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Alejo Humanes, el modelo madrileño que triunfa en Milán: «En la moda hay mucho ego y muchas personas que se mueven por interés»

El modelo Alejo Humanes vestido con un jersey de cuello alto y una gabardina y sentado en un banco El modelo Alejo Humanes vestido con un jersey de cuello alto y una gabardina y sentado en un banco
En la esta imagen, el modelo Alejo Humanes viste jersey de cuello de cisne y gabardina tipo trench, todo de Emidio Tucci.

A sus 21 años, Alejo Humanes ha desfilado para algunas de las firmas más influyentes del mundo —de Louis Vuitton a Gucci— consolidándose como una de las «caras nuevas» más interesantes de la moda masculina española.

Hay infancias que se recuerdan por los veranos interminables, los recreos o el sonido de una pelota rebotando en la calle. La de Alejo Humanes fue una mezcla de todo eso. Nacido en Madrid, creció entre la calma de una infancia familiar y la inquietud de quien, sin saberlo, acabaría recorriendo el mundo. Hoy, aquel niño que pasaba las tardes jugando al fútbol y soñando con ser deportista es uno de los modelos españoles con mayor proyección internacional.

Su debut llegó en el desfile de Louis Vuitton primavera/verano 2022. Desde entonces, Alejo ha desfilado para Jacquemus, Canali, Emporio Armani, Versace o Gucci, entre muchas otras firmas que lo han convertido en una presencia habitual en las grandes capitales de la moda. En apenas cinco años de carrera, ha participado en más de 43 desfiles, una cifra que lo sitúa entre los modelos más activos de su generación y que refleja una ascensión constante.

Hijo único y madrileño de nacimiento, creció entre el cariño de los suyos y el silencio de las tardes en las que aprendió a entretenerse solo. “Siempre he tenido a mi alrededor mucho amor”, dice con una sonrisa. “Al final, ser hijo único también tiene su parte de soledad, pero aprendí a disfrutar de mi compañía y a aburrirme como cualquier niño”.

Alejo Humanes con traje oscuro y corbata en una sesión de fotos en Madrid para Rísbel Magazine otoño 2025.
Traje, camisa, corbata y zapatos, todo de EMIDIO TUCCI.

Gran parte de sus recuerdos están ligados a su abuela y a las comidas familiares, a las discusiones que acababan entre risas o a las partidas de parchís que parecían no terminar nunca. La otra mitad de su infancia la ocupa el colegio, el Isabel la Católica, en el barrio de Tribunal, donde descubrió el valor de la amistad y la importancia de las primeras lealtades. “Ahí conocí a mis mejores amigos, muchos de ellos los conservo hoy. Son como hermanos para mí”, recuerda.

No se considera un estudiante brillante, pero sí constante. “Era de los que sacaban cincos, seises o sietes”, dice divertido. “Y sí, era de los que la liaban. Pero creo que si no la lías de pequeño, luego ya no puedes”. En clase disfrutaba especialmente de Lengua e Historia, asignaturas que dependían mucho del profesor, aunque con Matemáticas y Inglés la relación fue más complicada. “La profe de inglés era dura, con todos”, bromea.

Entre lecciones y recreos, Alejo fue moldeando una personalidad entre la timidez y la curiosidad. “De primeras era tímido, pero cuando me sentía cómodo, era difícil no cogerme cariño”, reconoce. Su entorno lo recuerda como un niño inquieto, divertido y con una energía que encontraba siempre una forma de canalizarse: el fútbol. “Desde pequeño siempre quise ser futbolista. Los mejores recuerdos que tengo son jugando con mis amigos, siempre con un balón en los pies”.

Primer plano de Alejo Humanes con luz natural destacando sus facciones en una sesión de moda masculina para Rísbel Magazine.

De aquella época conserva el mismo sentido del humor y una naturalidad que hoy traslada a su carrera como modelo. Quizá por eso, cuando habla de su infancia, lo hace sin nostalgia, como quien revisita un álbum de fotos sabiendo que lo que fue, sigue estando ahí, en la manera en que camina, sonríe y mira al mundo.

¿Cómo empezaste a trabajar como modelo?
Empecé a trabajar como modelo con 16 años. Me descubrió un chico que se llama Pavel. Era la época del COVID, cuando aún íbamos con mascarilla por la calle. Recuerdo que iba a comprar un videojuego y él me paró. Me dijo: “Oye, ¿te puedo sacar unas fotos? Es para mi agencia”. Desde aquí le mando un saludo a Pavel, con mucho cariño. A día de hoy seguimos teniendo muy buena relación.
Después de hacerme las fotos, las mandó a Fernando Merino, de la agencia Uno Models —si no me equivoco— y me citaron en la agencia ese mismo miércoles. Fui acompañado de mi abuela porque, sinceramente, no me fiaba del todo (risas).

¿Qué imagen tenías del mundo de la moda antes de empezar?
Pues la que te da la televisión: modelos viajando, ganando mucho dinero y llevando una vida un poco extraña. En realidad nunca había pensado en ese mundo. Tal vez mi única referencia era Zoolander, y ese era más o menos el concepto que tenía de lo que era ser modelo.

