3 grandes tipos de cerveza que debes diferenciar (para pedir la mejor en cada momento)

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Seamos honestos, con la cerveza ocurre lo mismo que con el agua con gas: o te encanta o simplemente no es lo tuyo. Para aquellos que caemos en el primer grupo, muchas veces nos encontramos atrapados en la costumbre de pedir la misma cerveza una y otra vez, como si fuera ese vieja amistad con la que nunca quieres perder contacto. Pero, ¿te has parado a pensar que, al igual que en un vasto mar de estrellas, existen incontables tipos de cerveza esperando ser descubiertos, cada uno perfecto para un momento diferente?

Si estás dispuesto a abrirte a la diversidad que el mundo cervecero prepárate para descubrir el universo de la birra con todos sus matices. No solo se trata de sumar puntos en nuestra cultura cervecera personal, sino de enriquecer nuestras experiencias en cada sorbo. Imagina disfrutar de una cerveza ligera y refrescante mientras el sol aún calienta tu piel, o saborear una oscura y profunda Stout frente a una chimenea. El abanico de opciones es tan amplio que limitarse a una sola parece casi un desperdicio.

Por eso, hoy te proponemos a explorar los distintos tipos de cerveza que deberías conocer y a descubrir cuándo es el momento ideal para cada uno. Vamos a romper con la rutina, a dejar de lado ese compromiso eterno con nuestra cerveza de siempre y a abrirnos a un mundo lleno de sabores, texturas y momentos. Prepárate para darle un giro completo a tu experiencia cervecera, porque después de esto, tu relación con la cerveza nunca será la misma.

Factores que diferencian a las cervezas

Antes de describir en mayor detalle cuáles son los principales tipos de cerveza, conviene explicar de dónde surgen estas divisiones. La clave se halla en las múltiples variables existentes a lo largo del proceso de fermentación, que decidirán la textura y el sabor definitivo. A grandes rasgos, se pueden distinguir tres grandes grupos: cervezas lager, ale y espontáneas, aunque estas últimas no son tan conocidas.

Las lager deben fermentar durante más tiempo y a temperaturas mucho más bajas, por lo que suelen elaborarse en las épocas más frías del año. Habitualmente, necesitan entre uno y tres meses y una temperatura inferior a 10ºC, por lo que suele servirse muy fría incluso tras su elaboración. Asimismo, la cantidad de lúpulo es relativamente pequeña, de ahí su color generalmente pálido, y las levaduras se sitúan en la parte inferior del fermentador. Todo esto da lugar a una cerveza baja en alcohol y se sabor más suave.

Por su parte, las ale cuentan con una elaboración bastante más rápida, al necesitar apenas una semana para finalizar el proceso. No obstante, en ocasiones se vuelve a fermentar para garantizar una cerveza pura y líquida, sin restos sólidos de las plantas empleadas. La temperatura se halla entre los 15 y los 25ºC, y las levaduras operan en la zona superior, en forma de espuma. Debido a que emplea una cantidad mayor de lúpulo, el resultado es una bebida más fuerte y con más proporción de alcohol que la lager.

Finalmente, las cervezas espontáneas emplean levaduras salvajes y su proceso de fermentación es muy diferente. Se asemeja más al del vino, debido al uso de barricas de madera y a un período de reposo muchísimo más largo, que puede durar meses y hasta años.

Clases de cerveza lager

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Una vez aclarado cómo el proceso de elaboración da lugar a los distintos tipos de cerveza, toca pasar a la parte más interesante. ¿Qué sub-categorías existen y cuáles suponen la mejor opción para nuestra próxima juerga?

En el caso de las lager, se trata de una cerveza con un sabor más tenue y un menor contenido de alcohol, por lo que es ideal para salir “de tranquis”. Además, marida especialmente bien con platos tales como verduras, pescados y legumbres. Por su versatilidad y su tendencia a servirse bien fresquita, es el tipo de cerveza más popular en Europa occidental, y por supuesto, en España.

De entre ellas, la más famosa es la Pilsen, la célebre cerveza rubia en la que todos pensamos al oír mencionar esta bebida. Sin embargo, otras categorías relevantes son la especial, de textura más cremosa; o la extra, que posee la mayor cantidad de alcohol dentro de esta clasificación. Finalmente, otros tipos menores son la Schwarzbier, la pale lager (de tonos claros) y las bocks, de sabor muy intenso y especialmente demandadas en Alemania.

Clases de cerveza ale

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El segundo de los grandes tipos de cerveza es especialmente popular en los países anglosajones, donde suele tomarse a temperaturas ligeramente más altas. Su sabor, más intenso y afrutado que la lager, la convierte en ideal para acompañar platos fuertes e incluso picantes como el curry.

Dentro de esta clasificación existen infinidad de tipos, aunque destacan especialmente cuatro. Las pale ale se diferencian por su color, más claro que otras cervezas, aunque pueden tener un sabor tan intenso como el de sus “primas”. Una de las más célebres es la Indian Pale Ale, célebre por su durabilidad, así como la American Ale y English Bitter.

Por su parte, las cervezas dark ale, también conocidas como cervezas negras, incluyen numerosas subdivisiones como Porter y Stout. La celebérrima Guinness se encuentra dentro de esta última categoría, y debe su color y sabor característicos a la alta concentración de malta tostada. Algunas clases pueden tener incluso matices de café o de chocolate.

Existe también una cerveza intermedia: la belga, dividida a su vez en trapenses, saisons, Abadía y flamenca, entre otras. Tienen un alto contenido de alcohol y un color que puede ir desde el dorado hasta el marrón profundo. Asimismo, y si bien su sabor es bastante intenso, también cuentan con ciertos toques dulces.

Finalmente, las cervezas de trigo carecen de lúpulo y son más suaves que otras clases de ale. Alemania es el país donde más se consumen, siendo especialmente solicitadas durante el Oktoberfest de Múnich.

Clases de cerveza espontánea

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Aunque no cuentan con tantas divisiones como los otros dos tipos, las cervezas espontáneas también presentan variantes según las condiciones de fermentado. Sin embargo, no tienen tanto calado, debido a su sabor extremadamente amargo, que puede resultar poco apetecible para la mayoría de la gente. Normalmente, se reservan para expertos en la materia y catadores más veteranos, aunque cualquiera puede intentar darles un trago.

Sus dos clases principales son la lambic, que también es el término genérico para estas cervezas, y la gueuze, que combina bebidas con antigüedades diferentes. También pueden obtenerse otras variantes añadiendo azúcar o matices frutales. Asimismo, la presencia de levaduras salvajes y la utilización de barricas crean miles de matices que provocan que ninguna sea exactamente igual que otra.

Y ahora que ya conoces todos los tipos de cerveza, ¿con cuál te quedas para pasar una agradable velada en un bar con los amigos?