El clásico de las brasas madrileñas se reinventa con un ambiente más informal, sin perder su esencia gourmet
Ubicado en la plaza del Marqués de Salamanca, este espacio inaugurado en 2023 trae la esencia del mítico Rocacho de Padre Damián, pero con un concepto más desenfadado, perfecto para tapear, disfrutar de una copa o compartir una buena charla en su terraza.
Un nuevo concepto sin perder la esencia de Rocacho
Rocacho Plaza no es solo una extensión del mítico asador madrileño; es una versión más relajada, pensada para aquellos que buscan calidad en un entorno más informal. Aquí, las brasas siguen siendo las protagonistas, pero el ambiente es más dinámico gracias a su amplio local decorado por el prestigioso estudio Cuarto Interior.
El espacio está diseñado para adaptarse a cualquier plan: mesas altas para picar algo rápido, mesas bajas para una comida más pausada y, por supuesto, una barra que invita al aperitivo desde las 12:00 hasta las 23:00, los 365 días del año. ¿Lo mejor? Tres terrazas –dos al aire libre y una cubierta–, donde disfrutar de Madrid en su máximo esplendor.
Una carta que rinde culto al producto
Si algo define a Rocacho Plaza es su respeto por el producto. La carta mantiene la esencia del restaurante original, con una selección que va desde tapas sofisticadas hasta platos que son pura tradición.
En la barra, el picoteo es el gran protagonista: embutidos premium como cecina, chorizo o salchichón de buey; la clásica ensaladilla rusa que ya es un emblema de la casa; croquetas de gamba roja o flor de cecina que conquistan desde el primer bocado; o unos crujientes torreznos de Soria, perfectos para acompañar una cerveza fría.
Otros imprescindibles son la gilda de ventresca con huevo de codorniz y bacalao, el salmorejo con huevo campero relleno de atún, los huevos con puntilla de Cobardes y Gallinas acompañados de lujos como caviar de beluga o angulas a la brasa. Y para quienes buscan algo más exótico, los tacos de ceviche de corvina o los rocachitos de bacalao con alioli son un acierto asegurado.
Arroces, brasas y mucho más
Para quienes prefieran una experiencia más completa, sentarse en la zona de sala es toda una invitación a disfrutar. Aquí, la carta se amplía con platos de temporada y elaboraciones más sofisticadas. Las yemas de espárragos blancos sobre salpicón de gamba roja son una auténtica joya para empezar.
La verdadera estrella sigue siendo la parrilla de carbón de encina, donde se cocinan algunas de las mejores carnes del mundo: buey y vaca con distintas maduraciones que se presentan en cortes como chuleta, solomillo, entraña o el siempre jugoso steak tartar. También destacan las chuletillas de lechazo o la costilla de vaca, siempre acompañadas de guarniciones sencillas pero perfectas: patatas fritas caseras, ensalada verde o pimientos de piquillo de Navarra.
Los amantes del pescado tampoco se quedarán indiferentes. Por las brasas pasan piezas excepcionales como el rodaballo salvaje, la merluza o el bacalao con ajo negro, una delicia que conquista a cada comensal.
Y si hay algo que no puedes dejar pasar, son sus arroces. Con opciones para compartir entre dos personas, Rocacho Plaza ofrece una selección que incluye paella del señoret (con gambas y langostinos pelados), arroz con carabineros o un arroz negro con sepia y alioli. ¿Te apetece algo diferente? Las fideuás, ya sea con tinta de calamar o marisco, son una opción que no decepciona.
Una bodega a la altura de la experiencia
La oferta vinícola de Rocacho Plaza es otro de sus grandes atractivos. Siguiendo la estela de la casa madre, su bodega cuenta con una cuidada selección de vinos nacionales e internacionales. Tintos, blancos, rosados, champagnes y cavas que maridan a la perfección con cualquier plato de la carta.
Una de las novedades es la posibilidad de disfrutar de vinos por copa, una opción ideal para quienes desean probar diferentes referencias sin tener que pedir la botella completa. Un detalle que demuestra el mimo con el que Rocacho Plaza cuida cada experiencia gastronómica.
El arte del destilado premium
Las sobremesas en Rocacho Plaza son un auténtico homenaje al hedonismo. La selección de destilados cuenta con verdaderas joyas que se ofrecen tanto por botella como en copa o en formato shot.
Aquí, disfrutar de una copa de John Walker & Sons Private Collection Midnight Blend de 28 años, The Macallan Rare Cask o un Don Julio 1942 es posible, con precios que oscilan entre los 40 € y 160 € por copa. ¿Te atreves con algo más especial? Un chupito de estas joyas puede costar entre 20 € y 80 €, ofreciendo la posibilidad de saborear destilados que rara vez se ofrecen por copas en otros locales.