La NASA encuentra en Marte la prueba más contundente de posible vida microscópica en el pasado

Róver Perseverance de la NASA

El róver Perseverance se ha topado con una roca fascinante que contiene algunos indicios de que pudo haber albergado vida microbiana hace miles de millones de años, pero se necesita una investigación más a fondo para conformarlo. 

Una roca llena de vetas ha llamando la atención del equipo científico que opera el róver Perseverance, que se posó en Marte el 18 de febrero para buscar signos de posible vida microbiana en ambientes candidatos a favorecer su aparición y expansión. Apodada Cheyava Falls, la roca, con forma de punta de flecha, contiene huellas geológicas intrigantes que pueden arrojar algo de luz a la pregunta de si el planeta rojo reunió en algún momento de su pasado remoto las condiciones para albergar vida.

El pedrusco marciano, que se erige en la vigésima segunda muestra de núcleo rocoso analizado por Perseverance, fue recogido el 21 de julio, mientras el róver exploraba el borde septentrional del Neretva Vallis, un antiguo valle fluvial de 400 metros de ancho que fue esculpido por las corrientes de agua que corrían hacia el cráter Jezero, hace mucho tiempo.

La roca marciana Cheyava Falls contiene compuestos orgánicos

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Uno de los instrumentos a bordo del róver Perseverance, el SHERLOC, ha encontrado materia orgánica y agua en la roca Cheyava Falls.

«Hemos diseñado la ruta del Perseverance para asegurarnos de que llega a zonas con potencial para obtener muestras científicas interesantes —afirma en una nota de prensa de la NASA Nicola Fox, administradora asociada de la Dirección de Misiones Científicas de la Oficina Central de la NASA en Washington. Y añade—: Este viaje a través del cauce del Neretva Vallis ha merecido la pena, ya que hemos encontrado algo que no habíamos visto nunca, lo que dará a nuestros científicos mucho que estudiar».

Los múltiples análisis de la roca Cheyava Falls realizados por el instrumento SHERLOC (Scanning Habitable Environments with Raman & Luminescence for Organics & Chemicals) del róver indican que contienen compuestos orgánicos. Recordemos que SHERLOC está montado en el brazo robótico del róver, y utiliza cámaras, un espectrómetro y un láser para buscar compuestos orgánicos y minerales que han sido alterados en ambientes acuosos y pueden ser signos de vida microbiana en el pasado del planeta rojo. Aunque estas moléculas basadas en el carbono que han sido detectadas por el instrumento SHERLOC se consideran los componentes básicos de la vida, también pueden formarse mediante procesos no biológicos, advierten los geólogos de la NASA.

La roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante analizada por el róver Perseverance

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El róver Perseverance de la NASAha descubierto «manchas de leopardo» en una roca rojiza apodada Cheyava Falls, en el cráter Jezero de Marte. Los científicos creen que las manchas pueden indicar que, hace miles de millones de años, las reacciones químicas en esta roca podrían haber sustentado la vida. Crédito: NASA/JPL-Caltech/MSSS

«Cheyava Falls es la roca más desconcertante, compleja y potencialmente importante de las investigadas hasta ahora por el Perseverance —explica Ken Farley, científico del proyecto Perseverance del Instituto Tecnológico de California (Caltech) de Pasadena. Y continúa—: Por un lado, tenemos nuestra primera detección convincente de material orgánico, manchas de colores distintivas e indicativas de reacciones químicas que la vida microbiana podría haber utilizado como fuente de energía, y pruebas tangibles de que el agua —necesaria para la vida— atravesó una vez esta roca».

Por otro lado, según apunta Farley, los científicos de la NASA no han sido capaces de determinar con exactitud cómo se formó la roca y hasta qué punto las rocas cercanas pudieron haber contribuido a que Cheyava Falls atesorara las características que hoy vemos en ella. Otros detalles de esta enigmática roca, que mide 1 metro por 60 centímetros, también están agitando la curiosidad del equipo al frente de la misión marciana.

Rocas asociadas al agua

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Róver Perseverance

En su búsqueda de señales de antigua vida microbiana, la misión Perseverance se ha centrado en detectar y analizar rocas que pudieron haber sido creadas o modificadas hace millones de años por la presencia de agua en Marte. Por eso el equipo se fijó en Cheyava Falls, bautizada así en honor de una catarata del Gran Cañón del Colorado.

«Este es el tipo de observación para el que se construyó el SHERLOC: para buscar materia orgánica, ya que esta resulta ser un componente esencial de la búsqueda de vida en el pasado», afirma el investigador principal de este importante instrumento del róver, Kevin Hand, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en el sur de California. A lo largo de la roca se aprecian grandes vetas blancas de sulfato cálcico. Entre esas vetas hay bandas de material cuyo color rojizo sugiere la presencia de hematita, uno de los minerales que dan a Marte su distintivo tono oxidado.

