Animación, acción real, historia y emoción en un recorrido por el cine japonés más representativo que puedes ver ahora mismo en Netflix.
Desde historias minimalistas que retratan la cotidianidad con una sensibilidad única, hasta thrillers tan enigmáticos como violentos, el cine japonés lleva décadas consolidándose como uno de los más influyentes del mundo. Su fuerza visual, su capacidad para construir atmósferas hipnóticas y su talento para abordar temas complejos con delicadeza lo han convertido en un referente internacional.
Gracias a plataformas como Netflix, hoy podemos acceder a una selección notable de títulos japoneses sin salir de casa. En su catálogo conviven joyas del anime como las legendarias películas de Studio Ghibli, dramas intimistas, adaptaciones de mangas célebres y películas de culto que han influido en Hollywood y en generaciones enteras de cineastas.
Aquí te dejamos algunas de las mejores películas japonesas disponibles en Netflix. Obras que no solo entretienen, sino que también ayudan a comprender mejor la cultura, las emociones y las obsesiones de una sociedad tan fascinante como… ¡contradictoria!
‘Pánico en el Tokio Express’ (Shinkansen Daibakuha, 1975)
Dirigida por Junya Satō, esta película es un clásico del thriller japonés que combina acción, tensión y crítica social en un solo vagón. La historia arranca con una amenaza inminente: una bomba ha sido colocada en un tren bala que viaja entre Tokio y Hakata. Si la velocidad del convoy baja de los 80 km/h, explotará. A bordo, 1.500 pasajeros y un operador convertido en héroe anónimo deberán afrontar la cuenta atrás.
Estrenada en 1975, Shinkansen Daibakuha fue todo un fenómeno en Japón y sirvió de inspiración para posteriores películas occidentales. De hecho, su premisa anticipa la famosa Speed (1994) protagonizada por Keanu Reeves, y más recientemente ha sido reinterpretada en Bullet Train (2022), con Brad Pitt a la cabeza del reparto. La cinta también ha tenido una nueva versión japonesa estrenada en 2024, que actualiza el guion a los tiempos actuales sin perder el espíritu del original.
‘Mi vecino Totoro’ (Tonari no Totoro, 1988)
Dirigida por Hayao Miyazaki y producida por Studio Ghibli, Mi vecino Totoro es mucho más que una película infantil: es un icono cultural. Estrenada en 1988, esta obra maestra del realismo mágico marcó un punto de inflexión en la historia del cine japonés al combinar ternura, espiritualidad y una conexión profunda con la naturaleza.
La historia sigue a dos hermanas que, tras mudarse al campo, descubren la existencia de criaturas fantásticas como Totoro, un espíritu del bosque que se ha convertido en el rostro más reconocible del estudio. Aunque su estreno tuvo una acogida modesta en taquilla, el tiempo la ha consagrado como una de las grandes joyas del cine de animación mundial. Solo en merchandising, la imagen de Totoro ha generado más de 1.100 millones de dólares en ingresos, elevándolo a la categoría de símbolo de culto dentro y fuera de Japón.
Totoro no solo redefinió el concepto de película familiar, sino que abrió las puertas a una animación más contemplativa, poética y capaz de emocionar a espectadores de cualquier edad.
‘La tumba de las luciérnagas’ (Hotaru no Haka, 1988)
Dirigida por Isao Takahata y basada en la novela autobiográfica de Akiyuki Nosaka, esta obra maestra del Studio Ghibli es una de las películas más conmovedoras que ha dado el cine de animación japonés. Ambientada en los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, La tumba de las luciérnagas narra la desgarradora historia de dos hermanos que intentan sobrevivir en un Japón devastado por los bombardeos.
Lejos del tono fantástico que caracteriza a otros títulos del estudio, Takahata opta por un realismo crudo y poético que ha convertido esta película en un referente del cine antibélico. La cinta fue galardonada con el Premio a Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de Chicago y, con el paso del tiempo, ha alcanzado el estatus de clásico absoluto del cine de animación para adultos.
