Si quieres darle un aire más cuidado a tus looks para los días de lluvia, te mostramos 5 formas de vestir la gabardina beige de hombre con estilo que siempre funcionan.
Hay prendas que pasan de generación en generación sin perder su estatus de icono. La gabardina beige es una de ellas. Desde su origen en el ejército británico hasta su reinvención en el street style, esta pieza ha demostrado que la elegancia no tiene fecha de caducidad. Pero su verdadera magia está en su versatilidad: la puedes llevar con traje, con vaqueros o incluso con un conjunto minimalista, y siempre funcionará.
Esta temporada, las firmas han vuelto a demostrar su poder transformador, adaptándola a distintos estilos y códigos de vestimenta. Desde la impecable versión de Burberry, combinada con un traje sastre, hasta la propuesta relajada de ASOS, con capas de punto y tonos neutros, te mostramos cinco formas de llevarla con personalidad.
No se trata solo de una prenda de entretiempo. Es una inversión en estilo, una pieza que lo cambia todo con solo añadirla al conjunto. Descubre cómo combinar tu gabardina beige de hombre con estos estimismos que hemos seleccionado para ti.
La gabardina beige con un traje clásico
Algunas prendas tienen el poder de convertir cualquier look en un icono de estilo. Este outfit lo demuestra. La gabardina beige, esa pieza eterna que Burberry perfeccionó hace más de un siglo, es el hilo conductor de un look impecable, donde cada detalle está pensado para transmitir esa elegancia tan característica de los gents británicos.
El traje, en un tono marrón oliva con matices cálidos, equilibra a la perfección la neutralidad de la gabardina. Su corte de doble botonadura, silueta entallada pero relajada y un aire clásico recuerda a la sastrería tradicional, pero con una actualización muy de nuestro tiempo. Debajo, una camisa en beige claro que suaviza el conjunto y refuerza la armonía cromática del look. No hay estridencias, solo un juego sutil de tonalidades tierra que combina el conjunto sin hacerlo monótono.
Los accesorios son clave. Un par de guantes en cuero marrón aportan textura y un guiño a la estética más clásica de los días de frío. En los pies, unos zapatos brogue negros en piel pulida, ese toque de autoridad que cierra el look con elegancia. Todo está en su sitio, nada sobra. Es la definición de power dressing para el hombre moderno: atemporal, pulido y con carácter.
Minimalismo con carácter o cómo elevar un look en blanco con la gabardina beige
Sencillo no significa simple. Este look de Fendi es la prueba de que el minimalismo bien ejecutado tiene el mismo impacto que un conjunto más elaborado. Aquí, el total white sirve como base para un estilismo pulido, donde cada pieza suma sin restar.
El pantalón blanco de corte relajado y la camisa de inspiración deportiva crean una silueta limpia y ligera. La clave está en la elección de los accesorios. La gorra en tono crudo refuerza la estética juvenil, mientras que los mocasines de piel en marrón oscuro y el bolso de mano con textura aportan profundidad al conjunto. Pequeños detalles, gran resultado.
La gabardina beige de hombre, fluida y sin estructura rígida, actúa como el punto de equilibrio. Es la capa que une todo, aportando sofisticación sin esfuerzo. Este look juega con la monocromía de manera inteligente: mantiene la armonía sin caer en lo predecible. El resultado es fresco, elegante y con ese aire effortless que hace que un conjunto pase de ser básico a impecable.
Casual refinado o la gabardina en clave desenfadada
La elegancia no siempre significa rigidez. Este look de Brunello Cucinelli es la prueba de que el casualwear puede tener tanta intención como un traje impecable. Aquí, la gabardina encuentra su versión más relajada sin perder un ápice de elegancia.
El punto de partida es un polo en tono salmón, una elección inesperada que rompe con la neutralidad y aporta frescura al conjunto. Su tejido ligero y el ajuste sutilmente relajado lo hacen perfecto para jugar con capas sin que el look se vea sobrecargado.
Los jeans, en un azul desgastado de corte recto, añaden un aire vintage sin caer en lo excesivamente informal. La clave está en el cinturón de estilo western, un detalle que le da personalidad y estructura al conjunto, definiendo la silueta con ese punto rústico pero elegante.
Y luego están los zapatos. Los slippers en ante claro, con borlas, son el giro maestro del estilismo. Acertados, cómodos y con un aire effortless, cierran el look con una mezcla de tradición y modernidad que solo Brunello Cucinelli puede ejecutar con tanta naturalidad.
