Cuáles son las mejores preguntas que debemos hacernos para conocernos mejor y cambiar aquello de nosotros que NO nos gusta

que-preguntas-hacer-para-conocernos-mejor

Descubre el arte de transformar tu vida a mejor realizándote las preguntas adecuadas

En un mundo cada vez más acelerado y lleno de estímulos, los profesionales de la salud mental destacan la importancia de tomarse un tiempo para reflexionar sobre aquellos aspectos de nuestra personalidad que nos generan malestar o insatisfacción. Hacerlo no solo nos permite conocernos mejor, sino que también nos da la oportunidad de cambiar y mejorar.

A menudo, las personas tienden a vivir atrapadas en un ciclo de pensamientos negativos relacionados con el pasado o el futuro. Tal y cómo explicó la Dra. Marian Rojas Estapé en una conversación con la periodista Cristina Mitre «pensar de forma constante en el pasado que nos ha causado dolor o arrepentimiento puede llevarnos a experimentar sentimientos de tristeza, culpa o incluso depresión. Por otro lado, preocuparse excesivamente por un futuro incierto e impredecible puede generar ansiedad».

Para evitar caer en estos patrones de pensamiento, los psicólogos recomiendan adoptar una actitud reflexiva y proactiva. En lugar de rumiar el pasado o preocuparse por el futuro, es importante enfocarse en el presente y en las acciones que podemos llevar a cabo para cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos.

Un primer paso para lograrlo es la autoobservación, que implica prestar atención a nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos sin juzgarlos. De esta manera, podemos identificar patrones recurrentes que nos generan malestar y reconocer las áreas en las que nos gustaría mejorar.

Una vez identificados estos aspectos, podemos establecer objetivos claros y realistas para cambiarlos. Estos objetivos deben estar enfocados en acciones concretas que estén bajo nuestro control, ya que esto nos permitirá medir nuestro progreso y mantenernos motivados.

Para facilitar el proceso de cambio, es fundamental contar con el apoyo de personas cercanas, como amigos, familiares o incluso profesionales de la salud mental. Ellos pueden brindarnos consejo, orientación y apoyo emocional durante el proceso.

Las cosas no cambian por sí solas, las tienes que hacer cambiar. Cuando algo no es de nuestro agrado, tenemos que luchar por cambiarlo y dirigirlo hacia donde queremos. Nadie lo hará por nosotros. Tenemos que tomar el mando de nuestra vida, esforzarnos y dejar de lamentarnos cuando algo no sale como esperábamos”, afirmaba Rafa Nadal en una rueda de prensa tras ganar su 22 Grand Slam.

PREGUNTAS QUE DEBEMOS HACERNOS PARA CONOCERNOS MEJOR

La importancia de hacerse las preguntas adecuadas radica en la capacidad que estas tienen para guiarnos en un proceso de autoconocimiento y crecimiento personal. A través de preguntas bien formuladas, podemos descubrir aquellos aspectos de nuestra forma de ser y personalidad que nos desagradan y queremos mejorar.

Al plantearnos preguntas introspectivas y reflexivas, estamos invitándonos a explorar nuestras emociones, pensamientos, valores y creencias, lo cual nos permite entender mejor nuestras motivaciones y comportamientos. Este entendimiento es fundamental para detectar aquellas áreas en las que podemos trabajar para ser mejores personas.

La psicóloga Silvia Alonso nos explica que “la mente está llena de creencias limitadas que nos boicotean. Cuando voy cambiando el enfoque de la mente al cuerpo encuentro una nueva brújula mucho más certera. Con esto conseguiremos desarrollar la intuición”.

“Plantearnos estas cosas es saludable para que no se nos pasen los años, así como así y de repente llegue un momento y nos arrepintamos de no haber conseguido nada o no haber luchado por algo”, asegura el psicólogo Abel Domínguez.

Según los psicólogos Abel Domínguez y Silvia Alonso, algunas preguntas útiles que debemos hacernos para desarrollar correctamente este proceso de autoexploración son:

  • ¿Cómo me siento ahora?
  • ¿Cómo me hace sentir algo?
  • ¿Cuáles son mis miedos?
  • ¿Qué me hace sentirme orgulloso de mí mismo?
  • ¿Qué sentimiento me transmiten las personas de las que me rodeo?
  • ¿De qué manera me afecta lo que piensen o digan los demás de mí?
  • ¿Cuáles son mis puntos fuertes? ¿Y mis puntos débiles?
  • ¿Dónde me veo en el futuro?
  • ¿Qué es lo que más me gusta de mí mismo? ¿Y lo que menos?
  • ¿En qué baso mi felicidad?
  • Si pudiera eliminar algo que hay ahora en mi vida, ¿qué sería y por qué?
  • ¿Qué aspectos de la vida me motivan?
  • ¿Qué logro quiero alcanzar? Y hasta ahora, ¿cuál ha sido el mayor logro que he alcanzado?
  • ¿Qué es lo más importante para mí en este momento?