Más que un relato bélico, La tumba de las luciérnagas es una meditación sobre la pérdida, la inocencia y el precio humano de la guerra.
‘El viaje de Chihiro’ (Sen to Chihiro no Kamikakushi, 2001)
Ganadora del Oscar a Mejor Película de Animación y del Oso de Oro en el Festival de Berlín, El viaje de Chihiro es, posiblemente, la obra cumbre de Hayao Miyazaki y el título que internacionalizó definitivamente el cine de animación japonés. Estrenada en 2001 y producida por Studio Ghibli, la película narra el viaje iniciático de Chihiro, una niña que queda atrapada en un mundo sobrenatural gobernado por dioses, espíritus y criaturas mágicas, donde sus padres han sido transformados en cerdos.
Detrás de su estética desbordante y su imaginario fantástico, se esconde una profunda crítica al consumismo, la pérdida de identidad y la fragilidad de la infancia frente al mundo adulto. Con más de 264 millones de dólares recaudados en taquilla, fue durante casi dos décadas la película más taquillera de la historia en Japón, hasta ser superada por Kimetsu no Yaiba: Mugen Train en 2020.
Considerada por muchos críticos como una de las mejores películas del siglo XXI, El viaje de Chihiro representa una síntesis perfecta entre arte, narrativa y filosofía oriental, capaz de emocionar y deslumbrar a cualquier espectador, sin importar su edad.
‘El recuerdo de Marnie’ (Omoide no Mānī, 2014)
Dirigida por Hiromasa Yonebayashi y basada en la novela de Joan G. Robinson, El recuerdo de Marnie es una delicada historia de amistad, soledad y aceptación personal. La trama sigue a Anna, una adolescente introspectiva enviada al campo por motivos de salud, donde conoce a Marnie, una misteriosa niña rubia que parece vivir aislada en una mansión junto al pantano. Su conexión se intensifica hasta desdibujar los límites entre lo real y lo imaginario.
Con una animación exquisita y un tono melancólico poco habitual en el cine infantil, esta película representa una de las últimas producciones del Studio Ghibli antes de su parón temporal en 2014. Aclamada por la crítica, recaudó más de 35 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 10,5 millones, y fue nominada al Oscar a Mejor Película de Animación. Además, obtuvo tres premios Annie, consolidando a Yonebayashi como uno de los directores más prometedores de la nueva generación del estudio.
‘El tiempo contigo’ (Tenki no Ko, 2019)
Tras el éxito arrollador de Your Name, Makoto Shinkai regresó en 2019 con El tiempo contigo, una fábula romántica que mezcla fantasía, crisis climática y adolescencia en el corazón de un Tokio moderno y abrumador. La historia sigue a Hodaka, un joven que huye de su isla natal y llega a la capital en busca de una nueva vida. Allí conoce a Hina Amano, una misteriosa chica capaz de manipular el clima con sus oraciones.
La película, a medio camino entre la distopía urbana y el realismo mágico, destaca por su estilo visual hiperdetallista, su sensibilidad emocional y su reflexión sobre la responsabilidad individual frente a lo inevitable. Aclamada por crítica y público, fue la representante de Japón en la categoría de Mejor Película Internacional en los Oscar de 2020 y recaudó más de 190 millones de dólares en todo el mundo.
Con El tiempo contigo, Shinkai consolidó su posición como uno de los grandes renovadores del anime contemporáneo, firmando una obra tan hermosa como inquietante, donde el amor y la naturaleza se enfrentan en un cielo cargado de simbolismo.
‘37 segundos’ (37 Seconds, 2019)
Dirigida por Hikari, 37 segundos es una de las propuestas más valientes y conmovedoras del cine japonés reciente. La película narra la historia de Yuma, una joven con parálisis cerebral que lucha por encontrar su lugar en una sociedad que insiste en tratarla con condescendencia o invisibilizarla. Apasionada del manga, Yuma sueña con convertirse en artista, pero para ello deberá emanciparse no solo de las barreras físicas, sino también de las mentales que le impone su entorno.