Smart casual en su mejor versión
Hay algo en este look que destila un aire de elegancia relajada, ese punto intermedio entre lo formal y lo cotidiano que hace que el smart casual funcione a la perfección. Emidio Tucci consigue equilibrar tradición y modernidad con una combinación de piezas que se sienten clásicas, pero nada aburridas.
La base del outfit es una camisa de rayas azul y blanca anchas, un imprescindible del armario masculino. Sobre ella, una rebeca de punto en tono verde caqui, que suma profundidad al estilismo. Es la capa perfecta para jugar con el volumen sin sobrecargar.
Los chinos azul marino aportan la dosis justa de formalidad, manteniendo la silueta estilizada y limpia. Y luego están los zapatos: unos derbies de piel que refuerzan el aire sofisticado del look sin hacerlo excesivamente serio.
Pero la clave del estilismo está en la gabardina beige. Su corte recto y su caída impecable convierten un look aparentemente sencillo en todo un acierto. Es ese tipo de prenda que transforma un conjunto cotidiano en un ejercicio de estilo bien pensado.
Tonos neutros y juego de layering
Si hay una forma de hacer que un look total beige no se vea plano, es esta.
La estrella del look es, sin duda, la gabardina beige de hombre de corte extralargo de ASOS. Su estructura fluida y su silueta amplia aportan un aire contemporáneo, alejándola del clásico diseño estructurado. Se lleva abierta, permitiendo que el resto del conjunto fluya con naturalidad.
Debajo, una chaqueta de punto en tono crudo añade una textura sutil que contrasta con la suavidad de la gabardina. Debajo, un jersey fino en blanco mantiene la armonía de colores sin restar protagonismo a las capas superiores.
Los pantalones, en un blanco roto de corte recto, refuerzan la estética limpia y minimalista del look. Su ajuste relajado crea un equilibrio perfecto con la estructura de la gabardina, evitando que el conjunto se vea demasiado rígido.
Pero el toque definitivo está en los accesorios. Una gorra marrón añade un guiño deportivo y desenfadado, mientras que los botines tipo wallabee en ante beige que dan ese toque de textura al look.
Minimalismo relajado con la gabardina beige en clave contemporánea
Cuando menos es más. Este look de Adolfo Domínguez juega con siluetas amplias y una paleta neutra para conseguir un estilismo que respira sofisticación sin esfuerzo. Un ejercicio de minimalismo bien ejecutado, donde la fluidez de los tejidos y la caída impecable de cada prenda crean un conjunto con presencia, pero sin rigidez.
La pieza central es una gabardina beige de hombre de corte relajado. Sin solapas marcadas ni excesos estructurales, se adapta al cuerpo con naturalidad, consiguiendo un efecto sencillo pero muy de ahora. La manga ligeramente caída y la longitud ajustada refuerzan esa idea de ligereza y movimiento.
Bajo ella, un polo de punto de manga larga en tono arena, superpuesto a una camiseta blanca que asoma estratégicamente. Una combinación que aporta profundidad sin necesidad de estampados o contrastes agresivos. Es el equilibrio perfecto entre lo clásico y lo moderno.
El pantalón de pierna ancha en color gris melange y cinturilla con goma elástica en espalda rompen con la monotonía cromática y añaden un juego de volúmenes (¡muy!) interesante. Su corte extra ancho y el cinturón integrado aportan estructura al look, evitando que el conjunto pierda definición. El broche final está en los sneakers en tonos crudos y beige, una elección clave para restarle formalidad al outfit.
Sandro
Este look de Sandro es una lección de minimalismo bien ejecutado, donde cada prenda tiene un propósito y la armonía entre cortes, volúmenes y tonalidades es la clave.
La pieza central es una gabardina beige de líneas limpias. Su diseño sin adornos excesivos y el largo estratégico refuerzan su carácter atemporal. Se lleva desabrochada, dejando ver el resto del conjunto y logrando un equilibrio entre formalidad y relajación.
Bajo ella, una camiseta negra de cuello redondo, que aporta el contraste justo sin romper la fluidez del estilismo. Su ajuste es impecable, creando una base sobria y bien definida.
El pantalón negro de corte amplio es el gran acierto del look. Su caída estructurada y el movimiento que genera al caminar le dan personalidad al conjunto. Un guiño a la sastrería clásica pero reinterpretado con un aire más relajado.
Los zapatos de piel negra con suela gruesa suman peso visual sin robar protagonismo. Son el punto final de un outfit donde menos es más y la precisión en cada elección lo convierte en una apuesta ganadora.
Un bolso cruzado en negro añade el último detalle. Funcional, discreto y con ese toque urbano que encaja con la estética tan actual de Sandro.