Vacheron Constantin celebra 270 años con un reloj de oro rosa que convierte el mito de las Pléyades en una obra maestra astronómica
Vacheron Constantin sigue celebrando su 270 aniversario con piezas que no están dejando indiferente a ningún amante de la alta relojería. Si hace apenas unos meses la Maison nos sorprendía con la serie Métiers d’Art Tribute to The Celestial, un homenaje al cielo nocturno en doce relojes únicos, y con el Les Cabinotiers Temporis Duo Grand Complication Openface, un alarde técnico y estético a partes iguales, ahora continúa su celebración con el lanzamiento del Les Cabinotiers Armillary Tourbillon – El Mito de las Pléyades. Una obra maestra que rinde tributo a la astronomía, la mitología y a esa búsqueda inagotable de la perfección que ha definido a Vacheron Constantin durante casi tres siglos.
El espíritu de “La Quête”: entre la mitología y la ciencia
Inspirada en los grandes exploradores y astrónomos del pasado, la serie “La Quête” rinde homenaje a la curiosidad humana y al deseo de dominar el espacio y el tiempo. En palabras de Christian Selmoni, director de estilo y patrimonio de la Maison, esta colección “refleja el espíritu de descubrimiento que ha definido a Vacheron Constantin desde sus orígenes”.

El Mito de las Pléyades se inspira en la constelación homónima, las siete hijas del titán Atlas y la ninfa Pléyone, transformadas por Zeus en estrellas para escapar del cazador Orión. En la Antigüedad, su brillo servía como guía a los marineros. Hoy, esa misma luz inspira una de las obras más complejas y bellas de la alta relojería moderna.
Tallado en oro rosa de 18 quilates, el reloj está completamente grabado a mano y engastado con diez diamantes que representan las estrellas de la constelación. Cada una ha sido colocada con precisión milimétrica para recrear su posición real en el cielo de Tauro. El resultado es una escultura en miniatura que fusiona arte, astronomía y emoción.
Un calibre con alma: el movimiento 1990
En el corazón de esta pieza late el Calibre 1990, un movimiento de manufactura protegido por cuatro patentes, heredero directo del legendario Reference 57260 —el reloj más complicado jamás creado por Vacheron Constantin—.

Además, la correa azul oscuro de piel de aligátor Mississippiensis con forro de piel de aligátor, está cosida a mano y tiene un acabado guarnicionero con escamas cuadradas grandes.
El calibre incorpora un tourbillon armilar biaxial y una indicación birretrógrada de horas y minutos, con un salto simultáneo a mediodía y medianoche. Sus agujas, fabricadas en titanio azul, garantizan ligereza y resistencia, mientras que la arquitectura del tourbillon evoca los antiguos instrumentos astronómicos con los que los sabios del siglo XVIII cartografiaban el cielo.
Cada rotación completa del tourbillon forma el emblema de la Cruz de Malta, símbolo de la marca. Su frecuencia de 18.000 alternancias por hora y su reserva de marcha de 60 horas son solo cifras, pero detrás hay un trabajo casi artesanal que busca la precisión absoluta. La espiral esférica, una rareza técnica inventada en 1814, aporta un ritmo más regular al movimiento y una precisión excepcional.
450 horas de grabado: cuando el tiempo se convierte en arte
El grabado del Les Cabinotiers Tourbillon Armilar – El Mito de las Pléyades requirió 450 horas de trabajo. Los maestros grabadores se inspiraron en los atlas celestes del astrónomo polaco Johannes Hevelius, cuyas ilustraciones del siglo XVII sirvieron para representar a Orión, Tauro y las Pléyades con una minuciosidad casi poética.

En un lado de la caja, Orión avanza entre nubes y estrellas. En el otro, la nave Argo navega por un mar de criaturas mitológicas, guiada por la constelación de Tauro. Cada línea, cada relieve, ha sido trazado con una punta seca y luego modelado con buriles que apenas superan un milímetro de profundidad. El resultado no solo se ve: se siente al contemplarlo.
Incluso los espacios entre las asas están decorados con constelaciones adicionales —Aries, Musca y Géminis—, mientras que el bisel y el fondo muestran un grabado champlevé con ondas helénicas. Todo en esta pieza está pensado para rendir tributo a la paciencia, la destreza y el arte que definen a Vacheron Constantin desde hace casi tres siglos.

