Desentrañando el enigma alérgico: la conexión sorprendente entre la histamina y el misterioso aumento de alergias en el mundo moderno
En los últimos años, el mundo ha experimentado un alarmante aumento en el número de personas que padecen alergias. La histamina, una molécula presente en nuestro organismo y conocida por desencadenar respuestas alérgicas, se ha convertido en el foco de la atención de la comunidad científica. Pero, ¿a qué se debe este fenómeno y por qué las alergias parecen ser más prevalentes hoy en día? Investigaciones recientes han arrojado luz sobre estas cuestiones y han permitido entender mejor los mecanismos subyacentes en el desarrollo de las alergias.
¿Qué es la histamina?
La histamina es un compuesto orgánico producido por nuestro cuerpo, que desempeña un papel fundamental en la regulación de múltiples funciones fisiológicas. Entre estas, se incluyen la dilatación de los vasos sanguíneos, la contracción de los músculos lisos y la secreción de ácido en el estómago. Además, la histamina es conocida por su papel central en la respuesta inmunitaria y la inflamación, especialmente en reacciones alérgicas.
Nuestro cuerpo produce una parte de ella, mientras que otra proviene de los alimentos que consumimos. Si tenemos síntomas de alergias e intolerancias digestivas nuestro principal objetivo será intentar reducirlas, y eso lo conseguiremos si logramos disminuir la histamina de los alimentos que ingerimos.
Esta sustancia produce muchos efectos en nuestro cuerpo. La histamina es liberada por ciertos tipos de glóbulos blancos, provocando que los vasos sanguíneos pequeños se abran y tengan escapes. Además, provoca que los tejidos lisos se contraigan, que se elabore ácido gástrico y que aumente la frecuencia cardíaca. Es un tipo de neurotransmisor.
Es una sustancia química que se produce naturalmente en el cuerpo cuando reacciona a los alérgenos o a un daño celular, actuando como mensajera química del sistema inmunitario.
Síntomas de la histamina
Algunos expertos explican que los síntomas de padecer histamina en nuestro organismo pueden ser: la urticaria, los estornudos, la rinitis (inflamación mucosa nasal), las migrañas, los dolores menstruales, la fatiga, los dolores en las articulaciones y/o en los músculos, el asma, la mucosidad, el eccema, los problemas digestivos, el insomnio, la presión arterial baja, picor en los ojos, lagrimeo, congestión, inflamación en la piel o en la cara, taquicardia, ansiedad y estados de pánico
¿Qué relación hay entre la histamina y el aumento de los problemas de alergias?
La histamina es un mediador químico clave que juega un papel fundamental en la respuesta inmunitaria y la inflamación, especialmente en reacciones alérgicas. Cuando una persona alérgica entra en contacto con un alérgeno, como el polen o el pelo de un animal, su sistema inmunológico libera histamina y otras sustancias químicas para combatir la supuesta «invasión». Estas sustancias desencadenan una serie de reacciones en el cuerpo, que incluyen la dilatación de los vasos sanguíneos, la contracción de los músculos lisos y la secreción de mucosa. Estas respuestas son las responsables de los síntomas típicos de las alergias, como enrojecimiento, hinchazón, picazón y congestión nasal.
Entonces, ¿por qué estamos experimentando un aumento en los problemas de alergias actualmente? Las investigaciones apuntan a diversos factores que contribuyen a esta situación preocupante.
En primer lugar, la llamada «hipótesis de la higiene» sugiere que nuestra vida moderna, en la que se han reducido las exposiciones a microorganismos y enfermedades, podría estar afectando negativamente a nuestro sistema inmunológico. Al no estar expuestos a una variedad suficiente de microorganismos, nuestro sistema inmunológico no se desarrolla adecuadamente, lo que nos hace más propensos a desarrollar alergias y otras enfermedades autoinmunitarias.
Otro factor importante en el aumento de alergias es el cambio climático. Las temperaturas más cálidas y la mayor concentración de CO2 en la atmósfera están afectando la duración y la intensidad de las temporadas de polen, lo que puede exacerbar los síntomas alérgicos en las personas sensibles. Además, la contaminación atmosférica y los alérgenos interiores, como el moho y los ácaros del polvo, también pueden empeorar la situación.
Para abordar este aumento preocupante en los problemas de alergias, es crucial comprender cómo la histamina y otros factores están involucrados en el proceso alérgico. Al desarrollar mejores estrategias de prevención y tratamiento, así como fomentar la concienciación sobre los factores de riesgo y cómo minimizarlos, podemos esperar mejorar la calidad de vida de aquellos que sufren de alergias y reducir la carga sobre nuestro sistema de atención médica.
¿Por qué acumulamos histamina en nuestro organismo?
El problema no es la histamina en sí misma, sino cuando una persona tiene una gran cantidad de ella o existe un fallo en la descomposición. Pero, ¿por qué se acumula la histamina? Algunos expertos explican que los principales motivos del cúmulo de la histamina son los siguientes:
- En primer lugar, las fuentes exógenas, es decir, alimentos que tienen histamina o provocan la liberación por parte del sistema inmune.
