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Ponemos a prueba el Maybach: viajamos desde el sur de Alemania hasta Como, pasando por Suiza, al volante del SL 680

Mercedes-Maybach SL 680 Monogram Series Red Ambience. Fotografiado en el puerto del Gran San Bernardo, el famoso cruce Alpino entre Aosta (Italia) y Martigny (Suiza). Mercedes-Maybach SL 680 Monogram Series Red Ambience. Fotografiado en el puerto del Gran San Bernardo, el famoso cruce Alpino entre Aosta (Italia) y Martigny (Suiza).
Mercedes-Maybach SL 680 Monogram Series Red Ambience. Fotografiado en el puerto del Gran San Bernardo, el famoso cruce Alpino entre Aosta (Italia) y Martigny (Suiza).

No hay duda de que un viaje desde los lagos prealpinos del sur de Alemania, cruzando las montañas a través de Suiza y llegando hasta Como, suena ideal; pero, si encima nos invitan a hacerlo con Maybach, la aventura se convierte en una luna de miel para cualquier amante del motor que se precie.

La idea no es nueva. Hace exactamente cien años, en 1925, Karl Schmid, ingeniero y directivo de Maybach, hizo un recorrido similar en su luna de miel, en un Maybach Type 22/70 hp W 3, superando todos los desafíos que planteaban la infraestructura viaria y las limitaciones de los vehículos de motor de aquella época. Como Maybach llevaba, desde su fundación en 1909, fabricando motores para zepelines, cuando aplicaron toda esa ingeniería a la fabricación de automóviles (en 1921) les pareció pan comido. De hecho, el Maybach de Schmid no tuvo ni una sola avería durante todo el viaje, ni siquiera en los puertos transalpinos.

Los Maybach disponibles

Para esta luna de miel centenaria, Maybach puso a nuestra disposición lo mejor de la gama moderna y auténticas joyas clásicas, que normalmente están en garajes privados o en el Museo Maybach, en el sur de Alemania. Concretamente, una berlina S 680; dos todoterrenos (EQS 680 eléctrico y GLS 600); y dos ejemplares del nuevo deportivo: SL 680 Monogram Series.

Maybach SW 42 fabricado en 1938
Maybach SW 42 fabricado en 1938 y antiguo automóvil de la empresa MTU, propiedad del CEO de Maybach – Jean Raebel – por aquel entonces. Hoy pertenece a MTU Friedrichshafen GmbH;

Acompañados por Ulrich Schmidt-Maybach (biznieto de Wilhelm y presidente de la Fundación Maybach) y Anna Hofmann (su marido y ella son los fundadores del Museo Maybach), comenzamos nuestra aventura en Friedrichshafen (donde estaba la fábrica de Maybach a principios del siglo XX), a orillas del bellísimo lago de Constanza, como hizo Schmid en su día.

Al volante del Maybach SL 680 Monogram Series

Como una loba, me lancé al SL 680 Monogram Series rojo. Con su tapicería de cuero en blanco cristal, detalles en oro rosa de 18 quilates en los faros, cromo en casi todos los acabados y llantas forjadas de 21 pulgadas —no cortadas—, la sensación de poderío es única. Por si fuera poco, el logotipo de Maybach aparece en las luces traseras y está grabado en el interior de la capota.

Maybach SW 38 fabricado a partir de 1936
Maybach SW 38 fabricado a partir de 1936. Propiedad de la Escuela Wilhelm Maybach, Heilbronn.

Conducir esa fiera es un lujo total. Del lago pasamos a paisajes dominados por viñas y, de ahí, a la legendaria Selva Negra, disfrutando de su bosque denso y de pueblecitos encantadores, con la capota abierta y la música electrónica de Kraftwerk por los altavoces Burmester. Con 585 caballos y un motor V8 biturbo de cuatro litros, seguro que te preguntas si se oye algo más. ¡Tachán! Una muestra más de la magia de Maybach. El SL 680 Monogram Series cuenta con un aislamiento acústico tal que el tigre bajo la capota y el ogro del tubo de escape apenas se perciben desde la cabina. Al volante, este coche es simplemente divino. Entre la tracción total 4MATIC, los asientos envolventes que se activan en cuanto aprietas un poco en las curvas y los cinturones que se ajustan automáticamente, la sensación de seguridad es total.

En momentos de pereza, reconozco que me refugié en la caja de cambios automática (transmisión 9G-TRONIC) para disfrutar del paisaje sin preocupación alguna. Total, el acelerador adaptativo te asegura que, si quieres caña en cualquier momento, tendrás toda la que quieras.

El Mercedes S 680 con motor de 12 cilindros.
El modelo superior de Mercedes-Maybach, el S 680 con motor de 12 cilindros.