Una roca con machas de leopardo

La firma espectrográfica de la hematita en el planeta rojo pudo confirmase mediante el espectrómetro de infrarrojos a bordo de las sondas de la NASA Mars Global Surveyor, que amartizó en 1997, y Mars Odyssey, que realizó la inserción orbital en octubre de 2001.

Dado que la hematita terrestre es un mineral que se forma normalmente en entornos acuosos o debido a alteraciones provocadas por el agua, esta detección fue suficientemente interesante a nivel científico como para que otras misiones a Marte, como los róveres Spirit y Opportunity, dedicaran parte de su tiempo al estudio de la hematita marciana.

Cuando el róver Perseverance observó más de cerca las áreas rojizas de Cheyava Falls, encontró docenas de manchas de color blanquecino con forma irregular y tamaño milimétrico; cada una de ellas estaba rodeada de motas de material negro, similar a las manchas de un leopardo. El instrumento planetario para litoquímica de rayos X (PIXL) del Perseverance ha determinado que estos halos negros contienen hierro y fosfato.

Reacciones químicas que apuntan a la existencia de vida marciana

«Estas manchas son una gran sorpresa —afirma en la nota de prensa de la NASA David Flannery, astrobiólogo y miembro del equipo científico de Perseverance, de la Universidad Tecnológica de Queensland (Australia). Y continúa—: En la Tierra, este tipo de características en las rocas suele asociarse al registro fosilizado de microbios que viven en el subsuelo».

Las manchas de este tipo en rocas sedimentarias terrestres pueden producirse cuando las reacciones químicas en las que interviene la hematita hacen que la roca pase del color rojo al blanco. Esas reacciones también pueden liberar hierro y fosfato, que son posiblemente los causantes de la formación de los halos negros. Hay que decir que las reacciones de esta índole pueden ser una fuente de energía para los microorganismos, lo que explica la asociación entre tales características y los microbios en un entorno terrestre.

En una de las hipótesis que baraja el equipo científico del Perseverance, Cheyava Falls se depositó inicialmente en forma de lodo con compuestos orgánicos mezclados que acabaron cementándose en la roca. Más tarde, un segundo episodio de circulación de fluidos penetró en las fisuras de la roca, lo que permitió que se depositaran los minerales que crearon las grandes vetas blancas de sulfato cálcico que se aprecian hoy en día y que dieron lugar a las manchas.


Las vetas de Cheyava Falls están llenas de cristales de olivino del tamaño de un milímetro, un mineral que se forma a partir del magma

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El róver Perseverance utilizó su instrumento Mastcam-Z para capturar esta panorámica de 360 grados de una región de Marte llamada Bright Angel, donde fluyó un antiguo río hace miles de millones de años. La roca Cheyava Falls fue descubierta en el área ligeramente a la derecha del centro, a unos 110 metros del róver.

Si bien tanto la materia orgánica como las manchas de leopardo son de gran interés, no es el único aspecto de Cheyava Falls que tiene desconcertados a los científicos de la NASA. Estos se quedaron ojipláticos al descubrir que estas vetas están llenas de cristales de olivino del tamaño de un milímetro, un mineral que se forma a partir del magma. El olivino podría estar relacionado con rocas que se formaron más arriba, en el borde del valle por donde discurría el río, y que pueden haber sido producidas por la cristalización del magma.

Si es así, el equipo tiene otra pregunta que responder: ¿podrían el olivino y el sulfato cálcico haberse colado en la roca en unas condiciones térmicas incompatibles con la vida, lo que daría lugar a una reacción química abiótica, esto es, sin presencia de seres vivos, que resultó en las manchas de leopardo que vemos en la actualidad?

Una misión para traer a la Tierra muestras recogidas en Marte

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Esta imagen del rover Perseverance presenta un tubo de muestra con una muestra de Cheyava Falls su interior. El anillo exterior de color bronce es la broca.

«Hemos bombardeado esa roca con láser y rayos X y la hemos fotografiado literalmente día y noche desde casi todos los ángulos imaginables —comenta Farley. Y añade—: Científicamente, Perseverance no tiene nada más que ofrecernos. Para comprender plenamente lo que ocurrió realmente en ese valle fluvial marciano del cráter Jezero hace miles de millones de años, habría que traer nuestras de Cheyava Falls a la Tierra, para poder estudiarla con los potentes instrumentos disponibles en los laboratorios».

Tiempo al tiempo. La NASA y la Agencias Espacial Europea (ESA) tienen previsto traer muestras de Marte en un futuro no muy lejano como parte del Mars Sample Return Program. Se trata de una compleja misión para recoger los tubos de muestras dejados por el Perseverance en la superficie marciana y traerlos a la Tierra no antes de 2031.

Sin duda alguna, la búsqueda de vida en Marte continúa siendo una de las áreas más emocionantes y activas de la investigación espacial.