Una edición limitada de solo 100 piezas del Portugiser Tourbillon Rétrograde Chronograph con tourbillon volante, fecha retrógrada y cronógrafo flyback en oro Armor Gold.
Cuando se habla de relojería suiza con historia, precisión y diseño, hay un nombre que siempre aparece en la conversación: IWC Schaffhausen. Fundada en 1868 a orillas del Rin, esta manufactura se ha ganado el respeto del mundo por su equilibrio entre ingeniería y elegancia. Sus colecciones más icónicas —Pilot’s, Portugieser, Ingenieur o Aquatimer— no solo han marcado época, sino que han acompañado a generaciones enteras de apasionados por la alta relojería.
Pero si hay una línea que simboliza a la perfección ese espíritu náutico, técnico y sobrio de la casa, esa es Portugieser. Hoy, IWC da un paso más allá y presenta una edición exclusiva que reúne tres complicaciones mecánicas en una única pieza. El nuevo Portugiser Tourbillon Rétrograde Chronograph, que acaba de ver la luz este 3 de julio de 2025, es mucho más que un reloj. Es una declaración de intenciones para coleccionistas que buscan algo verdaderamente excepcional.
Un diseño limitado que roza la perfección
El nuevo Portugiser Tourbillon Rétrograde Chronograph llega en una edición limitada a solo 100 unidades numeradas. ¿La caja? Fabricada en Armor Gold de 18 quilates, un oro más resistente y duradero que las aleaciones tradicionales. ¿La esfera? Color obsidiana, con un acabado tan profundo que parece que pudieras sumergirte en ella.
Para conseguir ese efecto visual, IWC aplica 15 capas de laca transparente sobre una base cuidadosamente pulida. El resultado es una profundidad óptica con sensación casi tridimensional. El conjunto se completa con agujas chapadas en oro, índices aplicados y una correa de piel de aligátor negra firmada por Santoni, uno de los artesanos italianos más reconocidos.
Tourbillon volante: precisión en movimiento
Si hay una complicación que enamora a primera vista, es el tourbillon. Y no cualquier tourbillon: este es volante, de minutos, y está visible a las 6 en punto. Su estructura alberga 56 piezas que pesan en total solo 0,675 gramos. La función de esta jaula giratoria es clara: reducir el efecto de la gravedad sobre el sistema oscilante y mejorar la precisión.
Además, este tourbillon incorpora un sistema de parada, lo que permite ajustar la hora con precisión de segundos. Las piezas clave —el áncora y la rueda de escape— están hechas en silicona y recubiertas con Diamond Shell®, una tecnología desarrollada por IWC para reducir fricciones y aumentar la eficiencia del movimiento.
Fecha retrógrada y cronógrafo flyback: dos complicaciones útiles
Este modelo no se queda solo en lo visual. A las 9 horas se encuentra una indicación de fecha retrógrada con escala arqueada del 1 al 31. Al llegar al final del mes, la aguja vuelve automáticamente al principio de la escala, como un resorte que marca el paso del tiempo con discreción y elegancia.
En la parte superior de la esfera, a las 12 en punto, aparece el cronógrafo flyback, que permite cronometrar tiempos sin necesidad de parar y reiniciar. Basta con un solo toque para que las agujas vuelvan a cero y comiencen un nuevo conteo.
Características técnicas: lo que de verdad importa
En el corazón de esta pieza late el calibre 89900, un movimiento automático formado por 375 componentes. Con una reserva de marcha de 68 horas, este mecanismo se puede admirar a través del fondo de cristal de zafiro. Decorado con Côtes de Genève y graneado circular, remata su construcción con una masa oscilante en oro macizo.
- Caja: 43,5 mm en Armor Gold® de 18 quilates
- Esfera: color obsidiana con 15 capas de laca
- Correa: piel de aligátor negra de Santoni
- Movimiento: calibre 89900 automático
- Complicaciones: tourbillon volante, fecha retrógrada, cronógrafo flyback
- Reserva de marcha: 68 horas
- Cristal: zafiro con fondo transparente
- Unidades: 100 piezas numeradas