Cambio de coche hasta Lausana

El último trecho hasta nuestra llegada a Lausana lo hice en la berlina S 680, que se come la autopista como si fueran Lacasitos, con su motor V12 biturbo de 6,0 litros, 612 caballos, transmisión automática de nueve velocidades y sistema de tracción total 4MATIC.

Tengo que reconocer que este tramo lo hice de pasajera. ¿Y quién me va a culpar? Este Maybach es casi un apartamento. Mide casi 5,5 metros de largo y dos de ancho; los asientos traseros son reclinables, con función de masaje, y viene equipado con dos pantallas, por si uno se aburre del paisaje. Mi detalle favorito: una nevera para champán. Es el coche ejecutivo de quienes de verdad saben y pueden.
Tampoco quedó mal llegar al grandioso hotel Beau-Rivage Lausanne en semejante carruaje. Las miradas te siguen y los botones se pelean por abrirte la puerta.

Llegamos a la frontera entre Francia y Suiza

En la terraza del hotel, con vistas al lago Lemán, entre copas de Ruinart Blanc de Blancs, los participantes en esta luna de miel singular comparamos notas y discutimos las virtudes de cada una de estas joyas mecánicas.

Mercedes-Maybach SL 680 Monogram Series White Ambience, fotografiado en Villa d’Este en el lago de Como
Mercedes-Maybach SL 680 Monogram Series White Ambience, fotografiado en Villa d’Este en el lago de Como

Para el día siguiente, me había asegurado el Maybach GLS 600, un SUV de extraordinaria dureza a pesar de su lujosa apariencia. Su suspensión neumática AIRMATIC permite ajustar la altura de la carrocería y suavizar las irregularidades del terreno. El E-Active Body Control es otro sistema de suspensión activa que controla de forma individual cada rueda, minimizando los movimientos de la carrocería y ofreciendo una conducción más suave y estable. Por último, la tracción integral 4MATIC distribuye la potencia entre los ejes delantero y trasero para optimizar la tracción y el agarre en diferentes superficies. En casos extremos —por ejemplo, si te quedas clavado en la arena— activas el Modo de Conducción Libre, y este utiliza la suspensión neumática para hacer que la carrocería rebote y libere el coche, permitiendo que las ruedas recuperen agarre.

Y, para que puedas subir y bajar con gracia divina en lugar de parecer un mono trepando a un árbol, el GLS despliega automáticamente estribos laterales.

El Maybach preparado para cualquier terreno

Por supuesto, cualquier Maybach puede cruzar los Alpes como si fuera de paseo, pero el paso del Gran San Bernardo —y una lo ha hecho varias veces— puede ponerse complicado cuando hace mal tiempo. Y casi siempre hace mal tiempo.

Interior del Mercedes-Maybach SL 680 en napa blanca fina y costuras con un patrón específico de Maybach.
Interior del Mercedes-Maybach SL 680 en napa blanca fina y costuras con un patrón específico de Maybach.

Dicho y hecho. A los diez minutos de llegar, mientras unos se tomaban un café y otros tonteaban con los famosos perros de la zona (los del barrilito de coñac en el collar), el cielo se encapotó y, de llevar camiseta, pasamos todos a vender a nuestro primogénito por una cazadora. Maybach nos había preparado cestas de pícnic para ese día, y nuestro GLS 600 venía equipado con otra nevera de champán, así que mis compañeros y yo ni nos inmutamos. Una vez nos dejaron abandonar el convoy de Maybach y, pese al viento, la lluvia y la cantidad de agua en la carretera, el GLS se sentía como en casa y respondió como si estuviéramos en condiciones perfectas.

LLegada al Lago de Como y fin del trayecto

Así que llegamos al lago de Como los primeros. Para cuando el siguiente participante en esta luna de miel centenaria llegó a Villa d’Este (solo los mejores hoteles para Maybach), nosotros llevábamos más de una hora en el bar y nos había dado tiempo a ducharnos y guapearnos. Pasar la última noche de esta luna de miel centenaria en Villa d’Este fue una experiencia mágica. Villa d’Este se construyó en el siglo XVI como residencia del cardenal Tolomeo Gallio y se convirtió en hotel en 1873.

A orillas del lago de Como, con jardines palaciales y habitaciones dignas de un rey, no es de extrañar que Maybach lo eligiera como punto final de nuestra extraordinaria aventura. Tanto Maybach como Villa d’Este personifican el lujo y, lo que es más importante, la clase. Ambos tienen una casta que les viene de su rica historia. Maybach representa el cenit de la ingeniería, la privacidad y el confort de alta tecnología; Villa d’Este hechiza con su eterna sofisticación, su grandiosidad renacentista y el romanticismo del lago de Como. Maybach invita a deslizarse por el mundo con discreta elegancia; Villa d’Este invita a tomarse una pausa y saborearla.

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