Ben Affleck regresa como Christian Wolff en una secuela que mezcla acción, humor y drama familiar, bajo la dirección de Gavin O’Connor.
Han pasado casi diez años desde la primera película, y ahora Gavin O’Connor vuelve a los cines con El contable 2. Tras dirigir títulos como Warrior o The Way Back, el director retoma su colaboración con Ben Affleck en una trama que recupera el pulso de un personaje que el público esperaba con ganas.
En esta nueva entrega de El contable 2, O’Connor repite equipo creativo con el guionista Bill Dubuque y reúne de nuevo en pantalla a Affleck, Jon Bernthal, J.K. Simmons y Cynthia Addai-Robinson.
La trama arranca cuando Marybeth Medina recluta a Christian para investigar una muerte que esconde más de lo que parece. A medida que avanza la historia, Brax, el hermano de Christian, se une a la investigación, obligándolos a enfrentarse a viejas heridas y a su complicada relación.
En El contable 2, Christian vuelve a verse atrapado en una red de mensajes encriptados, conspiraciones y asesinatos sistemáticos que lo arrastran a un caso más personal de lo que imaginaba.
Una historia que mantiene la acción, introduce momentos de humor y explora los lazos familiares desde un punto de vista más íntimo.
Un encontronazo entre hermanos
Una de las escenas clave para Gavin O’Connor en El contable 2 se rodó sobre el techo de una caravana Airstream. Allí, Christian y Brax se sientan en silencio, intentando reconectar después de años de distancia.
«Me encanta la idea de dos hermanos sentados, intentando hablar sin saber cómo hacerlo»
Gavin O’Connor, director de la película.
Para reforzar esa sensación, el director de la película decidió eliminar la música y dejar que el peso de la escena recayera en las miradas, los silencios y el trabajo de los actores.
Aunque el guion estaba escrito, O’Connor animó a Affleck y Bernthal a improvisar. De esa libertad surgieron momentos tan naturales como el gesto en el que Brax le quita el protector solar a Christian y lo lanza, provocando una reacción inesperada en Ben Affleck que quedó capturada en cámara. El director, que usó dos cámaras simultáneas para grabar la escena, describió ese instante como “un tiro al blanco”.
El humor entre hermanos y un thriller de acción
Una de las sorpresas de esta secuela es el espacio que se le da a la comedia. Aunque El contable 2 mantiene la tensión del thriller original, esta vez hay más sitio para la complicidad entre hermanos.
Muchos espectadores se quedaron con ganas de ver más interacción entre Christian y Brax en la primera película. Esta segunda parte cumple esa expectativa, explorando el vínculo entre ambos de una manera más cercana y mostrando cómo, a pesar de las diferencias, todavía queda algo que los une.
El universo de El contable sigue creciendo
Durante la promoción de la película, Gavin O’Connor adelantó que el mundo de El contable no se quedará en el cine. El director confirmó que, junto a Bill Dubuque, está desarrollando una serie de televisión ambientada en este universo.
Eso sí, la serie no estará centrada en Christian Wolff. La protagonista será Justine y otros personajes del centro Harbor Neuroscience. La idea es mostrar que hay más «contadores» con habilidades especiales repartidos por el mundo.
«La serie nunca iba a ser con Ben», aclaró O’Connor. Aunque dejó abierta la posibilidad de que Christian haga algún cameo, insistió en que se trata de una historia independiente.
Una secuela personal
Para Gavin O’Connor, El contable 2 no es solo una continuación, sino una historia que conecta con temas personales como la familia, el trauma y la redención.
La relación entre Christian y Brax no solo funciona como motor dramático de la película, sino que refleja también una búsqueda de reparación emocional. O’Connor ha explicado que estos temas son muy importantes para él y que se implicó de forma especial en esta secuela.
Con un elenco sólido, una dirección comprometida y una historia que combina acción, emoción y humor, El contable 2 amplía el universo de la primera película sin perder su esencia. Y demuestra que todavía hay mucho por contar en el mundo de Christian Wolff.