¿Recuerdas tu primer trabajo?
Sí. Mi primer test fue con Aitana Valencia, pero mi primer trabajo pagado fue para Food District. Lo recuerdo con cariño porque me gustaba mucho la ropa —tenían cosas de Nike, que siempre ha sido mi estilo—.
Durante la adolescencia era muy delgado y tenía ciertos complejos. Cuando empecé a trabajar y me decían “qué bien te queda la ropa”, me ayudó a verme de otra manera. Ese trabajo me cambió un poco la percepción que tenía de mí mismo.

Alejo Humanes entre otros modelos durante una sesión urbana en Madrid para Rísbel Magazine otoño 2025.
Chaqueta y camisa de Emidio Tucci.

¿Cuál ha sido el momento más emocionante de tu carrera?
No sabría quedarme con uno. Quizá, por la emoción del momento, conocer a Travis Scott cuando tenía 16 años fue algo especial. También recuerdo con mucho cariño una sesión que hice en Costa Rica; no diría que fue “emocionante” en sí, pero sí una de las experiencias más bonitas que he vivido trabajando.

¿Cómo ha cambiado la industria desde que empezaste?
Empecé en plena pandemia, así que desde entonces todo ha cambiado muchísimo. En aquel momento era todo muy serio: pruebas de COVID antes de cada viaje, restricciones, distancia… Ahora todo ha vuelto a la normalidad. Los castings son presenciales y hay más cercanía. Han pasado cinco años desde que empecé, y noto que el ritmo y las relaciones dentro del sector se han vuelto más naturales.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo como modelo?
Más allá del dinero y del tiempo que te da, lo que más me gusta es ver que hay gente que vive haciendo lo que le apasiona. No solo modelos o diseñadores, también fotógrafos, maquilladores, músicos o creativos. Trabajar en esta industria me ha abierto la mente y he roto muchas barreras mentales. En mi entorno no tenía ejemplos de eso y, de alguna manera, me inspiró a seguir adelante.

Retrato en primer plano de Alejo Humanes con luz cálida y expresión serena durante la sesión fotográfica de Rísbel Magazine.
Abrigo y camisa, de Emidio Tucci.

¿Y lo que menos te gusta?
Diría que también es la gente, pero no en general, sino la falta de naturalidad. Hay mucho ego y muchas personas que se mueven por interés. Yo nunca he sido así. Trato a todos por igual, sin importar de dónde vengan o a qué se dediquen. Lo difícil es encontrar gente real, pero cuando lo haces, merece la pena.

¿Quién es la persona más famosa que has conocido?
Supongo que Dua Lipa. También he coincidido con algunos raperos estadounidenses muy conocidos y con Travis Scott, claro. En cada show te cruzas con muchos artistas, pero si tengo que decir uno, diría que Dua Lipa.

Alejo Humanes posa en el centro de la Gran Vía de Madrid con traje formal en una sesión editorial para Rísbel Magazine.
Traje, camisa y mocasines, todo de Emidio Tucci.

¿Cuál ha sido tu trabajo mejor pagado y el peor pagado?
El mejor pagado fue el desfile de Jacquemus, el de “La Casa”. Mi look tuvo bastante repercusión y eso ayudó. El peor pagado… alguna editorial que, directamente, no estaba pagada (risas).

¿Has pensado alguna vez en dejarlo?
Sí, un par de veces. Lo que me ha hecho seguir ha sido mi familia, mis amigos y las ganas de comerme el mundo. Saber que sirvo para esto, que puedo vivir bien de lo que me gusta, me da fuerza para seguir.

¿Cuál ha sido tu mayor aprendizaje en estos años?
Que las apariencias engañan mucho y que mi familia y mis amigos son lo más importante. Son los que me mantienen con los pies en la tierra. Creo que lo esencial es ser buena persona y no perder las raíces, sin importar cuánto éxito tengas.

¿Qué trabajo recuerdas con más cariño?
El desfile de Dior con Cactus Jack. Fue mi primer desfile grande, con público, y además lo compartí con mi amigo Marty, uno de mis mejores amigos en la industria. Fue increíble vivirlo juntos, sobre todo siendo tan jóvenes y teniendo delante a Travis Scott.

Alejo Humanes, modelo madrileño, retratado con traje y corbata frente a una puerta roja para Rísbel Magazine otoño 2025.
Chaqueta, camisa y corbata, todo de Emidio Tucci.

¿Te gustaría dedicarte a algo más además del modelaje?
Sí. Estoy trabajando en mi carrera como DJ. Ya he pinchado un par de veces en París, en clubes y raves, y me encanta. Siempre me ha gustado la música y la figura del DJ, esa capacidad de guiar a la gente durante una hora con un set. La música me ha hecho viajar, enamorarme y sentir cosas increíbles. Me gustaría seguir dedicándole tiempo y, más adelante, producir mis propias cosas.

¿Qué consejo te darías a ti mismo con 16 años?
Que no cambie. Que siga siendo yo mismo, que no me ralle y que no me preocupe por nada ni por nadie. La gente que tiene que quedarse a tu lado, se queda. Y que mantenga la esencia. Eso no lo cambiaría por nada.


Fotógrafa: Sofia Arreciado.
Estilismo: Andrea Estirado.
Modelo: Alejo Humanes (Uno Models).
Maquillaje y peluquería: Manu Moreno (NS Management).
Asistente de fotografía: Tania Iconxspic.
Asistente de estilismo: Yaiza Díaz.
Agradecimientos especiales: Hotel Room Mate Oscar.


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