Lo más impactante es que el papel protagonista está interpretado por Mei Kayama, actriz debutante que también vive con parálisis cerebral, aportando una autenticidad inusual en el cine contemporáneo. Estrenada en 2019 en la Sección Panorama del Festival Internacional de Berlín, 37 segundos recibió el Premio del Público y el galardón de la Federación Internacional de Cine de Arte (CICAE), confirmando su impacto a nivel global.
También reconocida en el Festival Internacional de Cine de Tokio, la cinta destaca por su tratamiento honesto y sin paternalismos de la discapacidad, la autonomía y el deseo. Una obra necesaria que rompe clichés con delicadeza, humor y humanidad.
‘El chico y la garza’ (Kimitachi wa Dō Ikiru ka, 2023)
Diez años después de anunciar su retirada, Hayao Miyazaki regresó con El chico y la garza, una obra profundamente personal que conjuga drama psicológico, simbolismo onírico y la sensibilidad narrativa que define el legado del Studio Ghibli. Inspirada libremente en la novela homónima de Genzaburō Yoshino (aunque muy distinta en su desarrollo), la película sigue a Mahito, un adolescente que se muda al campo tras la muerte de su madre. Allí, la aparición de una garza parlante lo lleva a un universo paralelo donde realidad y fantasía se entrelazan.
Con su estilo visual hipnótico, repleto de elementos surrealistas y paisajes que rozan lo pictórico, Miyazaki propone una meditación sobre la pérdida, la madurez y el legado. Estrenada en el Festival de Cine de Toronto, fue aclamada por la crítica como una obra de despedida (aunque el director aún no lo haya confirmado). La cinta recaudó más de 282 millones de dólares a nivel mundial y se alzó con los principales premios internacionales: Oscar, Globo de Oro y BAFTA a Mejor Película de Animación, convirtiéndose en una de las mejores películas japonesas que puedes ver en Netflix.
‘Me llamo Chihiro’ (Call Me Chihiro, 2023)
Dirigida por Rikiya Imaizumi y basada en el manga de Hiroyuki Yasuda, Me llamo Chihiro es un drama intimista que se adentra en los márgenes emocionales de la sociedad japonesa. Estrenada como producción original de Netflix, la película alcanzó el Top 10 de la plataforma durante su primera semana, sorprendiendo por la delicadeza con la que trata temas como la soledad, el pasado y la redención.
La historia sigue a Chihiro, una ex trabajadora sexual que deja atrás su vida anterior para comenzar de cero atendiendo un pequeño local de comida callejera junto al mar. Lejos del estigma y el juicio, Chihiro se convierte en una figura silenciosa pero transformadora en la vida de quienes la rodean. Con una narrativa pausada y una puesta en escena cargada de simbolismo, la película apuesta por el poder de los vínculos emocionales y la posibilidad de sanar desde la empatía.
‘Golden Kamuy’ (2024)
Basada en el aclamado manga de Satoru Noda, Golden Kamuy es una adaptación en acción real que traslada a la pantalla la intensidad narrativa y la riqueza histórica de la obra original. Ambientada en el Japón de principios del siglo XX, tras la guerra ruso-japonesa, la historia sigue a Saichi Sugimoto, un exsoldado apodado “el inmortal”, que se embarca en la búsqueda de un legendario tesoro escondido por los ainu, una comunidad indígena del norte de Japón. En esta odisea lo acompaña Asirpa, una joven ainu con fuertes convicciones y gran conocimiento del territorio.
Más allá de su acción trepidante, la película destaca por la fidelidad con la que retrata la cultura ainu, hasta ahora poco representada en el cine japonés. Su estreno en Japón fue un fenómeno: lideró la taquilla en su primer fin de semana con más de 534 millones de yenes recaudados y obtuvo cuatro nominaciones en los Premios de la Academia Japonesa.
Debido a que es una de las mejores películas japonesas en Netflix, la plataforma ya ofrece Golden Kamuy: Parte 2, continuación directa de la historia, manteniendo el tono épico, el rigor histórico y la fuerza visual de la primera entrega. Un relato de supervivencia, honor y conflicto cultural que va mucho más allá del género de aventuras.