El accesorio perfecto para tu noche de fin de año es…

Hay vida más allá del traje clásico para darle despedir el año. El dress code navideño ahora te permite improvisar con nuevas opciones que harán que destaques en Noche Vieja. Las opciones de estilismos pueden ser variadas, tanto como el plan con el que vayas a celebrar la última noche de este 2019, pero te recomendamos una cosa: destaca con la capa.

Hubo un tiempo en el que la capa evolucionó al hombre, convirtiéndolo en todo un caballero. Actualmente, las firmas de lujo más internacionales y prestigiosas han rescatado este accesorio olvidado por la gran mayoría de los hombres y lo han reinventado para volver a dotarlo de toda la clase de la que gozaba hace no tanto tiempo.

En España, la tienda de capas más antigua del mundo tiene nombre, o apellido, mejor dicho: Seseña. Ubicada en número 23 de la céntrica Calle de la Cruz, Seseña lleva recibiendo en su tienda a una variada y rica clientela, cultivada durante más de 115 años con nombres como Valle-Inclán, Gregorio Marañón, Pablo Picasso, Alberti, hasta Michael Jackson, Bruce Springsteen, Hillary Clinton,  Carolina Herrera, Jane Fonda, Giancarlo Giametti, los Reyes de España o representantes de todos los ámbitos sociales y culturales de cualquier lugar del mundo.

Funda en 1901 bajo la tutela de Santos Seseña, un joven toledano procedente de Yuncos que, tras una etapa como aprendiz en la sastrería de Ángel Palacios, decidió emprender su propia aventura en el mundo de la costura.

Con el comienzo de siglo XX, las sastrerías de Madrid empezaban a abandonar la confección de la capa española debido a la irrupción de otros estilos. La capa dejaba de ser entonces una prenda habitual y casi obligada en la vestimenta masculina. Santos, sin embargo, no sólo decidió seguir confeccionándola artesanalmente y con la máxima calidad, sino improvisar en su diseño y evolucionar el concepto, adaptando este accesorio a los nuevos tiempos, sin abandonar, además, la sastrería generalista de hombre. Esta propuesta y su actitud le hacieron alcanzar pronto una gran notoriedad entre la sociedad madrileña.

En 1927, Santos Seseña incorporó al negocio a su único hijo varón, Tomás Seseña. Para ello, abrió una nueva sucursal que regentó Tomás. El local se situó en las proximidades del anterior, en pleno centro de Madrid y es la tienda donde a día de hoy se ubica la sede de Seseña.

Tomás, segundo de la saga, ayudó a expandir e internacionalizar la capa y la firma debido a su buena educación y su facilidad para las relaciones con personajes influyentes de la alta sociedad, de la cultura y del cine.

Los dos locales, el del fundador y el de su hijo, han convidido durante más de 30 años en perfecta armonía hasta que, a finales de los 50, muerieron Tomás y su padre, Santos, y el negocio pasó a manos de la tercera generación. Actualmente solo subsiste la tienda abierta en 1927, en la calle de la Cruz, mientras que la original que fundó Santos, se traspasa a la muerte de éste en 1959.

La adaptación de estilo de Seseña a los tiempos y las modas ha sido una máxima durante todo este período. Una actualización que nos lleva al presente inmediato, protagonizado  por la última colección cápsula en colaboración, esta vez, con el diseñador Ulises Mérida. Una unión que se dio a conocer en la pasada Fashion Week de Madrid de enero 2018, bajo el nombre de Seseña by Ulises Mérida, en la que ambas firmas han aportado sus respectivas señas de identidad para crear cinco capas de mujer, con una fusión perfecta de fuerzas e ilusión.

Cathrine Deneuve, Pierce Brosnan, Marcelo Mastroianni, Gary Cooper o Fellini son sólo algunos de los nombres que han pasado por la calle de la Cruz para hacerse con una de las capas de Seseña, y es que el cliente de Seseña ha sido siempre una persona procedente de los más diversos ámbitos tanto sociales, culturales, como económicos. Una persona atraída por la distinción y la elegancia, por el lujo de lo artesanal y la calidad de los tejidos, por una tradición que ha sabido navegar con los tiempos, por el arte, por la cultura, por la moda o por el indudable halo de sus celebridades históricas.