Diferencias entre orientación romántica y orientación sexual que todos necesitamos entender

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La orientación romántica y la orientación sexual son dos dimensiones distintas. No es lo mismo la conexión afectiva y emocional que el mero deseo sexual. Puede existir una atracción romántica sin la presencia de una atracción sexual, y viceversa.

Las nuevas generaciones han sido testigo del cambio que envuelve a conceptos tan primitivos como amor y sexualidad. La Generación Z en particular es, por excelencia, la más abierta a experimentar y explorar nuevas de formas de relacionarse, de querer y de atracción. Pero ¿alguna vez te has preguntado cuáles son las diferencias entre orientación romántica y orientación sexual?

La heterosexualidad, la homosexualidad, la bisexualidad, la pansexualidad, la asexualidad, o palabras como gris-arromántico, arromántico o demirromántico, son algunos de los nuevos conceptos que abarca la diversidad humana. Vivimos en el siglo XXI y gracias a las tecnologías y a las redes sociales hay mucha información a nuestro alcance y es posible dar visibilidad a distintas formas de atracción y orientación, tanto sexual como romántica, que hace no muchos años atrás eran impensables.

Para entrar en profundidad sobre las diferencias de atracción, cuándo se manifiestan o cómo explorarse y conocerse a uno mismo, hemos contactado con María Beltrán-Catalán, pedagoga y doctora en psicología, especializada en la dimensión social y emocional de las personas asociadas a experiencias vitales estresantes o impactantes y fundadora de Oriéntate con María (orientateconmaria.com).

Diferencias entre orientación romántica y orientación sexual

La orientación es la inclinación, tendencia o atracción, o falta de ella hacia un género o aspecto específico, así lo empieza definiendo María Beltrán. La orientación sexual la atracción sexual, física o erótica hacia otras personas, y según el matiz de hacia quién se dirige esa orientación sexual, recibe un nombre u otro: homosexualidad, bisexualidad, heterosexualidad, asexualidad…

Como sigue explicándonos la experta, la orientación romántica se refiere a la atracción emocional y romántica que sentimos hacia otras personas en función de su género. No hablamos tanto ya de la parte física como de la dimensión más sentimental. “Se trata de la manera en que las personas nos sentimos atraídas emocionalmente por otras personas en términos de amor, conexión y relaciones emocionales”. 

La diversidad humana y el espectro van más allá de categorías rígidas y específicas. “Y existen, dentro de ese espectro, personas que no sienten esa atracción sexual o romántica; o personas que no sienten atracción sexual sin que haya un vínculo romántico previo, lo cual también es una realidad y está bien”. María Beltrán nos cuenta que una persona puede experimentar diferentes tipos de atracción en cada aspecto alguien podría ser heterosexual y heterorromántico, lo que significa que se siente atraído sexualmente y emocionalmente hacia personas del género opuesto.

¿Cómo se relacionan estos conceptos con la identidad de una persona?

Según afirma la doctora en psicología, la orientación e identidad sexual impacta en nuestra identidad personal porque forma parte de ella. Beltrán-Catalán señala que la orientación sexual añade matices en la forma de experimentar las relaciones, de vincularnos, de comunicarnos, de ser quienes somos. “Es algo enriquecedor”.

En este sentido, el contexto en el que nos desarrollamos es imprescindible. Una persona puede nacer sabiendo que siente atracción romántica o sexual «por personas», independientemente de su género. Pero ¿qué ocurre si el entorno y los medios de comunicación muestran que eso no existe, no es normal o no está bien? Que el impacto será severo y negativo en el autoconcepto, autoestima y bienestar emocional general.

María apunta que “todas las personas merecemos conocer, reconocer y apreciar nuestra forma de vincularnos y de vivir las relaciones con otras personas. Que sea distinta a la persona que tenemos al lado no quiere decir que sea peor o mejor. Está bien. Es diversidad”.

Es posible tener una orientación sexual y una orientación romántica diferentes

Nuestra experta nos cuenta que las posibilidades son muy variadas. Una persona podría sentir atracción sexual hacia un género, pero experimentar una atracción romántica hacia otro género, o viceversa. También podría no sentir atracción romántica y sí sexual, o al revés.