- En segundo lugar, las fuentes endógenas: éstas son liberadas por las diferentes células del sistema inmune (basófilos, eosinófilos y mastocitos) como respuesta a los mecanismos alérgicos o a posibles infecciones (parásitos, virus o bacterias). También podrían ser otros mecanismos no alérgicos como el síndrome de histaminosis alimentaria no alérgico (HANA), es decir, la pérdida de salud por ingerir de manera moderada uno o varios alimentos en buen estado de salud, pero capaces de producir la liberación de histamina por un mecanismo inmunológico no alérgico.
- Por último, el acúmulo también podría desarrollarse por algún fallo en el funcionamiento de las principales enzimas de la metabolización. La DAO (Diamino Oxidasa) en el intestino y la histamina N-methyl transferasa (HNMT) en el hígado. Si estas no son suficientes, no la vamos a eliminar de manera correcta y se va a acumular en nuestro organismo.
¿Cómo reducir los niveles altos de histamina?
Como hemos mencionado antes, la histamina no es mala en sí misma, sino que su exceso es lo que la hace perjudicial para la salud. La histaminosis se produce cuando se da una producción o ingestión excesiva de histamina en nuestro cuerpo, y este tiene problemas para descomponerla de una forma adecuada. Lo que provocará síntomas similares a los de las alergias. Algunos factores que producen la histamina son las alergias a alimentos o medicamentos, parásitos, cándida, disbiosis, estrés, alcohol, contaminantes ambientales o enfermedades.
La histamina se puede eliminar mediante dos enzimas, por una parte, la DAO (Diamino Oxidasa) y por otra la HNMT. De estas dos enzimas, la enzima DAO es la principal y la que metaboliza la histamina a nivel intestinal.
Para reducir la histamina hay que reducir los alimentos ricos en esta sustancia de la dieta, mejorar la actividad de la enzima DAO, ya que, al solucionar el problema digestivo, la enzima DAO recupera su actividad normal.
Además, para conseguir reducir la histamina y controlarla tenemos que consumir alimentos bajos en esta sustancia, como cereales, patatas, hortalizas, etc. Los alimentos frescos tienen un menor nivel de histamina que los congelados o precalentados. Como complemento hay que evitar los alimentos precocinados.
Por otra parte, para reducir la histamina hay que permanecer constantemente hidratados, por eso es muy importante beber mucha agua. En cuanto a los nutrientes que favorecen la reducción de histamina, destacan la vitamina C, la vitamina B6 y la quercetina.
El avance en el conocimiento científico sobre la histamina y su relación con el aumento de alergias en la población es fundamental para desarrollar estrategias de prevención y tratamiento eficaces. La identificación de factores de riesgo y la educación sobre cómo reducir la exposición a alérgenos son claves para enfrentar este problema de salud pública creciente.
¿Qué alimentos debemos tomar y cuáles no para reducir la histamina?
Si nuestro problema es que tenemos altos los niveles de histamina podemos llevar a cabo una dieta baja en esta sustancia. Para ello debemos comenzar con alimentos frescos como la carne y el pescado, además, es recomendable evitar los que provienen de las conservas.
Por otra parte, las frutas frescas excepto las fresas y los cítricos son muy buenas para ayudar a reducir la histamina de nuestro cuerpo. Como hemos mencionado, los alimentos frescos son muy importantes, por ello, las verduras frescas juegan un papel muy importante en esta dieta, sin embargo, hay que evitar los tomates, las espinacas y la col.
Por último, los cereales, el arroz, el maíz o la avena también contribuyen de manera positiva a nuestra dieta.
La otra cara de la moneda son los alimentos que debemos evitar, lo primero que debemos saber que es que la cantidad de histamina que haya en estos alimentos dependerá del tiempo que hayan estado almacenados, lo que hayan tardado en madurar, en cocer o en realizar el procesamiento. Por eso, los niveles de histamina serán diferentes.
En primer lugar, nos encontramos con las carnes y los pescados fermentados, ahumados, los embutidos, jamones o la carne de cerdo. Los enlatados o encurtidos como los pepinillos en vinagre también contienen un alto concentrado de histamina.
Hay que tener cuidado con el consumo de los lácteos y derivados de él como el suero de leche, yogur, kéfir o quesos, ya que también pueden provocar que suban los niveles de histamina. Así como las legumbres como la soja, los garbanzos o los cacahuetes. El chocolate, la canela, el trigo y los azúcares refinados también son altos en histamina.
Finalmente, alimentos como las nueces, las fresas o la clara de huevo son liberadores de histamina. En cuanto a la bebida, no podemos olvidarnos del alcohol, sobre todo el vino o la cerveza, ya que son fermentadas, y hay que intentar evitarlas a toda costa.
Artículo publicado por Nuria Santos
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