¿Cómo cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos?

Lo primero que tenemos que hacer para cambiar algo de nosotros mismo que no nos gusta “es aceptar que hay algo que está fallando en nuestro hacer, identificar qué es y posteriormente buscar información, ya sea a través de libros de crecimiento personal o ya sea yendo a terapia”, explica el psicólogo Abel Domínguez. A partir de aquí, con autocompasión, pero permitiéndonos caer y retroceder, podremos avanzar a ser mejores. Cuanto más rígidos y exigentes seamos con nosotros mismos, más malestar y frustración sumemos, más difícil será el cambio y el mantenimiento de éste.

Es importante entender que todo cambio es un proceso con sus avances y sus retrocesos. Si nos autoexigimos mucho, nos vamos a frustrar pronto, y por tanto vamos a sentir que no somos capaces, lo que va a dificultar mucho que podamos ser perseverantes.

La psicóloga Silvia Alonso ofrece unas pautas para desarrollar amor propio:

  • Empieza a observar qué te dice tu mente, observa cómo te hablas. No eres lo que tu mente te dice, sólo son creencias limitantes
  • Valida los errores, entendiendo que está permitido equivocarse y que la valía no depende de los resultados
  • Es imprescindible trabajar mucho la autocompasión
  • Poner límites es fundamental: para conseguir amor propio y conseguir cambiar lo que no nos gusta tenemos que establecer unos límites y unas pautas en nuestro día a día
  • No quieras tener siempre el control de todo. Esto sólo trae sufrimiento
  • Cuida tu salud física
  • Practica la meditación: a través del mindfulness podemos poner toda nuestra atención en nosotros mismos y apartar a un lado el estrés
  • Practica el agradecimiento, te permitirá ver todo lo bueno que hay en ti y en tu vida

¿Qué puedo hacer para conocerme a mí mismo?

Lo primero de todo es poner en práctica el autoconocimiento, para ello tenemos que averiguar cuáles son nuestras emociones, nuestros deseos, nuestros defecto y cualidades y los problemas que nos rodean. Gracias al autoconocimiento podremos alcanzar un alto nivel de desarrollo y crecimiento personal. Si quieres trabajarlo desde un punto de vista más profesional, lo mejor será que acudas a un especialista que te ayudará a tratar de manera personalizada tu autoconocimiento.

No solo se queda ahí, sino que el autoconocimiento juega un papel muy importante en nosotros, ya que nuestro bienestar emocional puede estar influenciado por él. Además, nos ayudará a conocer hasta que puntos somos capaces de llegar y cuáles son nuestros sentimientos hacia otras personas o situaciones.

Para poder conocerte a ti mismo y que así puedas cambiar aquello que no te gusta de ti, debes cuestionarlo todo. Vivimos en modo automático desde lo que se espera de nosotros y lo que por interiorización también nosotros esperamos, por tanto, no hay que dar nada por sentado.

Para lograrlo, comienza por cambiar el objetivo de qué piensas o por qué sientes algunas cosas. El sentir es mucho más fiable, te servirá para ir conociéndote, saber qué te hace estar bien contigo mismo y, además, te permitirá descubrir aquello de lo que te debas alejar.

Para alcanzar la plenitud y poder averiguar qué es lo que nos hace bien y modificar aquellas cosas que no nos gustan, no tenemos que dejar que nuestra autoestima se baje. La psicóloga Silvia Alonso expone que “nuestra autoestima está basada en logros y resultados externos. Esto hace que nuestra autoestima sea muy frágil y muy vulnerable”.

Cuando fallamos, nos equivocamos o no conseguimos aquello por lo que estábamos peleando, automáticamente lo sentimos como parte de nosotros y pensamos que no valemos o no somos capaces de hacerlo. Todos estos aspectos hacen que disminuya nuestra autoestima y que sea muy fácil de bajar.

“La autoestima puede bajarse en base a lo que te pasa, a cómo te tratas o a cómo está tu ‘chubasquero emocional’. Esto quiere decir que cuando yo tengo complejo sobre una cosa y en el ámbito laboral o familiar me lo están todo el rato repitiendo, por ahí se van a colar las críticas, que automáticamente se conectan con una autocrítica que yo me hago y ahí hace daño” concluye el psicólogo Abel Domínguez. Desde pequeños nos felicitan por los logros y nos riñen por los fallos, aprendiendo que somos aceptados y queridos cuando lo logramos, y rechazados cuando fallamos. Por ello, es importante trabajar la autoestima intrínseca, decirnos a nosotros mismos que somos valiosos independientemente de los resultados que consigamos. Por ejemplo, en una escuela habría que valorar más el esfuerzo que hace el niño durante el proceso del curso, en lugar de los resultados, en este caso, la nota de los exámenes.

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR: