Cada vez más personas cambian las llaves de un piso por las de una casa sobre ruedas. Pero, ¿cuánto cuesta realmente vivir en autocaravana o camper y cuándo compensa frente a un alquiler?
Hace años, vivir en una autocaravana o una camper sonaba más a fantasía bohemia que a realidad. Se veía como un sueño reservado a unos pocos aventureros o parejas de jubilados que hacían sus rutas por España y Europa sin prisas ni límite de presupuesto. Pero desde el boom que vivieron estos vehículos recreativos tras la pandemia, el caravaning se ha convertido poco a poco en una alternativa muy real y cada vez más extendida.

Hoy en día, además de los nómadas digitales que pueden trabajar desde el bar de la esquina o frente a un lago en Noruega, encontramos muchos más perfiles que se lanzan a la carretera: personas que buscan una vida más libre o, sencillamente, menos atada a un alquiler convencional. Pero, ¿cuánto cuesta realmente vivir en una autocaravana y cuándo puede salir más rentable que pagar un piso?
La respuesta depende del vehículo que elijas, del estilo de vida que tengas y de lo mucho o poco que te quieras mover. Pero con los números sobre la mesa, podemos decir que vivir sobre ruedas puede ser más accesible de lo que muchos piensan.
Cuánto cuesta vivir en una autocaravana y cuándo compensa frente al alquiler
Según las estadísticas oficiales y datos de portales especializados en vivienda como Idealista, en la última década el precio medio del alquiler en España ha subido más del 95 %, con incrementos todavía mayores en zonas costeras y turísticas. La compraventa de vivienda sigue moviéndose en niveles muy próximos a los de antes de la burbuja del ladrillo, y la llamada “tasa de esfuerzo” o parte del sueldo que se destina a la vivienda se ha disparado.

En paralelo, el teletrabajo, los empleos por proyectos y los nuevos modelos de negocio han impulsado una forma de vida más flexible. En ese contexto, vivir viajando se ha convertido en una opción tan válida como pagar un alquiler para muchos jóvenes y profesionales que trabajan en remoto. De hecho, muchas veces, elegir una autocaravana o una camper permite reducir gastos sin renunciar a confort ni movilidad.
La Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (ASEICAR) confirma que no hablamos de una moda pasajera: las matriculaciones de autocaravanas y campers no han dejado de crecer. En 2015 se registraban poco más de 2.000 unidades nuevas y en 2024 la cifra se multiplicó por tres. No todos los compradores las usan como vivienda, pero el auge del caravaning refleja un cambio cultural: cada vez más gente busca libertad, independencia y control sobre su propio espacio.
No es lo mismo una camper que una casa de siete metros
El coste de vivir en una autocaravana varía tanto como cada caso personal, pero depende en gran parte del vehículo elegido. Una furgoneta camper pequeña tipo Citroën Berlingo, Ford Tourneo o Renault Kangoo, se puede comprar de segunda mano por un precio relativamente asequible. A cambio, ofrece una vida más minimalista: espacio justo, equipamiento básico y necesidad de organización casi quirúrgica.

Un escalón más arriba están las campers medianas o autocaravanas perfiladas, como las Volkswagen California, Mercedes Marco Polo o Ford Transit Nugget. Tienen cama fija o móvil, cocina, baño compacto y un espacio donde poder trabajar cómodamente. Son las preferidas de parejas y nómadas digitales que pasan largas temporadas en ruta, pero sin renunciar al confort de un hogar.
Y en el nivel superior están las autocaravanas grandes o campers XL, auténticas casas sobre ruedas como la Volkswagen Grand California o las Fiat Ducato camperizadas con todo lujo de detalles: garaje, camas gemelas o elevables, cocina completa e incluso lavadora. Son las que más se asemejan a una vivienda tradicional, pero también las que implican una mayor inversión y mantenimiento.

Elegir bien lo cambia todo: no consume lo mismo un motor que arrastra una autocaravana de más de 3.500 kg que una camper compacta, y tampoco cuesta lo mismo mantener una instalación con calefacción estacionaria, placas solares o batería de litio que una furgoneta sencilla equipada con lo básico.
Gastos fijos de vivir en una autocaravana y los que casi nadie te cuenta
Vivir en una autocaravana implica ciertos gastos fijos, aunque estés aparcado frente al mar o en un valle remoto. El primero es el seguro, que suele oscilar entre 300 y 700 euros anuales según el tipo de vehículo y las coberturas. Luego están las revisiones y el mantenimiento de la parte mecánica y de vivienda (incluyendo boiler, nevera, bombas de agua, etcétera), que pueden sumar entre 200 y 400 euros al año si no surgen imprevistos.

A esto hay que añadir la ITV, el impuesto de circulación y, si el vehículo está financiado, la cuota mensual correspondiente. En la práctica, una pareja que vive en una autocaravana perfilada de segunda mano y financiada puede tener un mínimo de 300 a 500 euros al mes solo en gastos fijos, sin contar desplazamientos ni combustible.
La ruta y el lugar marcan la diferencia
El presupuesto final lo determina, en gran parte, nuestro estilo de vida y aficiones. Quien combina teletrabajo con pernocta libre y cuenta con placas solares puede vivir con un gasto muy ajustado. Si apenas te mueves, el combustible se reduce a mínimos, el gasto en áreas de servicio es casi simbólico y la energía proviene del sol. En este caso, hay personas que viven perfectamente con entre 400 y 600 euros al mes, especialmente si viajan solas o en pareja con una camper pequeña.

En el otro extremo está quien busca la máxima comodidad. Por ejemplo, muchos optan por parcelas de larga estancia en campings con servicios completos de agua, luz, lavandería y duchas, especialmente en zonas de costa o montaña. En estos casos, una parcela mensual puede costar entre 300 y 600 euros, a lo que hay que sumar comida, combustible y mantenimiento. El presupuesto medio subirá entonces a entre 1.100 y 1.500 euros al mes, sobre todo si hablamos de una autocaravana o camper grande.
Pero la mayoría se mueve entre ambos extremos. Son quienes combinan áreas de servicio con noches en libertad, viajan por temporadas y equilibran gasto y comodidad. Aquí el gasto medio suele situarse entre 700 y 900 euros mensuales para dos personas, con una calidad de vida más que razonable y libertad total para cambiar de paisaje cuando apetece.
¿Realmente compensa frente al alquiler?
En muchas ciudades españolas, el alquiler de un piso de un dormitorio supera ya los 900 o 1.000 euros mensuales, sin incluir suministros. En comparación, vivir en una autocaravana puede ser una alternativa más económica, pero también más flexible. Permite reducir gastos, moverse por distintas zonas según la temporada y adaptar el estilo de vida a cada etapa personal o laboral.

Pero este estilo de vida no se reduce a ahorrar. Requiere planificación, cierto espíritu práctico y una buena dosis de adaptación, pero también ofrece algo difícil de medir: la posibilidad de decidir dónde y cómo quieres vivir cada día. Y cuando haces el balance completo, descubres que el valor real de vivir en una autocaravana o camper no está tanto en lo que cuesta sino en lo que te devuelve.

