Más de seis décadas después de su nacimiento, el OMEGA Railmaster regresa como lo que siempre fue: una herramienta para profesionales, pensada con rigor, diseñada con propósito y ejecutada con la precisión que solo una casa como OMEGA puede ofrecer.
Su primera aparición fue en 1957, en plena era dorada de la ciencia y la ingeniería. En ese contexto de avance tecnológico, OMEGA presentó su “Línea Profesional”, una trilogía que agrupaba tres piezas pensadas para distintos perfiles de profesionales: el Speedmaster para los pilotos de carreras, el Seamaster 300 para buceadores, y el Railmaster, específicamente creado para quienes trabajaban cerca de campos magnéticos, como ingenieros, operarios ferroviarios o científicos.
El Railmaster original pronto empezó a presumir de su capacidad para resistir interferencias magnéticas de hasta 1000 gauss, una cifra que en su época superaba con creces la media del mercado. ¿Cómo lo conseguía? Gracias a una caja interna protectora que actuaba como barrera contra las alteraciones externas, garantizando una lectura precisa incluso en entornos más hostiles. Con esa base técnica (y un diseño incuestionablemente elegante), el modelo fue ganándose el cariño de los seguidores más fieles de la marca.
Rediseños con fidelidad al espíritu original
Desde 2003, OMEGA ha ido relanzando versiones del Railmaster que respetan su ADN funcional, pero adaptadas a los estándares de cada época. Todas las reediciones han mantenido una línea estética coherente con la colección Seamaster Aqua Terra, con cajas simétricas y brazaletes de eslabones bien integrados. Esa coherencia no es casual: sirve para reforzar la continuidad entre las diferentes familias dentro del catálogo de OMEGA y, lo que más le gusta a la marca: para ofrecer una experiencia visual limpia y reconocible.
Este año, el Railmaster vuelve con dos nuevos modelos en caja de 38 mm, dos versiones que combinan esa estética tan minimalista con las innovaciones más recientes en resistencia magnética y precisión.
Dos nuevas versiones, un mismo legado
El primero de los nuevos Railmaster tiene la esfera gris con degradado en negro. Como guiño a su diseño original, la esfera es limpia: solo se lee el logotipo de OMEGA y el nombre Railmaster. Nada más. Los numerales y los índices se han aplicado en Super-LumiNova blanca, lo que permite una muy buena visibilidad (a cualquier hora del día, tanto de día como de noche). Se puede elegir con pulsera de piel negra o con un brazalete de acero noble de eslabones rediseñados, más cómodo y mejor integrado a la caja.
El segundo modelo le hace un merecido guiño al Railmaster de 2004. Aquí podemos ver una esfera beige con degradado en negro y un pequeño segundero a las 6. Ese detalle, más allá de lo estético, aporta personalidad y equilibrio al conjunto. En este caso, los numerales están iluminados con Super-LumiNova clásica, y las opciones de correa incluyen una piel marrón dorada Novonappa o el mismo brazalete metálico con acabados pulidos y cepillados.
Ambas versiones comparten ese lenguaje visual contenido y elegante que ha definido al Railmaster desde sus inicios. Aquí no hay estridencias ni ornamentos: solo relojería útil, bien diseñada y pensada para durar.
Tecnología de hoy para desafíos actuales
Aunque el diseño exterior del Railmaster evoque sus orígenes, el interior es otra historia. OMEGA ha equipado estos modelos con calibres Co-Axial Master Chronometer de última generación: el 8806 para la versión sin segundero y el 8804 para la versión con pequeño segundero.
Ambos movimientos han sido certificados por el Instituto Suizo de Metrología (METAS), lo que significa que no solo son precisos y fiables, sino que superan los estándares exigidos para resistir campos magnéticos de hasta 15.000 gauss. Es decir, quince veces más que el Railmaster original de los años 50.
Con esta nueva generación, OMEGA quiere dejar bien claro su liderazgo en una de las áreas más técnicas y menos visibles de la relojería: la lucha contra el magnetismo, un enemigo silencioso que puede afectar gravemente la precisión de un reloj mecánico.