Para concretar expone el ejemplo de alguien bisexual en términos de orientación sexual, es decir, que sienten atracción sexual hacia personas de más de un género. Pero también podría ser homorromántico, lo que significa que solo sienten atracción romántica hacia personas del mismo género. Otra posibilidad es que alguien sea heterosexual en su orientación sexual, lo que significa que sienten atracción sexual hacia personas del género opuesto, pero puedan ser birománticos, sintiendo atracción romántica hacia personas de más de un género.

Manifiesta que todo esto forma parte de la diversidad humana. “Cada persona tiene su propia experiencia e incluso puede tener su propia definición de sus orientaciones sexual y romántica. Es importante respetar y reconocer estas diferencias, y permitir que las personas se autoidentifiquen de la manera que mejor describa sus sentimientos y experiencias internas”.

¿Cuándo comienza a manifestarse la orientación romántica en una persona?

María Beltrán nos cuenta que no es una respuesta sencilla porque depende de factores como la persona, su desarrollo y el contexto social y cultural en el que se encuentre. “Podríamos decir que la orientación romántica empieza a hacerse evidente de forma gradual conforme la persona empieza a relacionarse, reconocer sus emociones y experimentar o no atracción por otras personas, notando en la adolescencia quizá su punto más intenso”.

No obstante, la experta sigue apuntando que previo a esa etapa, las personas inician y establecen relaciones donde podrían empezar a notarse sentimientos especiales hacia personas concretas. A medida que las personas entran en la adolescencia y la adultez temprana, es común que comiencen a explorar y cuestionar sus sentimientos románticos. Pueden reflexionar sobre hacia quiénes sienten una conexión emocional más fuerte y comenzar a identificar patrones de atracción relacionados.

“Las relaciones y experiencias románticas también juegan un papel importante en el desarrollo y la manifestación de la orientación romántica”, asegura nuestra experta. Aprendemos a relacionarnos y a reconocernos viviendo, por ensayo y error, comprobando la respuesta social o emocional del entorno y la propia. A medida que las personas interactuamos en relaciones románticas, vamos adquiriendo una mejor comprensión de nuestras preferencias y atracciones, así lo recoge María.

Expone que es importante reconocer que el proceso de reconocimiento y aceptación de la orientación romántica puede ser diferente para cada persona. Hay quien puede darse cuenta de su orientación romántica desde una edad temprana, mientras que otras personas pueden necesitar más tiempo para explorar y comprender sus sentimientos. Además, la orientación romántica puede evolucionar con el tiempo a medida que las personas van creciendo y desarrollándose.

Concluye comentando que la orientación romántica, incluida la arromántica, es una parte natural y válida de la identidad de una persona, y cada una tiene su propio camino único para descubrirla y entenderla. A veces, estar en compañía en ese proceso puede ser muy útil y beneficioso, sobre todo si tuvimos experiencias previas de invalidación emocional.

Factores que influyen en la formación de la orientación romántica y sexual

María confiesa que la formación de la orientación romántica y sexual, y cómo nos relacionamos con esa orientación, es un proceso que puede ser influenciado por una combinación de factores biológicos, genéticos, hormonales, psicológicos, sociales y ambientales. Es algo que se sigue investigando, complejo y multidisciplinar.

¿Es posible que la orientación romántica y sexual de una persona cambie con el tiempo?

Cada persona tiene una experiencia única de autoconocimiento y autodescubrimiento. Hay quienes pueden sentir que su orientación sexual o romántica ha cambiado, y quienes lo viven más desde la sensación de haberse descubierto y haber abrazado su autenticidad. “Ambas formas, igual que otras no mencionadas, son más que válidas y han de ser respetadas”.

María Beltrán sigue explicándonos que esta sensación de cambio podría explicarse, entre otras muchas cosas, por la ausencia de referentes, por el contexto, por experiencias previas, por reprimir las propias experiencias… Y llegar a un momento en el que descubrimos que efectivamente la realidad que vivimos existe, es real, es válida, está bien.

Recomienda hablar con personas de confianza o con experiencias similares, o que ya transitaron por ese proceso, porque suele ser beneficioso emocionalmente. También sostenerse en ayuda profesional, según el caso, para que todo sea del modo más amable y respetuoso posible con quienes somos.

Mitos erróneos comunes

Las personas con orientación sexual o romántica ajena a la normativa son los que más conciencia tienen acerca de los mitos más arraigados en su entorno y en la sociedad general. Hay infinidad de mitos arraigados a la sociedad, de ahí la importancia de comprender y aceptar tanto la orientación romántica como la sexual. María ha escogido algunos obvios que seguro que todos hemos escuchado alguna vez.

