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Este restaurante sirve el mejor menú degustación de todo el Priorat

Menú degustación del restaurante Vinum del hotel Mas d´en Bruno Menú degustación del restaurante Vinum del hotel Mas d´en Bruno

En el restaurante Vinum, del Gran Hotel Mas d’en Bruno, todo está pensado para vivir una experiencia gastronómica completa: cocina creativa conectada con la historia de la región, menús degustación con maridajes seleccionados y una terraza con vistas a los viñedos del Priorat

Si el Priorat tiene algo que enamora a primera vista es su paisaje: viñedos a distintas alturas, luz suave a media tarde y ese silencio denso que solo rompen los pasos por el campo. Ahora imagina sentarte a comer en mitad de todo eso, en una masía cuidadosamente restaurada y con una propuesta gastronómica muy alejada de cualquier cocina que hayas conocido hasta ahora. Ahí es donde entra en juego el restaurante Vinum, dentro del Gran Hotel Mas d’en Bruno, en Torroja del Priorat.

mesa en la terraza del restaurante Vinum, del hotel Mas d´en Bruno

El comedor principal conserva el aire cálido de una casa de campo, pero con todos los detalles de una sala de alta cocina. Techos altos, piedra vista, materiales nobles. Y cuando el tiempo lo permite —que es casi siempre—, dos terrazas al aire libre te permiten comer o cenar mirando directamente a las montañas y al mar de viñas. Sin exagerar.

Pero lo que convierte a Vinum en algo más que un restaurante con buenas vistas es lo que pasa en la cocina y en la sala. Porque aquí la experiencia se construye plato a plato, vino a vino… o mejor dicho, historia a historia.

Tres menús, tres formas de contar el Priorat

Vinum tiene carta, sí (y de las de papel, de las de toda la vida… nada de códigos QR). Pero lo que lo hace diferente —lo que de verdad lo distingue— son sus tres menús degustación. Tres recorridos distintos con un mismo objetivo: conectarte con lo mejor de esta tierra.

El primero, el Menú Degustación clásico, es un viaje por la cocina creativa con producto local. Arranca con una sopa de almendra cruda que se sirve con caballa ligeramente soasada y un toque de teriyaki de vino dulce del Priorat. Un comienzo suave, equilibrado, que ya anticipa lo que viene.

restaurante Vinum menú degustación Hotel Mas d´en Bruno

Uno de los pases más celebrados del menú es la “Lluerna” rellena en suquet, que combina pescado local con un guiso profundo y unos gnochis de perejil y azafrán que son puro fondo. También hay sitio para los sabores intensos, como el civet de jabalí del Priorat, servido con romesco de remolacha y brioche casero. Un plato redondo, de los que te obligan a bajar el ritmo para saborearlo bien.

¿Y los postres? A la altura. El lingote de chocolate con algarroba, tomillo y haba tonka cierra el menú como debe: sin empalagar, pero dejando huella.

El menú Sent Soví: cuando el recetario medieval se sienta a la mesa

Si hay un menú que resume la personalidad de este restaurante, ese es el Sent Soví. Un homenaje al primer recetario catalán del que se tiene constancia, fechado en 1324. Pero que nadie piense en platos pesados o en una cocina de museo. Aquí se trata de reinterpretar recetas antiguas con producto de hoy y técnica de ahora.

restaurante Vinum menú degustación Hotel Mas d´en Bruno

Arranca con una serie de snacks medievales que, lejos de ser anecdóticos, ya muestran intención: letugat (un licuado de lechugas con vinagreta), buñuelo de queso y ajo, o una terrina de conejo del Priorat con olivas negras que bien podría ser el pase estrella en cualquier otro menú.

Uno de los momentos clave es la llamada secuencia del congrio: un consomé intenso, un buñuelo crujiente de brandada y un lomo cocinado a baja temperatura, con una salsa hecha con las espinas ahumadas. Técnica, fondo y coherencia.

restaurante Vinum menú degustación Hotel Mas d´en Bruno

El menú culmina con una perdiz rellena, cocinada a la brasa y acompañada de un estofado de trigo con mostaza en grano. Y para terminar, una crema de almendra marcona con texturas de limón, que refresca y limpia el paladar sin romper el hilo.

Este menú, que se sirve durante todo 2025 en honor a la designación de Cataluña como Región Mundial de la Gastronomía, es un ejemplo de cómo se puede mirar al pasado sin quedarse atrás.

Una carta con platos que también merecen mención

Aunque los menús degustación son el plato fuerte, la carta también permite construir una comida memorable. Hay platos que se repiten en ambas opciones, como las texturas de alcachofa con holandesa ahumada y panceta de porc a baja temperatura. Y otros que sorprenden, como la carrillera de atún con raifort o las vieiras a la brasa con salsa de cava y caviar.

restaurante Vinum menú degustación Hotel Mas d´en Bruno

En el apartado de carnes, dos platos que vale la pena subrayar: el filete de vaca en ceniza —que llega acompañado de calabaza especiada y pera encurtida— y la paletilla de cabrito en dos cocciones, que juega con lo tradicional desde el respeto, sin necesidad de adornos.

postre del menú degustación del restaurante Vinum, en el Hotel Mas d´en Bruno

Los postres, igual que en los menús, demuestran que aquí se cuida el final tanto como el principio: desde una crema dulce de aguacate con mango hasta un bizcocho de plátano con caramelo salado y moscatel del Priorat.

El vino como hilo conductor de toda la experiencia

No se llama Vinum por casualidad. Aquí, el vino tiene el mismo peso que la cocina. El sommelier del restaurante trabaja codo a codo con el equipo de cocina para diseñar los maridajes de los menús, que incluyen referencias del Priorat pero también selecciones que amplían el horizonte sin perder el foco.

jardín del restaurante Vinum del Hotel Mas d´en Bruno

No hay carta interminable ni etiquetas por lucir. Hay una selección cuidada, pensada para acompañar y para contar la historia de un territorio. Tanto si eliges uno de los maridajes como si prefieres dejarte guiar por copa, hay criterio y conocimiento detrás de cada sugerencia.

Comer entre viñas, dormir en una masía, recordar lo vivido

El restaurante Vinum no es un sitio al que se llega por casualidad. Es destino. De los que se reservan con tiempo. De los que vale la pena planificar para disfrutar sin mirar el reloj.

Más allá de disfrutar de platos bien ejecutados, comer aquí es entender un poco más lo que significa el Priorat. Lo que significa cuidar el producto, respetar la historia, contar algo en cada pase. Y hacerlo sin estridencias, desde la calma y con los pies en la tierra.

terraza restaurante Vinum Hotel Mas d´en Bruno

Puede que te atraigan las vistas. Puede que vengas por la fama del menú Sent Soví o por la curiosidad de probar platos medievales reversionados. Pero cuando te marches, lo que recordarás será el conjunto: el vino, el pan hecho en casa, el romesco de remolacha, el conejo en terrina, la bruma de las terrazas al caer la tarde.

Y ahí entenderás por qué hay sitios que no son solo para comer. Son para vivirlos. Y luego contarlos.

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