Ni demasiado anchos ni demasiado rectos: los nuevos pantalones bootcut pants ponen fin a la era del oversize en la moda masculina.
Lo que a principios de año parecía un leve recuerdo de los setenta (cuando vimos a Timothée Chalamet haciendo de Dylan en «Un completo desconocido»), ha terminado por colarse en el armario masculino con un aire completamente renovado. Los pantalones acampanados o bootcut pants regresan, pero como todo en esta vida, con matices que lo cambian todo: ya no se trata de esos modelos exagerados que rozaban el suelo y ondeaban al caminar (por ahora…), sino de una versión más contenida y más equilibrada.

El fin del reinado baggy
Durante los últimos años, los pantalones anchos —primero los baggy y después los super baggy— dominaron la escena. Las pasarelas, el street style y hasta los estilismos de oficina se llenaron de cortes relajados, bajos amplios y tejidos sueltos.

Pero como toda tendencia que alcanza su punto máximo, el ciclo empieza a girar. Y ahora el protagonismo se lo llevan los pantalones con estructura, con cintura ajustada pero que se van abriendo de forma contenida por la parte inferior.
Así se visten los bootcut pants: ajustados arriba, abiertos abajo
La clave de los nuevos pantalones acampanados está en la proporción. La parte superior abraza la cadera y los cuádriceps, mientras que la parte inferior se abre sutilmente, apenas lo justo para cubrir el empeine del zapato.

En realidad, no es un gesto dramático ni un guiño literal a los setenta; es un detalle que marca estilo. En ese equilibrio está la diferencia entre parecer el típico llavero de Elvis y ser un James Dean del siglo XXI.
Claves para vestir los bootcut pants con mucho estilo
Hay dos reglas básicas que no admiten negociación. La primera, la parte de arriba. Si el pantalón tiene un ligero vuelo, el torso debe compensar con una prenda más ceñida: camisas de corte limpio, polos entallados o camisetas ajustadas que dibujen la silueta. Es una cuestión de proporción, de armonía visual.

La segunda regla, el calzado. El nombre bootcut ya te sugiere por donde van los tiros, y aunque las botas de cowboy son una opción muy acertada, se trata de ir un paso más allá. El toque te lo van a aportan los mocasines. Su forma limpia y su estructura clásica son el contrapunto perfecto para el bajo ligeramente abierto del pantalón. Y si hay algo que debes evitar a toda costa, son las zapatillas. Ningún modelo, ni siquiera las más discretas, encajan en esta ecuación.

Ahora que la moda masculina vuelve a mirar hacia los códigos clásicos, los bootcut pants llegan como una respuesta natural. Recuperan la identidad del pantalón bien cortado. Los bootcut son el punto medio entre el desenfado del baggy y la formalidad straight pants (los clásicos jeans rectos). Una silueta que vuelve a poner el foco en la figura, en la caída del tejido y en ese movimiento sutil que solo un buen corte te va a dar.

Los pantalones acampanados vuelven, y esta vez, lo hacen con la actitud para propia de quien «ha venido a quedarse». ¿Tendrán un reinado más duradero que los pantalones baggy? Solo el tiempo lo dirá.