«La orientación romántica y sexual es una elección.»

«La orientación romántica y sexual es solo una fase o una moda pasajera.»

“La realidad es que la orientación romántica y sexual no se elige, forma parte de quienes somos y de cómo nos vinculamos con otras personas”. María continúa planteando que tampoco se trata de una fase, como por desgracia muchas personas bisexuales han oído acerca de su orientación sexual. La bisexualidad existe y está bien. Justo esto lo abordan en un artículo de su blog de Oriéntate con María hace un tiempo.

«Todas las personas LGBTQ+ son iguales y tienen las mismas experiencias.»

«Las personas LGBTQ+ solo sienten atracción sexual, no emocional.»

«Solo hay dos orientaciones: heterosexualidad y homosexualidad.»

María señala que cada persona es distinta, independientemente de si pertenece o no al colectivo LGTBIQ+. Y de igual modo, sus experiencias vitales, relacionales, sexuales o románticas también variarán de una persona a otra. “La realidad no tiende a ser dicotómica, aunque a las personas nos guste ver el mundo entre dos bandos, uno bueno y otro malo, un A y otro B. No existen solo dos orientaciones sexuales, y todas las personas podemos experimentar o no atracción sexual y romántica, solo una de ellas, ambas o ninguna y por supuesto todo eso en diferentes grados”. Lo cierto es que las generalizaciones no suelen ser realistas, sino un sesgo cognitivo reduccionista, categórico y simplista, declara la experta.

«La orientación romántica y sexual se puede cambiar o «curar».»

«Las personas LGBTQ+ solo experimentan discriminación en ciertos lugares o momentos.»

Concluye afirmando que se ninguna manera puede cambiarse, forzarse o «curarse» la orientación sexual o romántica. La heterosexualidad es solo una orientación sexual, no una enfermedad, ¿cierto? Pues la homosexualidad, la bisexualidad y otras orientaciones sexuales o románticas también. “Por desgracia, aún existen personas que cometen delitos de odio debido a la orientación sexual o romántica manifiesta, si esta no es heteronormativa”. Continúa señalando que urgen medidas para hacer de las calles, espacios públicos y en general, lugares seguros para todas las personas. Incluyendo, cómo no, los hogares y las escuelas. Proteger la infancia, adolescencia, adultez y senectud; toda la vida.

Explorarse y comprenderse

Es importante explorar y comprender las propias orientaciones románticas y sexuales, es un proceso personal y único. “En nuestro proceso sereno de aprendizaje emocional, en sesiones individuales, hemos acompañado a personas en esa autoaceptación. También procuramos que en nuestro Gimnasio Emocional encuentren, todas las personas, un espacio seguro para ser quienes son”.

Basándose en esta experiencia, María nos plantea algunas orientaciones para ser capaces de explorarnos y comprendernos:

-Dedicar tiempo al autoconocimiento y a la reflexión acerca de los sentimientos y atracciones que hemos experimentado a lo largo de la vida.

Leer, conversar, aprender sobre las diferentes orientaciones románticas y sexuales que existen. La educación nos permite entender las diversas formas en que las personas experimentamos atracción y conexiones emocionales.

Observar cómo nos sentimos emocional, sexual y románticamente en diferentes situaciones y con distintas personas.

Conectar con personas con experiencias similares o que suponen un punto seguro de apoyo.

Apoyarnos en profesionales si un acompañamiento emocional profesional en el proceso podría venirnos bien.

Recoge que es importante tener paciencia con nuestro ritmo y proceso. “No hay prisa, no hay una respuesta correcta o incorrecta, no hay tiempos definidos ni unos «debería» en los que encajar”. Sigue apuntando que es importante mantener una mente abierta y comprensiva ante la posibilidad de cambios en nuestros sentimientos, expectativas o experiencias. La autenticidad y el autoconocimiento son esenciales en este proceso que ha de ser sereno y amable. No importa cuál sea nuestra orientación, lo que importa es que las personas nos sintamos cómodas y aceptadas por nosotras mismas. Y dejemos a un lado el miedo a buscar ayuda o apoyo si lo necesitamos. “Siempre suelo decir que la carga compartida pesa menos, y el camino de crecimiento personal se allana también en compañía”.

Artículo publicado por Marta Rubio

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