un potencial, unas aspiraciones y unos propósitos. Las personas autorrealizadas son conscientes de sí mismas, de su crecimiento personal, pero también del bienestar de los demás.  La cumbre de la pirámide de Maslow nos lleva a ser capaces de conocernos a nosotros mismos para transformar el mundo y elevarlo a un nivel superior de bienestar y armonía.

¿Cómo sé que he llegado a la cima de la pirámide de Maslow?

Maslow no solo habló de la pirámide, también de qué pasaba una vez se alcanzaba la cumbre. Las personas que alcanzan y satisfacen todos los niveles son las que construyen una vida satisfactoria, lo que el psicólogo estadounidense describió con el término “metamotivación”.

Afirmó que “la gente autorrealizada tiene un profundo sentimiento de identificación, simpatía y afecto por los seres humanos en general. Sienten el parentesco y conexión, como si todas las personas fuesen miembros de su familia (..)”. Algunas características de las personas autorrealizadas son:

1.Las personas autorrealizadas aceptan la incertidumbre y ven oportunidades en lo desconocido. Tienen la mente abierta y son flexibles a la hora de adaptarse a dificultades y situaciones adversas.

2.Intentan ser objetivos y no ven la realidad de manera sesgada. Abrazan la realidad tal y como es.

3.Tienen curiosidad por las cosas. Son creativos, capaces de resolver problemas, de dar con ideas innovadoras y cuestionan todo lo que les rodea.

4.Tienen su propia esencia, su sello de identidad. Saben lo que quieren y tienen claras sus prioridades e ideas siendo capaces de inspirar a los demás.

5.Tienen un propósito. Son capaces de llegar a un objetivo y una meta que les da fuerza y energía, les motiva a seguir adelante por mucho que se complique todo o por muy difícil que sea.

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