Un showcar inspirado en Fuerteventura que combina proporciones musculosas, interior digital y la esencia más rebelde de Cupra
Cupra no descansa. La marca española, que ha convertido al Formentor en su coche más vendido, atraviesa un 2025 de plena actividad. Hace apenas unos meses conocimos el lanzamiento del Tavascan (el primer SUV 100% eléctrico de la marca), el Born VZ (la versión más prestacional del compacto eléctrico de CUPRA) o las primeras imágenes del urbano eléctrico Cupra Raval, que promete ser uno de los grandes protagonistas del próximo año. Todo ello forma parte de una estrategia clara: avanzar hacia la electrificación sin renunciar a lo que siempre ha definido a Cupra, la emoción de conducir.
Con ese mismo espíritu, la firma ha aprovechado el Salón IAA Mobility 2025 de Múnich para mostrar al mundo su visión de futuro con un prototipo cargado de simbolismo: el Cupra Tindaya. Un showcar que toma su nombre de una montaña volcánica de Fuerteventura y que refleja la próxima etapa del lenguaje de diseño de la marca.
¿Cómo es el Cupra Tindaya por fuera?
El Cupra Tindaya transmite personalidad desde el primer contacto visual. El emblema de la marca ilumina el frontal y se convierte en el punto de partida de todo el diseño. A partir de ahí, la luz se expande como un pulso vivo hacia los laterales, creando una sensación de respiración en la “máscara negra delantera”, el elemento que marca la expresión del coche.
El capó presenta líneas afiladas que se prolongan hasta un techo sostenido por una estructura en forma de “ypsilon”, concebida como la espina dorsal del vehículo. Con 4,72 metros de largo, llantas de 23 pulgadas y una silueta tipo fastback, el prototipo se impone con proporciones musculosas y atléticas. Los hombros traseros, inspirados en la anatomía humana, cortan la carrocería para dejar al descubierto fibras y materiales estructurales.
La parte trasera completa la narrativa con un alerón doble, ópticas unidas por una franja luminosa flotante y un difusor que subraya su carácter aerodinámico. El color también juega un papel clave: la carrocería cambia del gris metalizado al beige cálido, evocando el océano Atlántico y la tierra volcánica de Fuerteventura.
Diseño interior del Cupra Tindaya
El habitáculo del Tindaya sigue un principio radicalmente claro: “No drivers, no Cupra”. Todo está pensado para que el conductor sea el protagonista. El salpicadero está formado por capas superpuestas que enmarcan una pantalla de 24 pulgadas de diseño libre, mientras que el volante, inspirado en la competición y en el mundo gaming, incorpora botones satélite para un control inmediato.
La consola central actúa como columna vertebral del puesto de conducción y conecta con los nuevos asientos CUPBucket, una reinterpretación moderna del clásico sillón Eames Lounge, fabricados con materiales sostenibles y diseñados para ofrecer ergonomía de alto rendimiento.
El interior mantiene una configuración 2+2 con puertas de apertura opuesta y luz ambiental envolvente. Materiales como la fibra de lino Bcomp, la microfibra de bronce encerada o el cuero bio-atribuido aportan calidez, continuidad y un compromiso real con la sostenibilidad.
Tecnología y digitalización
El Cupra Tindaya no solo es un ejercicio de diseño. También es un laboratorio digital que fusiona lo físico y lo virtual en una experiencia “phygital”. Su gran pantalla central convive con el sistema CUPRA Monitor+, que proyecta información a lo largo del parabrisas, mientras que el volante tipo yoke mantiene la visión despejada y los accesos esenciales a mano.
El corazón tecnológico del coche es “The Jewel”, un prisma de cristal que actúa como interfaz sensorial. Desde él se pueden seleccionar modos de conducción, ajustar la iluminación o transformar la atmósfera interior con sonido y efectos visuales. Una joya literal y simbólica que conecta al conductor con el coche.
Experiencia inmersiva
El Tindaya propone tres modos de experiencia que van desde la conducción más pura hasta el rendimiento más extremo. La primera, centrada en la conexión emocional, reduce las distracciones y muestra solo la información esencial, acompañada de gráficos minimalistas y un diseño cálido.
La segunda experiencia está pensada para quienes buscan adrenalina. La información clave sobre velocidad y fuerzas G se proyecta en la parte superior del parabrisas, mientras que los accesos laterales se transforman para ofrecer funciones inmediatas.
Cada transición entre modos es fluida, combinando luz, sonido y sensaciones hápticas que convierten cada trayecto en un viaje inmersivo.