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El primer Audi de la posguerra cumple 60 años (y funciona igual de bien que el primer día)

Audi 1965 72 CV motor 4 tiempos Audi 1965 72 CV motor 4 tiempos

Una berlina con motor de cuatro tiempos marcó el renacer de Audi en 1965 y sentó las bases de lo que hoy es una de las marcas de coches más reconocidas del mundo.

Audi no nació como la gran marca de lujo que hoy todos reconocemos. Sus orígenes se remontan a principios del siglo XX, pero su gran transformación empezó mucho después. En España, la llegada de Audi se dio en un contexto económico muy distinto al actual. A finales de los 60 y durante los 70, sus coches eran percibidos como un símbolo de prestigio, dirigidos principalmente a empresarios, profesionales liberales y conductores con una mirada puesta en la ingeniería alemana. Con el tiempo, gracias a una estrategia muy clara de innovación técnica y diseño sobrio, Audi fue asentándose en el imaginario colectivo como una marca fiable, moderna y aspiracional.

Hoy, su gama va desde modelos compactos como el A1 hasta berlinas de alta gama, deportivos RS o SUV eléctricos. Pero todo este recorrido no sería posible sin un punto de inflexión clave: la presentación del primer Audi de la posguerra, en otoño de 1965.

1965: el regreso del nombre Audi y una nueva era para Ingolstadt

Corría el mes de agosto de 1965 cuando, tras 25 años de ausencia, el nombre “Audi” volvía a circular por las carreteras. La firma Auto Union GmbH, heredera de la antigua Auto Union AG, presentaba al mundo su primer modelo con motor de cuatro cilindros y cuatro tiempos: el Audi F 103. Era el primer coche en llevar oficialmente el nombre Audi desde 1940.

Audi de 72 CV y motor de 4 tiempos en 1965

El estreno mundial del modelo se realizó en el Salón Internacional del Automóvil (IAA) de Frankfurt. En aquel momento, la compañía atravesaba una crisis seria. La tecnología de dos tiempos, que había caracterizado a sus anteriores modelos DKW, ya no respondía a las exigencias de un mercado que empezaba a mirar hacia la modernidad. El F 102 fue un fracaso comercial. La empresa necesitaba un cambio.

El impulso técnico que lo cambió todo

La clave estuvo en un motor que Daimler-Benz —aún propietaria parcial de Auto Union— entregó a la compañía. Junto a él, también llegó un ingeniero decisivo: Ludwig Kraus. Él lideró el desarrollo técnico que hizo posible el nuevo coche y llevó la producción a gran escala. Para reflejar ese salto cualitativo, la marca abandonó la denominación DKW y recuperó el nombre Audi.

Audi de 72 CV y motor de 4 tiempos en la fábrica en 1965

Este nuevo modelo se convirtió en el punto de partida de toda una familia: el Audi 60, el 75, el 80 o el Super 90, con versiones de entre 55 y 90 caballos. Aunque internamente se conocía como F 103, en la calle se popularizó como “Audi 72”, por la potencia de su versión inicial. Y funcionó. Durante los tres primeros meses, se fabricaron más de 16.000 unidades.

Un coche que sentó las bases del éxito

El diseño del coche también marcaba diferencias. Tenía faros rectangulares, una parrilla más ancha, carrocería alargada y frenos de disco. No había opción automática, pero sí versiones con palanca en la consola central. A partir de 1966, se ofreció también en formato familiar (Variant) y con diferentes niveles de equipamiento.

El más vendido fue el Audi 60, que representó más de la mitad de toda la producción de esta primera generación. En total, más de 416.000 unidades de estos modelos salieron de las fábricas de Ingolstadt hasta 1972.

El legado del F 103, 60 años después

La importancia de aquel “nuevo Audi” va mucho más allá de las cifras. Supuso el renacimiento técnico y económico de una marca que, gracias a esta familia de modelos, se colocó de nuevo en el mapa. Fue el germen de una filosofía de producto centrada en la calidad, la innovación y la identidad propia.

No sería hasta 1985 cuando Auto Union pasaría a llamarse oficialmente AUDI AG. Pero el punto de inflexión real tuvo lugar en aquel salón del automóvil de 1965. Desde entonces, el nombre Audi ha seguido creciendo hasta convertirse en lo que es hoy.

Y como homenaje a ese momento clave, el próximo 23 de julio, el historiador de la marca Ralf Friese impartirá una conferencia en el Audi museum mobile de Ingolstadt. Una oportunidad para repasar la historia del modelo F 103 y entender por qué aquel coche fue mucho más que una berlina de 72 caballos. Fue el primer paso de una marca que supo reinventarse desde la crisis y mirar hacia el futuro con decisión.

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