El regreso de la serie postapocalíptica de HBO ha arrancado con una escena emocionalmente brutal que no forma parte del material original, pero que ya es una de las más potentes de la nueva entrega.
Después de dos años de espera, The Last of Us ha vuelto. Y lo ha hecho a lo grande. La segunda temporada acaba de estrenar su primer episodio en HBO Max y, aunque solo hemos visto un capítulo, ya nos ha regalado una de esas escenas que se quedan grabadas en la memoria. Una secuencia que no aparece en los videojuegos, pero que encaja perfectamente con la esencia emocional de la historia.
En este regreso, la serie creada por Craig Mazin y Neil Druckmann sigue siendo fiel al universo del videojuego original, pero empieza a explorar nuevas rutas narrativas. Una de ellas, quizá la más sorprendente, es la introducción de un personaje creado específicamente para la versión televisiva: Gail, interpretada por la magnífica Catherine O’Hara.
Un personaje nuevo que se roba la escena
En este primer episodio hemos conocido a caras nuevas como Dina (Isabela Merced), Jesse (Young Mazino) y Abby (Kaitlyn Dever). Pero quien se ha llevado toda la atención ha sido Gail, la psicóloga que mantiene una tensa y reveladora conversación con Joel (Pedro Pascal) en una de las escenas más emotivas y humanas de lo que llevamos de temporada.
Gail no aparece en los videojuegos, pero su intervención se siente tan necesaria como natural. En un mundo devastado por la pandemia del Cordyceps, una sesión de terapia puede parecer fuera de lugar. Sin embargo, esta conversación aporta un nivel de profundidad emocional que enriquece a los personajes y abre nuevas capas de lectura para los espectadores.
⚠️ A partir de aquí, cuidado: hay spoilers del primer episodio de la segunda temporada.
Una sesión de terapia en medio del apocalipsis
La historia nos sitúa tiempo después de los eventos de la primera temporada. Joel y Ellie viven en Jackson, una comunidad de supervivientes en el estado de Wyoming. Todo parece en calma hasta que un acontecimiento violento sacude la paz del lugar. Y es en ese contexto cuando Joel se encuentra frente a frente con Gail, su terapeuta.
En lo que ya es su quinta sesión, Gail decide no dar más rodeos. Le exige a Joel que deje de mentirse a sí mismo. Él intenta justificar su comportamiento con Ellie, pero Gail lo ve con claridad: no es solo una crisis adolescente lo que los separa.
Para forzar la catarsis, la terapeuta le confiesa algo inesperado. Su marido, Eugene (Joe Pantoliano), murió de un disparo… y fue Joel quien apretó el gatillo. No fue una ejecución a sangre fría, pero tampoco un acto sin consecuencias. Ahora, ella vive su primer cumpleaños sin él. Y a pesar del dolor, admite que quizá pueda construir un nuevo vínculo con Joel.
Una confesión así podría parecer poco ética, pero cumple su función narrativa: romper el muro emocional de Joel. La escena termina con él llorando en silencio. No ha dicho gran cosa, pero ha escuchado exactamente lo que necesitaba oír.
Catherine O’Hara, en un registro completamente distinto
Ver a Catherine O’Hara en un papel tan dramático resulta tan sorprendente como gratificante. Conocida por sus registros cómicos en títulos como Beetlejuice o Solo en casa, su actuación en The Last of Us demuestra una versatilidad que va mucho más allá de la comedia.
En apenas unos minutos, logra darle a su personaje una profundidad emocional que conecta con el espectador de inmediato. Y todo apunta a que Gail no será una aparición puntual, sino una figura clave en el desarrollo de los próximos episodios.
¿Quién era Eugene en el videojuego?
Aunque Gail es un personaje exclusivo de la serie, Eugene sí formaba parte del universo original de los videojuegos. En ellos, tenía una historia muy distinta: era un antiguo miembro de las Luciérnagas, mentor de Dina y una figura paterna importante en su vida. Su pasado, sin embargo, era mucho más oscuro, con episodios de violencia y tortura a sus espaldas.
En la adaptación televisiva, se ha modificado su vínculo con los protagonistas para generar un nuevo tipo de tensión narrativa. Un giro que funciona especialmente bien porque mantiene la esencia emocional del juego, pero permite explorar temas más complejos desde otro ángulo.
Un nuevo camino para la historia, pero con la misma esencia
Con esta escena, The Last of Us demuestra que se puede ser fiel al espíritu de una historia sin necesidad de copiarla plano por plano. La introducción de Gail es un ejemplo brillante de cómo enriquecer una narrativa ya consolidada con elementos nuevos que suman, en lugar de restar.
Y si este es solo el comienzo, lo que viene promete ser incluso más intenso. La segunda temporada de The Last of Us ya está disponible en Max. Cada lunes, un nuevo episodio. Y si todos van a tener este nivel emocional, será difícil no hablar de ellos cada semana.