Comenzamos con tejidos que transmiten calor de hogar: mezcla de estampados de manta y cuadros escoceses cosidos sobre parkas abrigadas. Hay suéteres gruesos con patrones de curling, y el maple leaf aparece como guiño emocional y familiar.
«Sentí como si los Caten invitaran a pasear por un bosque canadiense… justo en medio de la ciudad. Esa mezcla entre lo natural y lo urbano me hace sonreír» asegura Dean Caten, director creativo de la firma.
Luego llegan las chaquetas híbridas: mitad peacoat, mitad puffer, o gabardina que lleva el cuerpo acolchado dentro. Todo deja huella, como si cada prenda hubiera vivido varias aventuras antes de llegar aquí.
Ese espíritu aventurero lo acompaña el calzado. Visualizo mocasines de suela gruesa, recuerdos de los 90 renovados, botas con cordones firmes y zapatos con hebillas metalizadas firmadas por Patrick Cox. Es como si quisieran que cada paso tuviese un eco, una historia.
Los accesorios me hicieron levantar la ceja: cinturones con hebillas joya, anillos crudos, collares épicos, piezas que parecían talismanes en un mundo que pide un poco de magia. «La colección me abrazó. Supe que no era solo moda, sino ganas de sentirnos conectados, protegidos. En cada costura, en cada capa, había una invitación a salir al mundo sintiendo que algo nos cuida».
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
