Una edición limitada en la que el reloj Ulysse Nardin y Urwerk estrena un calibre propio con silicio, DIAMonSil y el sistema Grinder en solo 100 piezas
A otra cosa no, pero a colaboraciones el mundo de la horología nos tiene acostumbrados desde hace tiempo… pero por muy acostumbrados que estemos, hay algunas colaboraciones que no las hemos visto venir, como esta. La unión entre Ulysse Nardin y URWERK, dos casas que, desde lugares distintos, han defendido siempre la misma idea: la libertad para diseñar, para pensar, para arriesgar. Y, sobre todo, para crear relojes que se salen del camino marcado.
Desde 1846, la historia de Ulysse Nardin está ligada a los cronómetros marinos, al espíritu explorador y a un enfoque tan técnico como artístico. Innovaron con el silicio en 2001, jugaron con complicaciones imposibles y encontraron en el Freak su laboratorio permanente.

URWERK nació con una mirada distinta pero igual de independiente. Felix Baumgartner y Martin Frei decidieron fundar una casa que no girara alrededor de las complicaciones clásicas, sino de conceptos nuevos. Su lenguaje estético rompió esquemas desde el principio y su visión del tiempo —literalmente en órbita— convirtió a la marca en un laboratorio futurista donde el diseño manda tanto como la mecánica.
Cuando estos dos mundos se miran frente a frente, el resultado tenía que ser un reloj capaz de unir dos historias, dos formas de entender el tiempo y dos maneras de empujar la relojería hacia el futuro. Ese reloj es el UR-FREAK.
El nacimiento de una alianza sin precedentes
El UR-FREAK es la primera colaboración real entre ambas casas y arranca con una misión clara: crear un movimiento completamente nuevo que combine la filosofía del Freak de Ulysse Nardin y el sistema satelital de URWERK.

La idea se remonta a finales de los años noventa, cuando ambas firmas empezaron su camino. En 1997 llegaba URWERK con su visión radical del tiempo. En 2001 Ulysse Nardin lanzaba el Freak original, un reloj que cambió la forma de entender la mecánica. Hoy, casi 25 años después, sus caminos se cruzan en un proyecto que se siente inevitable.
Solo se producirán 100 piezas. Y cada una nace con el mismo espíritu: independencia absoluta.
Una mecánica que se mueve como una idea
En este reloj, la mecánica define el diseño. Todo gira —literalmente— alrededor del nuevo calibre UN-241, un movimiento automático creado para dar vida a la indicación satelital de URWERK dentro del universo Freak.

El sistema funciona con un carrusel giratorio de tres horas. Una de las agujas avanza sobre la escala de minutos del lado derecho y, al completar el recorrido, cede el turno a la siguiente. Cada aguja incorpora un disco tridimensional que muestra la hora saltante, mientras el conjunto entero rota cada tres horas. El oscilador volante, fabricado en silicio, late en el centro del movimiento y se mueve con el sistema satelital, ayudando a reducir errores de marcha.
Ulysse Nardin aporta dos avances que llevan décadas siendo su firma: el Grinder, un sistema de cuerda automática que aprovecha hasta los movimientos más ligeros de la muñeca, y el uso del silicio en componentes clave. Además, el escape utiliza DIAMonSil, un silicio reforzado con diamante que solo la marca puede producir.

El calibre late a 3 Hz, ofrece 90 horas de reserva de marcha y reúne 263 componentes que trabajan en armonía.
Estética compartida, espíritu único
La caja de 44 mm parte del Freak [ONE] y está construida en titanio en tono gris antracita. Los detalles acanalados del bisel y del fondo son un guiño directo al lenguaje URWERK, igual que los toques de amarillo Pantone 395 C en las agujas y la correa de caucho. El reloj no tiene corona tradicional: se ajusta mediante el bisel y el fondo, fiel al ADN Freak.

